El cierre de fronteras y la prohibición de espectáculos masivos en todo el mundo debido al coronavirus sorprendió al productor Diego Sáenz, CEO de Pop Art, en medio de dos giras mundiales en las que venía trabajando hace rato. "A nosotros nos agarró trabajando en el show Gracias totales, de Soda Stereo, y en el de Messi10 del Cirque Du Soleil. El de Soda eran 16 shows programados en toda América, de los cuales logramos hacer cuatro y claramente tuvimos que suspender todo, lo pasamos primero a fines de 2020 y finalmente al 6 y 7 de marzo del 2021. Es muy difícil pensar cómo va a ser de aquí en adelante, porque tenemos programados estadios con capacidad para 50.000 personas por ejemplo, lo que hoy es inviable. La verdad es que no sabemos cómo se pueden acomodar las cosas para juntar tanta gente. También va a ser complejo el viajar, en ese espectáculo éramos 40 personas moviéndonos por todo el continente", explicó. "Lo mismo pasa con el show de Messi: lo integran cien personas de 14 países diferentes. Cuando empezó todo este tema estábamos en Doha y la protagonista, que es de Wuhan, había quedado en China sin poder salir. Había cuatro artistas chinos más, que en lugar de que se fueran de nuevo a China les dijimos que vinieran a la Argentina, para quedarse acá y poder actuar en las fechas programadas para junio. Ahora estamos viendo cómo hacer para que puedan volver a sus casas", agregó. "Vamos a tener que mirar el negocio de otra forma, porque lo nuestro depende de juntar multitudes", explicó el productor.
"Después de todo esto vamos a aprender a adaptarnos mucho más rápido a procesos que ya se estaban dando", analiza Nacho Viale, director de StoryLab y productor de los ciclos de eltrece Almorzando con Mirtha Legrand y La noche de Mirtha Legrand, actualmente conducidos por su hermana Juana Viale debido a la cuarentena. "Si a mí me preguntabas en 2019, te decía que 2020 iba a ser un año espectacular, pero se nos vino el Titanic. En estos días aprendimos a salir a flote con la TV abierta, el año se volvió peor de lo que proyectábamos y tuvimos que encontrar herramientas y formas para poder sortearlo, por ejemplo para bajar los costos. Nosotros redujimos los vivos a dos grabaciones en una sola jornada, en la que trabajamos sin parar, con apenas veinte minutos de pausa, esto para tratar de que sea más económico y al mismo tiempo no poner en peligro a la gente, que ahora sale de su casa solo una vez. Estamos todos en este barco, poniendo nuestro granito de arena para que la rueda siga funcionando. Hay que adaptarse y mirar el lado positivo", expresó.
La dramaturga, escritora y guionista Érika Halvorsen (Amar después de amar, Pequeña Victoria) también contó como se adaptó a esta nueva realidad, que a ella le sirve para poder enfocarse en su trabajo sin que los tiempos de producción la apuren. "Los que escribimos siempre estamos con delay frente a la realidad, así que esto tiene su parte positiva. Yo tenía mi año armado con proyectos a futuro, por lo que trabajo tengo, pero lo que me preocupa y distrae es la situación de la ficción nacional", asegura, en momentos en que se confirmó que la única tira nacional, Separadas, de Polka, no volverá a grabarse tras el fin de la cuarentena, y que la productora de Adrián Suar pasa un difícil momento financiero a causa del coronavirus, acrecentando la encrucijada de la producción audiovisual hecha en la Argentina. "Prendo el televisor y todo lo que veo son latas de afuera. Hay que dejar de pensar que la falta de producción nacional afecta solo a los actores, porque es una industria enorme y pujante. Podríamos viajar, exportar talento, ofrecer servicios de producción a clientes de afuera. Hay que pensar en generar condiciones para que cuando todo esto pase vengan a grabar acá, ver el modo de reactivar la industria audiovisual es una tarea urgente", explica la autora de Hija de Dios y What's Up mamis.
