El arte de la cinta
Con rollos de embalar, el ucraniano Mark Khaisman creó una técnica emparentada tanto con los vitrales y el pixelado como con el cine negro
"Todavía me siento perdido cuando la gente pregunta qué tipo de arte hago", confiesa Mark Khaisman, un ucraniano de 54 años. "Algunos me vinculan con el street art , pero sólo porque uso cinta de embalar. Soy demasiado viejo y respetuoso de la ley para ser artista callejero. Muchos artistas están usando un efecto de pixelación en sus trabajos y es probable que yo sea uno de ellos. Muchos artistas están haciendo arte con basura y es probable que yo sea uno de ellos. Muchos artistas están usando la cualidad traslúcida de sus materiales y es probable que yo sea uno de ellos."
Aunque puedan parecer hechas con computadora, las obras de Khaisman están realizadas con cinta de embalar: más que basura, algo cotidiano. Y es precisamente la temática de la Hidden Heroes: The Genius of Everyday Things (Héroes ocultos: la genialidad de las cosas cotidianas), muestra itinerante que incluye al artista entre los expositores. Desde el 9 de noviembre último hasta el próximo 5 de junio va a estar en el Science Museum de Londres. Después continuará por el museo del Massachusetts Institute of Technology (MIT), en Estados Unidos.
Jochen Eisenbrand, curador de la muestra, cuenta que la recepción fue "muy positiva, yendo del asombro hasta la admiración". Por otro lado, señala la importancia de "contar con la pieza original para demostrar que no hubo ningún retoque digital involucrado, sino que se trata del material y nada más".
"La gente puede conectar con mi obra desde el recuerdo táctil de luchar con cinta de embalar o la sensación reconfortante de una historia visual compartida", asegura el artista.
Sus obras están basadas principalmente en objetos derivados de libros de historia del arte y retratos inspirados en el cine negro. Una serie de estos últimos fue expuesta durante 2009 en el aeropuerto internacional de Filadelfia, ciudad donde vive hoy con su familia.
Pero antes estudió Artes y Arquitectura en Moscú.
Sueños feos
"Mi acercamiento al cine negro tuvo lugar tras mi inmigración a Estados Unidos. En él vi historias sin una historia verdadera, desfasadas del tiempo y del espacio real, un poco como sueños feos. Me gustan las similitudes en la construcción de tramas narrativas, la confusión, incertidumbre y el absurdo que se percibe. Nadie sabe con certeza qué está sucediendo. También se vincula con mi pasado arquitectónico. Desde sus títulos hasta la recurrencia de personas cayendo de edificios, puentes y escaleras, las películas del cine negro lidian con el ambiente urbano de una forma muy particular. Son historias del espacio urbano", explica.
Con respecto al proceso de creación, cuenta que toma un panel acrílico transparente iluminado de fondo y le va aplicando y quitando bandas de cinta, principalmente sepia, pero a veces también rojas o azules. Para él, de cierta forma, el proceso es reminiscente al revelado predigital de fotos en cuarto oscuro: "Mis manos trabajan y mi mente presencia la aparición de la imagen. Entonces la preocupación pasa a ser no sobreexponer o subexponer esa imagen".
Los retratos vívidos pueden asemejarse al vitral, y tal vez no sea casualidad: en 2004, cuando llegó a esta técnica, Khaisman realizaba bosquejos para un proyecto de vitrales. De repente se le ocurrió bosquejar con cinta y se sorprendió con los resultados. "Me interesa cómo influye la luz sobre la forma, sin importar cuál sea el objeto o la figura. Mi arte es una ilusión pictórica creada por las luces y la sombra que estimulan una respuesta emocional", concluye.
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