El día que Brian Epstein, el “quinto Beatle”, logró firmar el contrato más importante de la banda
Un día como hoy, pero de 1962, Los Beatles selló su primer acuerdo discográfico con la productora EMI; el mismo los catapultó al estrellato luego de varios intentos fallidos
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Los Beatles es uno de los grupos más emblemáticos de la historia y con su música trascendieron las barreras generacionales. Incluso, en la actualidad, los más jóvenes siguen disfrutando de sus hits y de la beatlemanía. Pero sus cuatro integrantes contaron con “el quinto beatle” como un estandarte fundamental para su éxito. ¿Quién fue el que forjó al grupo detrás del escenario? Brian Epstein.
El mitológico quinto integrante de la banda se convirtió en una leyenda que los propios músicos alimentaron durante muchos años. Más allá del talento musical necesario para triunfar, el estilo, la vestimenta, las producciones de los conciertos y las relaciones con la industria, fueron elementos vitales para la supervivencia de un grupo.
Y estos fueron los puntos que Brian Epstein pulió en la banda de jóvenes talentos, para convertirlos en una leyenda.
¿Quién fue Brian Epstein?
Epstein nació un 19 de septiembre de 1934 y fue hijo de una familia judía de comerciantes de Liverpool. Desde muy pequeño se hizo cargo de la tienda musical de sus padres. A una corta edad se sintió atraído por el arte, pero al ser homosexual en una época en la que estaba penado por la ley, tuvo que afrontar una difícil adolescencia, trazada por una carrera fallida como actor.
Sin embargo, en su juventud estuvo muy ligado al ambiente artístico de Liverpool y, según reconoció él mismo muchos años después, conoció a Los Beatles por la revista Mersey Beat. Desde el primer momento se sintió enamorado de la agresividad y del espíritu revolucionario de aquellos cuatro jóvenes y fue a verlos a una presentación en el clásico pub local The Cavern. “Me impactaron inmediatamente con su música, su ritmo y su sentido del humor en el escenario. Allí fue donde empezó todo”, reconoció el propio Epstein en una entrevista recopilada en el documental de Disney Get Back, dirigido por el célebre Peter Jackson.
En aquel 1961, la banda estaba integrada por John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y su entonces baterista, Pete Best. Luego de verlos en vivo, Epstein decidió sumarse al proyecto. Al ser un desconocido para el grupo, Brian persiguió a los músicos durante meses hasta que logró obtener su primera charla formal un 3 de diciembre.
Lennon, Harrison y Best llegaron tarde a la reunión en completo estado de ebriedad, tras pasar varias horas bebiendo en el pub The Grapes, en Mathew Street. McCartney también arribó después de la hora acordada, pero fue el primero en llegar. La reunión estuvo lejos de ser un éxito, pero Epstein confirmó que el puesto de manager estaba vacante.
Tras un largo mes de reuniones fallidas y negociaciones truncas, en enero de 1962 Epstein llegó a un acuerdo. Sin embargo, como McCartney, Harrison y Best eran menores de edad, debían conseguir el consentimiento de sus padres. Epstein demostró una impactante imagen de empresario profesional y, a pesar de algunas reticencias de los padres de McCartney, el 24 de enero de 1962 firmó su contrato hasta 1967.
En el acuerdo determinaron que Epstein se quedaría del 10 al 15% de los ingresos (monto que después se extendió hasta el 20%). Y allí comenzó la revolución.
Epstein, los cambios de imagen y el primer contrato profesional del grupo
Su primera medida fue tajante y polémica ya que el grupo contaba con un público ferviente en el momento. Con el objetivo de cambiar la imagen del grupo, Brian Epstein despidió a Pete Best y contrató a Ringo Starr que, en un principio, fue rechazado por los seguidores.
Los Beatles traían una propuesta escénica agresiva, vestían camperas de cuero, botas y un atuendo con una clara señal de rebeldía. Pero Epstein tuvo una mirada muy distinta sobre lo que necesitaba la industria y reemplazó esas vestimentas por trajes de corbata y pelos cortos y prolijos. Con la nueva imagen distante al punk reinante en la época, el manager buscó presentar un producto único. Él proyectaba en los artistas un monstruo del entretenimiento que, apoyados por su carisma y humor, se extenderían de la música al cine y a la televisión.
Al principio no fue recibido con buenas miradas y fueron rechazados una y otra vez. “Los grupos con guitarras pasaron de moda”, fue la respuesta por excelencia que recibieron en su momento de parte de las discográficas.
Mientras el grupo trabajaba en los temas del disco “Please, please me” (1963), el manager realizó decenas de viajes a Londres con un demo que recibió la negativa de Columbia, Pye, Philips, Oriole y Decca, cuyo representante, Mike Smith, fue a ver a la banda en una presentación en The Cavern, pero aún así los declinó.
