El carnaval del país
La noche es una fiesta en el Corsódromo de Gualeguaychú
Desde mediados de enero, la gran celebración viste de colores a esta ciudad de Entre Ríos, donde, hasta el 1º de marzo, las comparsas son las reinas del lugar.
Una voz anuncia por los parlantes la salida de la primera comparsa de las cuatro que desfilan en esta noche de Carnaval. De un momento a otro la temperatura aumenta. La gente enloquece. Instintivamente todos empiezan a aplaudir y a moverse a un mismo ritmo. Son las nueve y media de un sábado a la noche y acaba de comenzar una vez más, en Gualeguaychú, "la fiesta del Carnaval del País".
El Corsódromo -pasarela de 500 metros de largo por 10 de ancho- está completamente iluminado. En la entrada se encamina la comparsa Marí-Marí, atrás esperan su turno Kamarr, Papelitos y O´Bahía.
Hombres, mujeres y niños bailan con sus extravagantes trajes llenos de plumas y lentejuelas de colores, todo brilla a más no poder. No son modelos ni bailarines profesionales, pero parecen sentirse famosas estrellas del mundo del espectáculo. Al ritmo de la canción que interpreta la orquesta -cada comparsa tiene una propia- desfilan 215 personas ordenadas por escuadras y en enormes carrozas.
La música oscila entre los sones brasileños y cumbianteros. La camparsa avanza con algunas coreografías preparadas y el paso base, donde sacuden cada parte de sus cuerpos.
Auténtica seducción
Este espectáculo no es un perfecto esquema donde está todo fríamente calculado. El clima es de fiesta, la improvisación y la naturalidad de cada integrante dan el toque más importante, lo auténtico. No hay edad, peso ni altura estipulada, simplemente salen a mostrarse. Todos sienten pasión por el carnaval. Bailan, transpiran, gritan y no dejan un segundo de seducir al público, que cada tanto interrumpe metiéndose en el circuito para sacarse fotos o para improvisar unos pasos.
La familia Porras no deja de repetir "esto es increíble". Hugo y Olga llegaron en una excursión desde La Plata, con sus dos hijos de 16 y 12 años. A unos metros están Juana y Enrique, que a sus 72 años viajaron desde Buenos Aires y, según su mirada, "es un espectáculo que está al nivel de los carnavales de Brasil". Lo cierto es que entre las comparsas hay una competencia. Cada desfile es presenciado por un jurado y el 1º de marzo se decidirá quién es la ganadora, además de la reina y la mejor batucada. Por eso es que cada una elige, con bastante anterioridad, un tema que los represente para interpretar en su canción y desplegarlo en el vestuario.
Todo es como un juego en el que la regla principal es el "no me importa nada". Las caras alegres de los carnavaleros revelan que olvidaron sus problemas, los prejuicios y el único fin, la única meta que tienen en mente es la diversión. Esto también se respira entre el público que, totalmente descontracturado, elige este programa más de una vez.
Carla es una cordobesa que visita con su amiga Florencia a unos tíos paternos. Estas treintañeras no paran de reírse, ni de moverse, ni de gritarle a los chicos que desfilan los piropos más osados de la tribuna.
En esta ciudad de la provincia de Entre Ríos nada se ansía tanto como la llegada del verano. No específicamente para disfrutar del sol en sus playas de agua dulce sino para festejar la tan esperada llegada del Carnaval.
Esta costumbre se practica en estas tierras desde principios de siglo. Por entonces festejaban la llegada del Rey Momo (dios griego de la burla) y la clase baja de Gualeguaychú, con tono de broma y, tras las caretas, despotricaba contra los maltratos de los de la clase alta.
Los carnavales, con su tinte de crítica social, que se iniciaron sin luz eléctrica, se perfeccionaron con el paso de los años y mantuvieron la idea de dejar un mensaje.
También quedaron atrás las pasadas por la avenida de Las Palmeras. Los vecinos ahora están más tranquilos, ya no tienen más las comparsas desfilando por la puerta de sus casas.
