Dos minutos de gloria sólo para fanáticos
La magia se repite: "Si lo sabe cante" reedita, sin cambios, el mismo éxito de sus comienzos, en 1968, cuando se emitía por el 7.
El fenómeno "Si lo sabe cante" no comienza a la una de tarde junto con la emisión del programa. Es un evento que se genera y se repite todos los días en las puertas de los estudios de Riobamba y Sarmiento, muchas horas antes de que se inicie la transmisión en directo para América.
Gente de toda edad, sexo, condición económica y social espera con ilusión y paciencia que se abran las puertas de la oportunidad para acceder a los dos minutos de gloria frente a las cámaras. Y porque este deseo excede los límites de la Capital Federal, muchos son los que vienen de ciudades del interior del país para sumarse a la fiesta de "Si lo sabe cante".
Cuaderno de bitácora
La jornada comienza temprano. A las 11, la cola para entrar en los estudios de "Si lo sabe cante" llega hasta el final de la cuadra. El primero de la fila está desde las 3 de la mañana. En la medida en que se avanza, se pasa de los madrugadores a los que suelen llegar a las once. La mayoría van todos los días y muchos de ellos son ganadores de la temporada que Roberto Galán hizo en Canal 11 en el año 84. Recuerdan haber ganado el canario, la medalla, el LP de "Si lo sabe cante" y una canasta de jabones Veritas.
11.15 - Están a punto de entrar en el estudio. Ya todos han repasado sus canciones, acompañados por algunos que llevan también su guitarra. Se aplauden mutuamente. Muchos se hacen amigos espontáneos por compartir la cola. Imposible no recordar al psicoanalizado muchacho de la publicidad que, en la actualidad de los cajeros automáticos, extraña a sus compañeros de cola del banco.
11.20 - Hace su aparición Lucho, un personaje muy querido por el público. De enormes dimensiones y con la remera de "Si lo sabe cante", el morocho de voz potente es atento y respetuoso para guiarlos hacia el estudio. Primero entran quienes tienen intenciones de cantar, después los que solamente quieren ver.
11.30 - A la llegada al segundo piso de los estudios de Riobamba, se ven algunas personas que estaban ya desde antes. Se trata de algunas señoras muy mayores y de una mujer y un hombre ciegos. Alicia Passeri, productora del programa y esposa de Galán, explica que "un día vino uno, participó y ganó porque cantó bien. A partir de ahí, hay una chica que es del Club de Ciegos, que los trae. Siempre le digo: "No te enojes, pero dejá pasar un tiempo porque va a parecer que tenemos un arreglo con esa institución y tampoco queremos que se piense que favorece a alguien por su discapacidad"".
11. 35 - Las chicas que aspiran a ser la cuarta secretaria son sentadas en las primeras filas, especialmente las que tienen minifaldas para que luzcan lo más representativo de la mujer: "los ojos y las piernas", según palabras de Lucho, que las trata como si fuera el tío de todas.
11.40 - Se reparten números para los sorteos que se hacen en los cortes.
11.50 - Un fotógrafo y su hija están también en el estudio. La gente los conoce. Tienen en una carpeta las fotos encargadas el día anterior. El precio parece justo: cinco pesos por foto.
12 - Entra Alicia Passeri, productora del ciclo, y les da la bienvenida. Como la tribuna saben que ella elige a los aficionados de cada día, empiezan a gritar "Alicia, Alicia", "Yo, yo", "Acá, Alicia". Son cuatrocientas voces que ella calma con autoridad y dulzura a la vez.
12.15 - Los que son elegidos bajan de la tribuna para recibir su número de participante. "No se los elige ni porque canten bien, ni por cómo están vestidos, ni por la simpatía. Se los elige por las canciones y para formar un grupo variado en edad y sexo", aclara Passeri.
12.25 - Van saliendo los elegidos y sus amigos de cola festejan solidarios: ¡Bien, Carlitos, vas a ganar!
12.30 - Los músicos, que ya están en el estudio, reciben la lista de temas que van a cantar los aficionados. "Son los mejores para hacer esto. Son rápidos para enganchar el tono en el que canta el participante", destaca Roberto Galán.
