El caso Natalia Fraticelli fue llevado al teatro
La autora y directora Andrea Martínez lleva a escena el caso de la joven que fue encontrada muerta, y todavía hay dudas sobre si fue asesinato o suicidio
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Hace 22 años, el 20 de mayo de 2000, una chica de 15 años llamada Natalia Fraticelli fue encontrada muerta en la cama de su habitación, en su casa en Rufino, un pueblo de -en esa fecha- unos 20 mil habitantes, al sur de Santa Fe. Los padres, el juez Carlos Fraticelli y Graciela Dieser, fueron condenados en 2002 a prisión perpetua; apelaciones mediantes, un segundo juicio, en 2009, determinó que la adolescente se había suicidado y ellos fueron absueltos, fallo que ratificó la Corte Suprema en 2016.
Asesinato o suicidio, la causa de su muerte no se resolvió. Según la describieron, era una chica de buen humor, estudiaba peluquería y padecía un leve retardo madurativo que incomodaba mucho, decían los vecinos, a su familia. Estaba enamorada de un chico al que le escribía cartas, intercambio que continuó porque sus amigas se encargaban de responder en nombre de este joven que ignoraba por completo lo que pasaba.
“Cuando pasó, el caso me erizó la piel como a muchas otras personas. Pero nunca me imaginé que había quedado tanto en mi mente y mi imaginario”, dice Andrea Martínez, autora y directora de Invisibles, la obra inspirada en esta muerte injusta todavía inexplicable que no pudo borrar de su memoria: “Tanto me conmocionó que, años más tarde, en un seminario de dramaturgia de Adriana Tursi, me puse a escribir a partir de la imagen de una mujer rubia que se lavaba la cabeza con agua de una gotera. Poco después soñé y me desperté de golpe con la cara de Natalia Fraticelli: ahí supe que ese personaje era ella. Desde ese instante, no paré de sentir contacto, incluso en la mitad del proceso de escritura viajé a Rufino a hacer mi investigación, caminar por las calles, le llevé rosas al cementerio, hablé con gente que la conoció y hasta me crucé con su padre”, dice sobre el ex juez, ya jubilado, que formó una nueva pareja mientras que Dieser, la madre, se suicidó en 2012.
A partir de la noticia, la autora tomó este “romance” de Natalia como disparador. Matías (el joven interpretado por Rodrigo Diez), enterado de lo sucedido se enamora de Natalia (Vanina Corral), después de su muerte y escuchará su versión. “El caso real solo sirve para la inspiración. Aparecen los personajes reales, se los nombra, menos el personaje de Matías porque siempre se preservó su nombre. Como directora quise contar esta oscura historia como un melodrama negro, oscuro pero bello. Cada trasto escenográfico, vestuario, maquillaje, música tenía que contar lo bello de la oscuridad”, dice Martínez a quien le gustaría mucho que los pobladores de Rufino vieran la obra. Por ahora, en Buenos Aires, las devoluciones que recibe del público apuntan a las emociones, la angustia por la injusticia, por la historia de amor, por recordar aquello que pasó. “No culpo a nadie, no es mi tarea en este mundo, sino que lo expreso artísticamente, desde ese lugar digo lo que pienso sobre este caso y todos los femicidios que quedaron impunes, a manos de parejas o de la familia. En año 2000 no estaba esta carátula pero, para mí, fue un femicidio. Hay que visibilizar estos crímenes, porque nadie se acuerda y quedó como un suicidio”, dice la autora de Invisibles, su segunda obra después de Flash en mi mente, que estuvo tres temporadas en el teatro Variedades Concert (Corrientes y Libertad), una puesta muy hard rock, con banda en vivo, sobre gente en situación de calle, consumidores de drogas, abusos.
“Todos los artistas somos emergentes de la sociedad en la que vivimos, no podemos estar ajenos a estos acontecimientos. Al teatro también lo tomo como un medio para comunicar y no puedo dejar de comprometerme con lo que quiero contar, me gustaría que la gente no se olvide de estos casos, simplemente para que no se repitan. Y que el público se vaya con sensaciones, que le haga bien al corazón y a la mente”, dice @lahijademoliere en las redes sociales, también al frente de un grupo de teatro comunitario en Villa Lugano llamado ¿Eso es provincia o capital?. “Mi compromiso no es sólo artístico sino que también tomo posición y me comprometo socialmente”, subraya con palabras y con hechos: además de las funciones actuales en el teatro Border, Invisibles podrá verse el 24 de junio a las 19.30 en la Casa de la Cultura Popular Villa 21-24 de Barracas, con entrada gratuita para los del barrio y todos los que quieran decir presente.
PARA AGENDAR
Invisibles, la obra, de Andrea Martínez. Con Vanina Corral y Rodrigo Diez. Viernes, a las 22, en Teatro Border, Godoy Cruz 1838. $ 1000.
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