"Hace unos años, el fin de semana tenía que volver a mi casa antes de las ocho, porque si no tenía que pagar la entrada para poder llegar a mi casa", cuenta Nelson mientras camina en busca de su puerta.
Un día en el Corsódromo
Hoy la cita es en el Corsódromo, que sólo tiene dos años de festejos. Construido en los terrenos de la ex estación del ferrocarril, el escenario cuenta con equipos de iluminación tan potente que dentro del circuito se hace de día. Por su parte, el sonido no se queda atrás en la nitidez. El precio de las entradas es de $ 12, los sábados; $ 10, domingos, y los niños menores de cinco años entran gratis. Las comodidades también difieren según el precio: por $ 4 y $ 5 se consiguen sillas, mientras que el acceso a la tribuna cuesta $ 3. Más exclusiva, una ubicación en la zona VIP -o palco- puede variar desde $ 30 a $ 80.
La ciudad espera a sus visitantes para brindar lo mejor de sí misma. Los directores de cada comparsa, respaldados por el club al que representan, hacen sede en las mismas instalaciones de cada club para empezar con los preparativos, desde abril del año anterior. Los talleres de costura, el de las carrozas y el de los espaldares de a poco le dan forma a lo que será un gran despliegue.
"Lleva mucho tiempo de trabajo, pero esto es una pasión", cuenta convencido José Luis Gestro, director de la comparsa Marí-Marí (Amanecer, en guaraní). Gestro estudió escenografía en Buenos Aires y lleva más de 14 años en la comparsa.
"Las horas de trabajo son incalculables", comenta Carmen, una modista que a sus 50 años asegura "vivir y sobrevivir por su comparsa".
Hasta los 38 años se lució en los desfiles, pero ahora se dedica a preparar los trajes de O´ Bahía. El ritmo se acelera desde el tercer sábado de enero, cuando se hace la primera salida, y ya empiezan a festejar el carnaval.
Cerca de las siete de la tarde llegan a los clubes las estrellas del desfile para vestirse y maquillarse. Aunque sobrevuelan los nervios y la euforia, todos corren tratando de cuidar los últimos detalles.
Antes de salir, los integrantes de Marí-Marí se reúnen en la cancha de basquet del club Central Entrerriano para recibir las últimas indicaciones. A las nueve todos deben estar en sus lugares con los trajes impecables.
Detrás de las tribunas del Corsódromo una multitud de colores se mueve y entra en calor con pasos y halagos mutuos. Hipólito Rodríguez está íntegramente vestido de plateado, es de baja estatura y le sobran algunos kilos; detrás de escena corre vociferando palabras de estímulo a los más chicos. "Yo sé que soy el más viejo. Pero ellos me necesitan", dice y en un gesto de coquetería se niega a revelar su edad.
Pero Gualeguaychú no es sólo el carnaval, ofrece a los turistas sus playas tranquilas y sus serenas aguas. Hay programas tentadores para disfrutar de un fin de semana en familia, con varias opciones para un día y una noche a puro carnaval.
Son las cinco de la tarde del domingo y el sol cae a pique sobre el cemento del Corsódromo. Las tribunas de ambos costados están desiertas. Las calles de Gualeguaychú se despiertan de la religiosa siesta. Los integrantes de cada comparsa se encaminan hacia los talleres donde empieza el ritual cotidiano de los preparativos. La noche será una fiesta.
Datos y contraseñas para disfrutar Gualeguaychú a fondo
La ciudad de Gualeguaychú tiene para sus visitantes una lista de imperdibles actividades para pasar un fin de semana familiar.
