El ácido chiste sobre la carrera de Jennifer Lawrence que se esconde en una escena de Don’t Look Up
La aclamada película de Netflix presenta un futuro distópico que es una dura crítica a la sociedad pero, en el medio de la trama, hay una gran cantidad de bromas y guiños ocultos
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Dont’ Look Up desembarcó en Netflix el 24 de diciembre del 2021 y llegó a ocupar el podio de los estrenos más vistos de la plataforma por varios días, hecho que es todo un logro si se tienen en cuenta las múltiples producciones que salen semana a semana. Pero ese éxito no fue una simple casualidad ya que la película es una mezcla perfecta de sátira y humor negro que solo se ve aumentada por las increíbles actuaciones de los grandes nombres que encabezaron el elenco entre quienes están Leonardo DiCaprio, Jonah Hill, Meryl Streep y Jennifer Lawrence. A modo de frutilla del postre, el guion está lleno de guiños y bromas hacia sus actores y hay uno particularmente ácido dirigido a la protagonista.
Jennifer Lawrence cumple el rol de Kate Diabiasky, la astrónoma que descubre que un asteroide está a punto de impactar con la Tierra y debe convencer al mundo que el planeta se encuentra en grave peligro. No obstante, no está sola en esta compleja tarea ya que la acompaña el Dr. Randall Mindy (DiCaprio). En medio de la odisea que atraviesan para convencer a quienes los rodean de que la amenaza es real, los científicos intentan hablar con la presidenta de los Estados Unidos (Meryl Streep) y allí se reúnen con el jefe de personal de la Oficina Oval, interpretado por Jonah Hill.
Una vez allí, Kate se encuentra con que nadie la toma en serio y que todos subestiman su conocimiento. Es en ese punto en el que el personaje de Hill, Jason Orlean, se refiere a ella despectivamente con el apodo “la chica del dragón tatuado”. Este comentario podría pasar desapercibido por quien no conoce el historial profesional de Jennifer Lawrence o para esos que son algo distraídos pero, ese chiste, es una burla directa hacia uno de los grandes fracasos de su carrera.
En sus inicios en la industria del espectáculo, la joven oriunda de Kentucky, Estados Unidos, consiguió una serie de papeles bastante diversos pero ninguno lo suficientemente grande como para hacerla conocida fuera de su país natal. Así saltó de rol en rol hasta que audicionó para dar vida a Lisbeth Salander, la misteriosa protagonista de La chica del dragón tatuado, dirigida por David Fincher y basada en la novela de Stieg Larson.
Lawrence compitió con otras colegas renombradas como Scarlett Johansson y Natalie Portman pero a las tres les ganó Rooney Mara, cuya actuación fue aclamada por la crítica. En el caso de la protagonista de Don’t Look Up, el motivo del rechazo fue algo físico: era demasiado alta y no coincidía con las descripciones del autor en la obra original. El film alcanzó una ganancia que superó los 200 millones de dólares.
A pesar de haber perdido esa gran oportunidad, el futuro de Jennifer brillaba aún más fuerte ya que a los pocos años fue contratada para el papel de Katnees Everdeen en la saga de Los Juegos del Hambre y pasó a ser una de las actrices mejores pagas del mundo durante el 2014 y el 2015.
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