El desfachatado baile navideño de Hernán Drago en Bienvenidos a Bordo que desconcertó a Guido Kaczka

El inicio de las fiestas está a unas horas de comenzar y la alegría típica de la época puede palparse en el aire. Luces navideñas que brillan desde las ventanas de las casas, los carteles que desean felicidades desde las vidrieras de los locales y las personas que corren para ultimar los detalles finales antes de las tan esperadas reuniones familiares forman parte del paisaje de fin de año. Hernán Drago, quien ya es un habitué en Bienvenidos a bordo (eltrece), se contagió del espíritu y lo trasladó al estudio del canal.

El trabajo del modelo dentro del programa va variando pero, lo que nunca se modifica, es su formalidad absoluta a la hora de evaluar a los participantes. En un comienzo, se dedicaba a puntuar a los concursantes que iban a cantar y, en otras ocasiones, participaba junto a ellos en el desafío de adivinanzas. Otro de sus roles ocurría casi al final del programa, cuando ocupaba el lugar de jurado para quienes iban a probarse en las dominadas.

En las últimas ediciones, su rol se simplificó y solo debe probar la comida que llevan los invitados y determinar un puntaje del 1 al 10. Si ese número coincide con el que le asignó quien preparó el plato, esa persona gana un gran premio en efectivo.

Hernán Drago se destaca por ser un personaje bastante serio y reservado y son pocas las situaciones en las que se suma a las chicanas de Guido Kaczka. Incluso hubo ocasiones en las que el conductor quiso bromear con él pero que fue rechazado de manera tajante. Sin embargo, el desafío que convoca a cocineros y pasteleros de todo el país parece sacar a relucir su lado más alegre y se lo puede notar distendido mientras degusta las diversas preparaciones.

Durante el jueves, apenas unas horas antes de la víspera de Navidad, la mezcla entre la emoción de probar la deliciosa comida mezclada con el inminente entusiasmo característico de las fiestas parecieron invadir al modelo quien sorprendió a los presentes mostrándose suelto y desfachatado.

Todo comenzó cuando Kaczka convocó a Mariela Rodríguez, una de las participantes, a pararse frente a las cámaras. Ella entró cargando en los brazos una enorme bandeja totalmente cubierta por una tela color bordó oscuro. El conductor, fiel a su personalidad curiosa, levantó una punta del paño para poder observar antes que el resto lo que se escondía debajo. Emocionado, exclamó: “Uff, se adelantó Noche Buena. Chichos, se adelantó. Mañana dormimos a la noche, a las doce hacemos eso del árbol y listo. Nada más”.

A continuación, comentó que era el momento perfecto para que sonara “Jingle Bells”, el villancico navideño popularizado en Argentina por las películas y series estadounidenses. Sin dejar pasar un segundo, Drago entonó el famoso estribillo con una gran sonrisa en la cara mientras acompañaba la música con un divertido baile. Entre risas y mirando al aire, como buscando inspiración, cantó las primeras palabras un par de veces frente a un muy asombrado Guido Kackza.

A modo de recompensa, el conductor destapó la enorme picada que contaba con huevos rellenos, papas al horno, salsas especiales, panes saborizados y otras delicias, invitando al improvisado cantante a que probara el festín que relucía frente a sus ojos.

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