Al tiempo que Epstein insistía en avanzar las negociaciones con Decca, comenzó a dialogar con Ron White, un ejecutivo de marketing de EMI, que lo contactó con los productores de la prestigiosa discográfica. Allí conoció a los productores Norrie Paramor, Walter Ridley y Norman Newell que volvieron a desestimar el disco. Guiado por su perseverancia, en una visita a la tienda HMV, propiedad de EMI, conoció a un grabador de LPs, Jim Foy, que lo recomendó con Sid Coleman, el jefe de la división de publicación de la empresa.
Coleman quedó fascinado con lo que Epstein le presentó y se reunieron con el productor general de la empresa, George Martin. Como último recurso, el manager jugó su carta más importante y advirtió que si no avanzaban las negociaciones, cancelaría los servicios de su empresa personal NEMS, con EMI. Finalmente, el 9 de mayo de 1962 en los estudios Abbey Road, Los Beatles firmaron con el pequeño sello Parlophone de EMI, que tenía muy poca experiencia con artistas de pop o rock.
Inmediatamente, Epstein informó a los artistas que se encontraban de gira por Hamburgo. En el acuerdo, cada integrante recibiría un centavo de libras esterlinas por disco vendido y las tasas de regalías se redujeron aún más en los LPs vendidos en el exterior de Reino Unido.
El 11 de febrero de 1963, Los Beatles pasaron más de 10 horas en The Cavern, donde grabaron “Please, please me”, con emblemáticas canciones vigentes al día de hoy como la homónima al nombre del LP, “Love Me Do” o “Twist and Shout”, entre otras. Demás está decirlo, el disco arrasó con las expectativas de la discográfica, fue número uno en ventas del año y dio inicio a la enfervorizada beatlemanía.
Del estrellato a la prematura y misteriosa muerte
Sin lugar a dudas que la firma del acuerdo logrado por Epstein con EMI por la grabación del primer LP, fue el puntapié inicial de una banda que trascendió hasta el día de hoy. A partir de allí, las regalías crecieron sin límites y la banda grabó otros seis discos bajo la tutela de Brian Epstein hasta 1967.
Los Beatles se convirtieron en un fenómeno mundial rápidamente y Epstein se vio desbordado al ser su primera experiencia como manager. Durante cinco años guió a la banda en la producción de los discos, en la relación con discográficas y fue clave en las gestión de giras mundiales. Todo marchaba por buenos carriles hasta que en 1966, el grupo realizó una presentación en Manila, Filipinas, y fue un desastre.
Los músicos debían asistir a una fiesta organizada por la primera dama, Imelda Marcos, a la que nunca llegaron y los mandatarios del país se enfurecieron con ellos. Al mismo tiempo, la tecnología para reproducir los adelantados temas de Los Beatles era muy deficiente. El sonido fue devastador en aquel show y el grupo se retiró abucheado.
En ese momento, la ya célebre banda decidió dejar de presentarse en vivo hasta que la tecnología permitiera un sonido limpio y consistente en los estadios. Al mismo tiempo, el grupo se involucró en la producción de sus próximos LPs, “Sgt Pepper’s” y “Magical Mistery Tour”, y en ambos rechazaron la asistencia de Epstein.
Con la preocupación de que su contrato que vencía en 1967, el manager también comenzó a recibir maltratos y burlas de los músicos por ser homosexual, experiencia que relató en su autobiografía A cellar full of boys. Asimismo, la hegemonía de Paul McCartney se hizo cada vez más presente y poco a poco las diferencias entre el representante y los músicos fueron dinamitando la relación.
Para 1967, Epstein había comenzado a consumir ansiolíticos no medicados, el vínculo con el grupo quedó disminuido y su influencia quedó reducida a la relación con las discográficas. En medio de la crisis con Los Beatles, en agosto de aquel año Brian brindó una fiesta para sus amigos más íntimos, Peter Brown y Geopffrey Ellis, el principal ejecutivo de su organización NEMS. Tras ese festejo, el manager fue hallado sin vida el domingo 27 de agosto por sus criados, a los 32 años de edad.
Al momento de su deceso, el grupo se encontraba realizando un retiro espiritual con el Maharishi Mahesh Yog en Bangor, Gales. Por común acuerdo con la familia y los músicos, Los Beatles no asistieron a su funeral para evitar la aglomeración de gente y que los seres queridos del representante pudieran despedirlo en tranquilidad.
Según el testimonio de Peter Brown, esa noche había notado a Epstein bajo los efectos de la droga, pero con plena conciencia. Luego de haberlo encontrado sin vida, él se encargó de limpiar la casa de sustancias ilegales, para evitar conflictos con la Policía. Finalmente, los estudios posteriores dictaminaron que la muerte de Brian Epstein se produjo por la ingesta de seis pastillas de Carbitral, un fuerte barbitúrico, que mezclado con grandes dosis de alcohol resultó letal.
Más allá del triste desenlace que tuvo su relación con Los Beatles y su vida, Epstein fue el arquitecto de un grupo que trascendió a la música y que, a 60 años de la firma de su primer contrato con EMI en 1962, sigue manteniendo la beatlemanía a flor de piel.
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