Desde Capital Federal (a 228 km) y Gran Buenos Aires, se accede por el acceso norte, ruta nacional Nº 9, complejo Zárate Brazo Largo, ruta nacional Nº 12 hasta Ceibas y ruta nacional Nº 14 hasta el acceso a la ciudad. Desde Santa Fe, por el túnel subfluvial Uranga-Silvestre Begnis, Paraná por ex ruta nacional Nº 131, Nogoyá, Rosario del Tala hasta Basavilbaso, ruta provincial Nº 20 pasando por Urdinarrain hasta Gualeguaychú. De Paraná, salida por ruta provincial Nº 11 pasando por Diamante, Victoria, Gualeguay, por ruta provincial Nº 16 pasando por Carbó y Larroque, ruta nacional Nº 14 hasta el acceso a Gualeguaychú.
Para los hermanos de la República Oriental del Uruguay por el puente internacional General San Martín que une Fray Bentos-Puerto Unzué, ruta nacional Nº 136 hasta ruta Nº 20 o por ex ruta Nº 14 (Parque Unzué).
Los que viajen desde el Norte, por ruta nacional Nº 14 (costa del río Uruguay) hasta ruta provincial Nº 20 y por ésta hasta la ciudad.
Los ómnibus que llegan al destino desde Retiro son las empresas Flechabús, Tata y Basa entre otras, el precio del pasaje es de $ 16 de ida.
¿Qué hacer?
Uno de los atractivos principales es la costanera que bordea el río Gualeguaychú (río del jaguar grande, en guaraní). Las aguas bordean la ciudad de norte a sur, donde se pueden practicar varios deportes acuáticos como el surf, vela, remo y, obviamente, pesca. La completa costanera tiene balnearios, campings y variados restaurantes. Acá van algunos campings con balnearios para visitar: Costa Azul (Tel. 0446-31130), Ñandubaysal sobre el río Uruguay a 15 km de la ciudad (Tel. 0446-23298) y La Delfina en el parque Unzué (Tel. 0446-23984). Los precios según la cantidad de personas en las carpas o las casas rodantes oscilan entre los $ 8 y $ 15 por día.
Las riquezas naturales son protagonistas en la provincia de Entre Ríos y en esta ciudad que lleva el nombre de su río. No todo es aire libre y vida silvestre. Tanto para el almuerzo como para la cena hay lugares para elegir, estos son algunos de los restaurantes de Gualeguaychú: Lejandro I, en Bolívar 565 (Tel. 0446-22155), La Posta, en ruta nacional 14 km 53 (0446-25095). Para los que prefieren las parrillas, Carrito 25 está abierto todo el verano, en 25 de Mayo y Rocamora; La Cascada, está en San Lorenzo y 3 de Caballería y El Tagüe en la ruta 14 km 56 (Tel. 0446-25830). Los precios de los menúes rondan los $ 5 a $ 7.
Lo imperdible
En estas tierras de verde intenso, la fiesta más popular es la denominada "la fiesta del carnaval del país". Este acontecimiento convoca alrededor de 40 mil personas por noche. La cita es en el Corsódromo situado en el Parque de la Estación. El desfile cuenta con la participación de cuatro comparsas: Marí-Marí, Kamarr, O´ Bahía y Papelitos. El precio de la entrada está a $ 12, los sábados, $ 10, los domingos y $ 3 los menores.
Además, en la noche, están los casinos, para quienes se les da por los juegos de azar y obviamente lugares para alojarse. En los hoteles, el precio promedio de una habitación doble oscila entre $ 25 y $ 90, en los hoteles de tres estrellas con casino incluido. Algunos hoteles para ir reservando habitación en la ciudad de los carnavales. El Embajador, en 3 de Febrero y San Martín (Tel. 0446-24414); Berlín, en Bolívar 733 (Tel. 0446-25111) y La Posada, en San Lorenzo y del Valle (Tel. 0446-26099).
¿Dónde informarse?
Por cualquier tipo de consulta comunicarse con la Casa de Entre Ríos en Buenos Aires, Suipacha 844, Tel. 328-9327.
Centro de informes en Gualeguaychú, Av. Costanera y Obeliscos, Tel. 0446-23668.
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