12.35 - Lucho, siempre presente, hace practicar a la tribuna. Aplauden, cantan, se paran, se sientan.
12.45 - Las secretarias de "Si lo sabe cante" entran en el estudio. Inmediatamente, mujeres, hombres y chicos, piden sacarse fotos con ellas. Las chicas sonríen contentas.
12.55 - El público se pone de pie. Entra Roberto Galán. Toma el micrófono, saluda y siempre aclara:"Acá todos van a participar porque no hay recomendados. Ni siquiera si vienen de parte de Menem..." La gente ríe y aplaude más aún. También el conductor se saca fotos con todos los que se lo piden. Más de uno, le muestra una foto de hace 30 años, durante la época de Canal 7. En blanco y negro, Galán y el eterno aficionado se ven jóvenes y delgados.
13.57 - La gente de la producción le da la mano a cada uno de los aficionados y les desean suerte.
13.58 - Desde el control avisan que el programa va a comenzar. Lucho da las indicaciones. La tribuna aplaude y canta:"Sí...Sí. Sí...Sí. Si lo sabe, cante, si lo sabe, cante..."
En el aire
La fiesta se traslada a la pantalla. Comienza el desfile de ilusiones y rápidamente se alternan frente al micrófono las más diversas calidades de amateurs. Están los que cantan muy mal y también aquellos que sorprenden por sus cualidades vocales. Galán hace una seña y suena la campana. Así van terminando los dos minutos de gloria del aficionado que, habiéndolo hecho mal o bien, tiene una sonrisa de satisfacción por el deber o el sueño cumplido.
En los cortes, la fiesta vuelve a la intimidad del estudio. Como premio por estar allí, se realizan los sorteos. Todos tienen su número y empiezan a salir los ganadores de remeras, gorras, electrodomésticos y hasta una corbata de Roberto Galán.
La alegría que se genera en la gente es el secreto del éxito. Dos jóvenes que parecen más fanáticos de Los Redondos que del programa, se dejan ganar por el espíritu de "Si lo sabe cante" y terminan, como los demás, cantando y votando con su aplauso al ganador.
Galán felicita al elegido del día, entrega los premios y anuncia que el ganador ya no recibirá el canario en el estudio sino que deberá retirarlo en la veterinaria, porque "el animalito sufre mucho". La tribuna aprueba y aplaude fervorosa. ¡Grande, Galán!
Con el espíritu de los fanáticos: los protagonistas del rating de "Si lo sabe cante" son los personajes que desde primera hora esperan sus dos minutos de fama. La esperanza y la alegría son el común denominador de los viejos seguidores, que traen sus recuerdos de otras épocas; de un obrero de la construcción, que despunta el vicio con un tango; de dos ciegos, que también quieren estar bajo las luminarias, y de las cuatrocientas personas que aplauden y festejan desde la tribuna.
Inventor del karaoke
Por "Si lo sabe cante" pasaron muchos que después fueron figuras, como María Graña, Piero -ambos actuales padrinos del programa-, Guillermito Fernández, María José y hasta Charly García, que confesó haber participado alguna vez y haber salido segundo. Eran las épocas en que el sello Odeón estaba atento a la emisión como cazador de estrellas.
Hoy, los fanáticos del ciclo tienen la misma ilusión que los aficionados de otras épocas y son el espíritu de "Si lo sabe cante". En esta edición, Roberto Galán tiene planeado realizar una semifinal y una gran final a fin de año. Después, vendrá la edición de un disco compacto con lo mejor del programa.
"La gente tiene ganas de cantar", simplifica Roberto Galán. "En cada familia, en cada barrio, siempre hay un tipo que la gente sabe que canta bien. Es al que le dicen: "Dale, José, cantate una!" Esto siempre va a existir. Antes de la moda del karaoke, yo ya lo había inventado cuando con Carlitos Marzán grabamos un disco con las pistas de las canciones para que la gente pudiera cantar en su casa".
Declarado enemigo de la televisión grosera y de las malas palabras, Galán ofrece un sano entretenimiento. Un caballero delante y detrás de cámaras, es él quien le exige a su producción el buen trato hacia la gente que se acerca al programa: "Todos son importantísimos. El artista viene del público".