Dr. John, genial en la madurez
Publicó un brillante nuevo disco, Locked Down, de la mano de Dan Auerbach
Se llama Malcom John Rebennack Jr., se hizo célebre con el nombre artístico de Dr. John y, a los 71 años, acaba de reinventar su carrera con un disco impecable, provocador, distinto, que se llama Locked Down y que ya está en la Argentina.
Si Dr. John es el corazón de este álbum, el cerebro es Dan Auerbach, el cantante y guitarrista de The Black Keys, esa banda de culto para selectas minorías que hoy se transformó en una banda cuya propuesta de blues rock, cada vez más inclasificable, conquista público día a día, vende cada vez más discos y suena en todas partes.
Todo comenzó cuando, en 2010, Auerbach visitó a su admirado Dr. John en su casa de Nueva Orleáns y no anduvo con vueltas: "Quiero producirte el mejor disco que jamás hayas hecho en mucho tiempo", le dijo. Y, escuchando Locked Down , una experiencia que termina siendo adictiva, es evidente que cumplió su promesa.
Antes de grabar el disco, en Nashville, ambos músicos compartieron el escenario en una histórica zapada blusera en el festival de Bonnaroo, que se realiza todos los años en la localidad de Manchester, Tennessee, y que se llama así en homenaje al disco de Dr. John Desitively Bonnaroo , de 1974. El paso siguiente fueron días enteros de reuniones en las que compusieron los temas, la decisión de Auerbach de reclutar músicos jóvenes para el proyecto y la tarea de convencer a Dr. John de que todo sería mejor si al sonido negro de Nueva Orleáns lo pasaban por un tamiz de rock psicodélico, rhythm and blues, funk y afrobeat. Es decir, el viejo truco de ennegrecer lo negro.
Lo que se cocinó en septiembre de 2011, en esos días de ensayos y grabaciones en el estudio Easy Eye Sound, demostró que ese viejo truco fue la fórmula para poner a nuevo la carrera de Dr. John. Que no languidecía, es cierto, pero estaba lejos del esplendor de hace 40 años. De por sí, su anterior CD, City That Care Forgot , de 2008, con eje en las consecuencias que produjo el huracán Katrina en su ciudad natal, fue un olvidable pastiche al que no salvaban ni las presencias de Eric Clapton y Willie Nelson.
Por eso Auerbach llegó justo para rescatarlo de las garras de la monotonía y demostrar que Dr. John es un artista al que le sobra talento y al que sólo hacía falta despabilar de cierto sopor creativo. En Locked Down , su voz suena salida de los más lúgubres tugurios de Nueva Orleáns, con una fuerza inusitada, vigorosa, y por momentos, como en "Big Shot", parece que el que arrastrara esa melodía chispeante fuera Tom Waits.
Es cierto que Auerbach le ha dado una impronta tan personal al disco que en muchos temas suena como si Dr. John fuera un invitado de The Black Keys, pero es parte del encantamiento que provoca este gran álbum.
Tanto en la rítmicamente contagiosa "Revolution", primer corte del disco, o en el fascinante soul jazz de "Getaway", así como en los otros ocho temas, la fusión de estas dos generaciones transforma la dolorosa abulia musical de estos tiempos grises en una multicolor travesía a las profundidades del sonido más negro que jamás hayamos escuchado.
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