El Choque Urbano aborda al Martín Fierro
Un hombre se topa con un basural cuando sale a tirar sus propios residuos, y también con un dilema: lleva consigo un libro del que no quiere despojarse. Es el Martín Fierro. Así comienza Fierro, la última creación de El Choque Urbano, que después de su gran éxito en la Ciudad Cultural Konex volvió a presentarse, durante febrero y marzo, en el Galpón de Guevara. Afuera de la sala, la ciudad es un horno, pero al ocupar la butaca una brisa helada cae desde un aire acondicionado gigante que señala 17 grados. No hace falta abrigo: así como uno olvidará que la música nace de tachos o caños de PVC, el propio cuerpo se fundirá y transpirará junto a los que habitan el escenario.
Inspirada en el poema que José Hernández publicó en 1872, la última obra de la compañía multidisciplinaria de los hermanos Ablin da un paso más allá. Y es que El Choque Urbano, nacido en plena crisis de 2001, es una criatura viviente, una especie de Leviatán de Hobbes pero solidario, bello y del arte: nunca mejor dicho, es su cuerpo de bailarines, actores y músicos el que lo hace sonar, moverse y apropiarse, en cada nueva aparición, de un nuevo lenguaje. El Choque Urbano evoluciona traccionado a sangre y, en Fierro, la novedad es la incorporación de la voz y la palabra.
"A la coreografía, la música, los objetos resignificados y el potencial general del Choque, quisimos agregarle un nuevo recurso para seguir reinventándonos. Con Fierro, la novedad fue abordar el texto poético y lo hicimos a través del gaucho Martín Fierro", enfatiza Manuel, su director general. "La palabra ya estaba en ¡Baila!, nuestra obra anterior, pero con canciones propias. Esta es la primera vez que abordamos una obra literaria", agrega Santiago, brillante percusionista corporal y director musical de la compañía.
Sebastián, el mayor de los hermanos, se detiene en este cambio sustancial: "Durante muchos años trabajamos con un idioma inventado: lo hicimos tanto en La nave como en Fabricando sonidos. En ¡Baila!, con la aparición de los hijos en la familia del grupo, empiezan a aparecer letras más definidas. Y con Fierro apareció el desafío enorme de animarse a recitar, con todos los miedos que siempre trae exponerse a algo nuevo. Cuando Manuel trajo los textos en los primeros ensayos, a muchos nos resultaba complicado… Porque en El Choque somos artistas de diferentes disciplinas. A mí, por ejemplo, el texto me llega escuchándolo: me cuesta mucho decirlo, sacar la palabra. Yo estoy más dedicado a la música y, cuando escucho una letra que me significa algo y me conmueve, mi toque se conmueve con ella, ¿se entiende?" Sebastián quiere ejemplificar, pero busca y no recuerda la estrofa buscada. Pide a sus hermanos que lo ayuden. Casi una metáfora de la célebre ley primera del Martín Fierro, Manuel acude en su rescate y recita: "Pero ponga su esperanza, en el Dios que lo formó, y que me despido yo, que he relatao a mi modo, males que conocen todos, pero que naides cantó". Sebastián asiente, movilizado: "Yo no digo ese texto, pero cuando lo escucho, ¡me siento parte! Y es una ayuda artística para que mi interpretación sea más profunda que una nota o un ritmo que ya transitamos tantas veces".
Manuel, el único de los hermanos que recuerda haberlo leído en la escuela, fue quien eligió el primer libro -conocido como "La Ida"- para el espectáculo que se presenta en el Galpón de Guevara los viernes a las 23 y los sábados a las 21. "En ‘La Ida’, Fierro y Cruz terminan escapándose del sistema que los despojó de todo lo que querían. Yo prefiero imaginarlos así, yéndose a vivir a otro lado, y no volviendo y pactando con aquellos que los despojaron de todo... Aunque poéticamente son hermosos ambos, son finales muy contrapuestos y yo prefiero el de ‘La Ida’. Ensamblar ese texto poético con los temas fue muy divertido: si bien en la obra hay una chacarera y está presente la guitarra, también se rapean fragmentos del Martín Fierro o lo recitamos sobre música electrónica... Nuestro Fierro es bien contemporáneo y su significado se relaciona con la realidad de hoy: hay Fierros en nuestra Ciudad, al lado nuestro, todo el tiempo; gentes a quienes despojan de sus bienes, de sus seres queridos, de sus amores, de sus contenciones, silenciados e invisibles".
Sebastián se engripó y se perdió el fin de semana de reestreno en el Galpón, pero aprovechó para mirar desde afuera: "Cuando uno vive la obra como espectador y no como intérprete, se olvida que son tachos, bolsas y cuerpos. Y al ver que no hay ni un solo instrumento convencional, ni una superproducción detrás ni agua que cae del cielo, te das cuenta de que El Choque sigue con su esencia de grupo de calle: sobrevive a cualquier dificultad. Y Fierro es eso: sobrevivir, a lo difícil que es crear, producir y estar bien con lo que uno hace. Por eso esta obra fue tan necesaria, casi una obligación para nosotros". Quizás por eso, mientras los conmovidos espectadores abandonan el Galpón de Guevara, suena "Bella Ciao", el famoso canto partisano, en la sala en la que un aire acondicionado se desquicia, inútil, intentando enfriar una marea humana transformada por un carnaval infernal.
Con nuevos lenguajes, de un éxito a otro
Entre las múltiples virtudes de El Choque Urbano quizá la más desapercibida haya sido la de saber conjugar el título de sus creaciones con los desafíos que se proponían artísticamente. Si su primer espectáculo, Fabricando sonidos (2003), remite a esos comienzos donde la percusión no convencional era el fuerte del grupo que miraba a los ingleses de Stomp, La nave (2008) es quizá la metáfora de su desembarco en un universo más teatral y el sostén dramático de sus recursos expresivos.
Como explica Analía González, cuarta fundadora histórica del grupo y su directora coreográfica, la apuesta siguiente fue por la danza. "En nuestros comienzos, la compañía sólo tenía dos bailarines, Luciano Rosso y yo, así que las posibilidades a nivel coreográfico eran menores. Con ¡Baila! (2011), decidimos incorporar más bailarines y fue un quiebre importante enriquecer la propuesta a través del movimiento", reflexiona desde Catamarca, donde está presentando una versión de Un instante, el último trabajo de su Compañía En Movimiento.
Fierro, de El Choque Urbano
Inspirada en El gaucho Martín Fierro, de José Hernández.
Galpón de Guevara. Guevara 326.
Viernes, a las 23; y sábados, a las 21.
Temas
Otras noticias de Teatro musical
Más leídas de Espectáculos
En Nueva York. Mafalda, invitada especial en la gala de los Emmy Internacional, cumplirá uno de sus grandes sueños
“Eternamente agradecido”. Gastón Pauls reveló el rol que cumplió Marcela Kloosterboer en su recuperación de las adicciones
En Colombia. El crudo documental de Netflix que relata cómo cuatro hermanitos sobrevivieron 40 días en la selva
Talento. Colapinto dijo de qué signo es y los usuarios descubrieron la coincidencia con La China Suárez