El ACE de Oro, para Marilú Marini
La escena local tuvo su noche glamorosa en una nueva entrega de los premios
"Practicamos el teatro que es un arte solidario", pronunciaba feliz Marilú Marini, antes de recibir el ACE de Oro, cuando agradecía su estatuilla a la mejor actriz en drama y tras una paciente espera de más de 30 ternas a diferentes rubros de las artes escénicas. La otra dama aplaudida de la velada fue Priscilla, la reina del desierto, que cosechó 7 estatuillas, entre ellas, al mejor musical, producción (Gabriel García y Daniel Vercelli), intérprete (Pepe Cibrián Campoy), dirección (Valeria Ambrosio), coreografía (Elizabeth de Chapeaurouge), vestuario (René Diviú) y revelación femenina (Sabrina Artaza). El musical, género anteriormente subestimado, ocupó un lugar destacado en la ceremonia de los ACE. No sólo porque Karina K, tal como había ocurrido en los Hugo la semana pasada, se llevó el premio a la mejor actriz en este rubro por su interpretación de Judy Garland en Al final del arco iris ("Cuanto más complejo es el rol, más tengo que conocerme a mí misma"), sino porque además se premió a Alejandro Paker. Este último, inmenso artista del musical, recibió su reconocimiento en un rubro no perteneciente a este género: mejor actor de drama. En El hombre elefante, un proyecto personal impulsado por Paker, el actor interpretó a Merrick, el primer paciente que fue diagnosticado con esta enfermedad, en un trabajo sublime: "Se lo dedico a mi hermano, mi inspiración y mi ejemplo, a quien tanto le cuesta vivir en esta sociedad que lo discrimina todos los días".
Otros premios para los desempeños de los actores fueron, en comedia dramática y/o comedia, para Belén Blanco (Querido Ibsen, soy Nora) como mejor actriz, y Alejandro Awada (El placard) como mejor actor por su labor en el espectáculo dirigido por Lía Jelin, también ganadora. En cuanto a los artistas en roles de reparto, fue reconocida Victoria Carreras por su tarea en Nuestro fin de semana, la obra de Roberto "Tito" Cossa en la que también actuaba Juan Palomino, mejor actor. En el teatro alternativo, Osmar Núñez (El ángel de la culpa) fue merecedor del premio al mejor actor, galardón que recibió de Alejandra Darín, su compañera en la bellísima Un informe sobre la banalidad del amor, y como mejor actriz fue distinguida Gaby Ferrero, por su trabajo en Mau Mau. Esta obra mereció también el galardón al mejor director de teatro alternativo: Juan Parodi.
Otros actores premiados fueron Gerardo Otero, como actor de reparto en drama, por su trabajo en Red, donde comparte el escenario con Julio Chávez (ausente de la ceremonia); Emiliano Dionisi, en actuación en unipersonal (Iván y los perros); y Santiago Caamaño, revelación masculina (El cuidador). Otro espectáculo merecedor de muchos reconocimientos fue El luto le sienta a Electra, que fue distinguido como el mejor drama de la temporada. El georgiano Robert Sturua se llevó al premio al mejor director, mientras que María Figueras fue reconocida como actriz de reparto en drama. A su vez, en rubros técnicos, esta tragedia de Eugene O'Neill obtuvo el ACE a la escenografía (Gabriel Caputo) y a la iluminación (Félix Monti).
En cuanto a las obras, la mejor comedia fue El gran deschave, de Armando Chulak y Sergio De Cecco, dirigida por Luciano Suardi, que luego de hacer una temporada en el Cervantes, salió de gira por el país. La mejor obra argentina fue Amarillo, de Carlos Somigliana, protagonizada por Sergio Surraco, con dirección de Andrés Bazzalo, mientras que el mejor espectáculo alternativo fue El cuidador, de Harold Pinter, dirigido por Agustín Alezzo, el más aplaudido de la noche.
Otros ganadores fueron Rony Keselman, por su musicalización de El principio de Arquímedes, mientras que el mejor espectáculo infantil fue Palabrelíos 3, a cargo de los Monosilábicos.
Distinciones y homenajes
"No es lo mismo el talento que la farándula. No es lo mismo ser mediático que ser artista", resumía Carlos Rottemberg cuando recibía de la mano de Luis Brandoni una placa en reconocimiento de sus 40 años de trayectoria como empresario. También fueron reconocidos los dramaturgos Carlos Gorostiza, por el 65° aniversario del estreno de su obra El puente; y Tito Cossa, por el medio siglo de vida de Nuestro fin de semana. También Juan Pablo Ignizian como programador de Siranush.
Quienes le pusieron color y alegría a una entrega muy solemne fueron Los Amados, dirigidos por Alejandro Viola, que celebran 25 años de vida. La distinción que se otorga a los premios del teatro argentino, los ACE (Asociación de Cronistas del Espectáculo), por la temporada 2013-2014, estuvo dedicada en esta 23» edición a la memoria de Alfredo Alcón. Estuvo muy bien conducida por Belén Badía, nieta de Juan Ramón y sobrina de Juan Alberto Badía, quien hizo un toro ya que Gabriela Rádice no pudo estar presente. La transmisión de la TV Pública comenzó a las 23.30, es decir que los premios principales recién pudieron verlos los trasnochados, pasada la 1 de la madrugada, mientras que el ACE de Oro llegó pasadas las 2 de la mañana.
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