El único, exclusivo e impactante registro documental de una Madrid vacía en plena pandemia lleva la firma de Lucas Figueroa, director argentino egresado de Imagen & Sonido de la Universidad de Buenos Aires, nativo de Morón y fan de la Bersuit y Cuarteto de Nos. Renaceres, un proyecto multimedia que también incluye otras ciudades españolas y del resto del mundo, está ahora en proceso de edición y montaje con la intención de estrenarlo en cines y plataformas VOD en los próximos meses. A la vez, ese material audiovisual compondrá una muestra que integra las imágenes con poemas de Quevedo, Lope de Vega y Borges recitados por relevantes actores, pensadores y músicos (argentinos incluidos, cuyos nombres todavía están en reserva por motivos contractuales), a exhibirse en uno de los grandes museos de la ciudad. "Cuando vi por primera vez en sala de edición todo lo que había registrado, pensé: 'Boludo… Todo esto Isaac Asimov lo escribió antes'", dice Figueroa desde su casa del barrio La Latina, ahí donde conviven varios de los mejores bares de tapas y cantinas de la capital española, muy cerca del famoso mercado El Rastro.
"A mí me ponés un cuchillo entre los dientes y salgo a la guerra" desafía el director en argentino básico. La idea de filmar la ciudad desierta en semejante contexto le surgió en el camino que va desde su casa -pasando por la Plaza Mayor, nada menos- hasta la oficina de su productora, instalada en la peatonal Preciados. "Pedí el permiso, pensé que no me lo iban a dar y me lo dieron... Me llamaron desde la policía y el Ministerio del Interior, presenté un proyecto muy contundente de memoria histórica para rodarse en 8K (que no se hace habitualmente). Sin equipo de cine convencional para semejante movida, con apenas tres, cuatro personas como colaboradores". El resultado, a partir de las imágenes que el director cedió en exclusiva, estremece. "Era rarísimo… Una sensación parecida a estar metido en Soy leyenda", compara. "Estar en el medio de la Castellana a contramano y... ¡Nadie! Imaginate así la 9 de Julio. A nivel subconsciente te genera algo. No me suelo emocionar, pero cuando vi las imágenes en la sala de montaje me largué a llorar como un nene".
A medida que se acumulaba el material, el proyecto cobraba nuevas formas. En términos conceptuales, Figueroa elige algunos ejemplos de algo que puede llamarse "documental contemplativo". "Esto me está llevando para el terreno de Powaqqatsi (N. de la R: la trilogía documental dirigida por Godfrey Reggio, con música de Philip Glass), estas películas que estudiabamos en la UBA. Son imágenes tan potentes que no tenés que agregarle ningún discurso, y te generan una reflexión, una pregunta". ¿Cuál es esa pregunta? Lucas dice que básicamente se trata de "hacia dónde íbamos con tanta prisa o hacia dónde querés ir ahora. Esa sensación rara de cuestionarse qué cojones queremos de nuestras vidas". A la vez, agrega, lo considera un "archivo de memoria histórica". Entonces, al documental a punto de terminarse se le agregó la idea de una exposición en museos y, tal vez lo más llamativo, pantallas en la calle: ubicadas en las mismas locaciones en donde se filmó, como para potenciar el contraste. "Hay muchos planos grabados en alta velocidad. En una pantalla de 8K, son como cuadros. Ahí van las voces de los artistas que recitan poesía".
Figueroa se fue de Argentina en 1999 cuando se recibió. Ahí dejó atrás su trabajo en el departamento creativo de Telefónica ("me iba todos los días hasta la oficina de Puerto Madero. Fueron seis años de dormir cuatro horas, de Morón a Puerto Madero y de ahí a Ciudad Universitaria"). Luego vivió en Estados Unidos y finalmente se estableció en Madrid, en donde vive con su familia y desarrolla una productiva trayectoria como director de cine y publicidad. En 2011 su corto Porque hay cosas que nunca se olvidan (2009) ingresó al libro Guinness de los récords: es el cortometraje más ganador del mundo, con 300 premios obtenidos en festivales tan diversos como Tokio, Berlín, Los Ángeles, Málaga, Nueva York, Londres, Edimburgo y Buenos Aires entre otras ciudades. La obra cuenta la historia de venganza de cuatro niños que juegan al fútbol en la calle de un pueblo italiano. Para Lucas, en realidad, "eso es lo que me pasaba en las calles de Morón. La vieja que nos pinchaba la pelota en la calle Barragán 1515". Luego realizó dos largometrajes Viral (2013, de inquietante anticipación sobre lo que está pasando) y Despido procecente (2017), disponible en Netflix y protagonizada por Imanol Arias, Darío Grandinetti, Luis Luque y con un sonoro cameo del boxeador Jorge "Roña" Castro incluído.