La actriz Eleonora Wexler habló de la realidad de los actores y todos los que trabajan en el mundo del teatro, el cine y la TV. "Es un momento muy complicado, no solo para los actores sino para todos los de atrás de cámara y del escenariop, que viven del día a día y hoy no tienen para comer. La TV de aire venía sufriendo desde hace tiempo problemas y limitaciones, tiene que hacer algo para adaptarse. Particularmente yo, creo que el futuro está en las plataformas, aunque también hay que hablar de la protección del derecho intelectual en ese ambiente. Nuestro medio va a ser de los últimos en reinsertarse tras la pandemia. Está desprotegido, aunque paradójicamente, lo que más consume la gente en este momento es ficción", reflexionó la intérprete de Amar después de amar, Un gallo para Esculapio y Tu parte del trato. "No tengo idea qué va a pasar o cómo va a seguir todo esto, estamos con la incertidumbre de no saber nada. Yo tenía el año planificado, con dos películas, una era una coproducción con Canadá. Ahora me dicen que los proyectos se pasan a noviembre, pero es todo incierto. Lo que si sé es que va a haber un cambio importante dentro de la industria. Necesitamos una ley de fomento audiovisual, creo que vamos a dar un gran salto si logramos algo así porque hay talento en el país, buenos directores, buenos productores, hay que buscarle la vuelta".
"Nosotros tenemos una industria de técnicos, actores y guionistas tremenda que está absolutamente parada", reafirma el guionista y director cinematográfico Ariel Winograd (El robo del siglo, Mi primera boda, Sin hijos). "Hay una gran incertidumbre, y a pesar de que se están trabajando con protocolos, el futuro es incierto. Una filmación ya de por sí tiene muchas pautas, porque los rodajes funcionan como una fábrica ya que implican movimiento de mucha gente. Por eso, lo más importante es tomar todas las precauciones para poder volver. Es difícil imaginar hoy una escena con besos o una pelea, es cierto. Yo trato de ser positivo y pensar que esto se va a normalizar pronto y vamos a poder seguir contando historias, que es lo que más se consume hoy, pero creo que se van a tomar medidas para que haya menos gente en los rodajes, que algunos trabajos se hagan de forma remota, etc. Lo que no me imagino es empezar a escribir historias en donde todos los personajes usen barbijo. Tampoco pienso en una comedia sobre la cuarentena, eso debería pasar dentro de unos años, porque hoy todos queremos olvidar esta etapa– afirma–. Cuando empezó la cuarentena justo había terminado de filmar una película la semana anterior, por lo que estos días me la paso editando con el equipo de manera virtual, mediante las aplicaciones, que no es lo mejor pero bueno, es la nueva normalidad".
A Sebastián Wainraich, el encierro lo encontró estrenando su serie de Netflix, Casi feliz y conduciendo su ciclo radial Metro y medio desde su casa. El estreno de su ficción se dio justo en medio de la cuarentena, convocando a un público ávido de historias para ver. "Se dio de manera casual, terminamos de grabar la serie el 30 de abril de 2019 y estaba programado el estreno para el este 1 de mayo. Es inevitable pensar que una serie así, que te traslada a otro mundo y que es corta de ver, te hace sentir bien en este momento. Desde ese punto de vista egoísta nos benefició, pero la verdad es que preferiría salir a comer algo con amigos o ver a mis viejos y que la serie se vea a lo largo de un mes, y no esto que te hace verla en dos días".
El futuro del espectáculo tras la pandemia
"Esta es la primera vez que te das cuenta que el mundo es uno solo. Antes, cuando las cosas se ponían feas uno se planteaba «bueno, me voy a otro país», pero hoy estamos todos en la misma", analiza Sáenz. "Al salir de este contexto no va a ser tan fácil implementar algunas cosas. Dicen que los espectáculos en vivo se van a permitir con un 30% de aforo (una ocupación efectiva del treinta por ciento de la capacidad total habilitada de salas y estadios), pero es muy difícil que funcione porque no dan los números así. Vamos a tener que reconvertir nuestra cabeza y trabajar en el cómo. No sé si vamos a poder volver a la normalidad, si esta es la nueva normalidad, o si vamos a tener una diferente. No importa si venís de la música o del teatro, vamos a tener que unirnos para encontrar la solución", agrega el productor.
"Es un buen momento para plantearnos que esto es una industria, no creo que la Argentina vaya a ser líder de un día para otro, es un camino largo pero hay que empezar", suma Viale. "En la complejidad de este mundo, la gente paga para entretenerse en sus casas, y por paga me refiero desde el acceso a Internet hasta una suscripción a una plataforma de contenidos. Ahora se viene la competencia: que ofrecés a cambio de esa suscripción, esto va a estar candente en los próximos años", reflexiona. "También nos vamos a encontrar con el problema de que a la hora de salir a producir una vez que se terminen las restricciones, el mercado no va a tener capacidad para producir todo lo que está en cola, porque se va a generar una especie de cono con todo lo acumulado. Es imposible realizar todo lo que nazca en esta etapa de productividad, y esto pasará en todo el mundo".
Halvorsen asegura que la calidad va a marcar la diferencia. "Más que el 'qué contar', reafirmo el 'cómo contar'. Tener tiempo y buscar la calidad. Necesitamos levantar la vara, estar a los niveles del mercado internacional, la productividad no puede seguir lastimando la calidad. Para que una historia 'viaje' a otros países y esté bien contada, hay que tomarse tiempo para pensarla y armarla", asegura. "También hay que ver el contenido de la televisión abierta, para que el que no pueda pagar una suscripción no se quede afuera del mundo. Es otro peligro de desigualdad grande, por eso hacen falta políticas públicas que apuesten a la cuota de contenidos en TV abierta".
Winograd coincide. "Nosotros estamos desarrollando para Viacom y CBS algunos proyectos, y siempre hablamos del tiempo del desarrollo. Todos queremos lo mejor, me encanta pensar en series como Mad Men y saber que lo que vemos en pantalla no es la primera versión del guión, no es ni la quinta versión. Son ideas y personajes que se desarrollan durante meses y pasan por distintos guionistas. El robo del siglo tuvo un proceso de desarrollo de dos años, con varios guionistas, no se bajó la calidad y el público respondió. Desde ese lugar hay una responsabilidad de todos los que hacemos ficción".
"El tiempo es todo un tema. A veces las urgencias económicas o de contenido no te dan ese tiempo para pensar, reflexionar y trabajar", apunta Wainraich. "En lo que se refiere a lo personal estoy reflexionando, aunque me encuentro en una situación particular, porque estoy activo en tareas de padre, hago radio y me puse a escribir la segunda temporada de Casi feliz".
¿Qué están viendo en cuarentena?
- Sáenz: "Estoy haciendo un curso de felicidad en la universidad de Yale que está buenísimo, pero lo mejor que descubrí vino de la mano de buscar la forma de correr en cuarentena. Al principio empecé a subir y bajar la escalera de mi casa y un día, para hacerlo más entretenido, busqué cuántos escalones tenía la torre Eiffel hice el cálculo y simulé que estaba subiéndola. Así me puse a investigar varios edificios famosos y me encontré con una asociación de carreras verticales. Hoy estoy organizando mi primer sesión, y en vez de sentirme ridículo, me consuela ser parte de un grupo mundial".
- Viale: "Yo empecé a tratar de consumir series diferentes. Si alguien me decía blanco, miraba negro. Vi mucha porquería, pero lo mejor que descubrí es Succession de HBO Go"
- Halvorsen: "A mí me gusta mucho lo que hace Jill Soloway. Yo volví a ver todas las temporadas de Transparent, en Amazon. Ver algo que te gustó mucho y generó felicidad en su momento me da aún más felicidad hoy".
- Wexler: "Soy muy inquieta, así que estuve leyendo, hice teatro en cuarentena, cursos, todo lo que tenga que ver con el expresarme. Una de las cosas más lindas que estoy haciendo es tener un reencuentro con mi hija. Todas las noches elegimos una película: un día elijo yo y el otro, ella. Quería regalarle El gran pez, de Tim Burton y me encantó sentir que ella la había recibido con sus 16 años. También vi varias series, aunque me gustan más las películas. Vi Poco ortodoxa, de pocos capítulos, actuación hermosa y un mundo a conocer. Otra que me gustó mucho es Algo en que creer, una serie danesa en Netflix que disfruté muchísimo".
- Winograd: "Yo veo películas, series, documentales... The Last Dance (Netflix) es increíble, por cómo está construido el documental a través del material de Michael Jordan que juntaron. Tiene una narrativa de ficción, es de lo mejor que vi en mucho tiempo. Después vi Mad Men, que no la había visto y esa todavía estoy pensándola, me volvió loco, una obra maestra. Otra infalible es la película Coco, es impresionante, la veo con mis hijos y lloro siempre igual. Tiene una visión de la muerte tan romántica, que la veo y hablo con mis chicos de mi abuela. Tiene mucha magia y un guión perfecto".
- Wainraich: "Transparent me parece sensacional. Mad Men es lo mejor que vi en mi vida, también Los Sopranos. De lo nuevo vi Fleabag, que son dos temporadas cortas en Amazon, la segunda incluso mejor que la primera, y otra de Netflix que se llama Feel Good. Vean todo esto cuando terminen Casi feliz".
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