Dos Alfredos vulnerables
Casero y Alcón, la broma y el bronce; o ninguna de las dos cosas. Ambos son actores que se encontraron, se midieron y se rieron en televisión
Cada uno con su estilo, son dos marcas registradas. Con apenas nombrarlos no hace falta agregar mucho: son Alfredo Alcón y Alfredo Casero, los Alfredos de "Vulnerables" que por primera vez comparten un trabajo. La picardía, la astucia y la inteligencia de Adrián Suar (el canchero de "La cena de los tontos") los enfrentó en la serie más interesante de la factoría Pol-Ka.
Cuando Casero se enteró de que Alcón ingresaba en el círculo terapéutico del unitario, no lo pudo creer: "Uyyyy, Alfredo Alcón...". "Es que, en realidad, yo creo que me llamo Alfredo porque su nombre está institucionalizado. Antes de que llegara estábamos muy nerviosos. (Jorge) Marrale nos decía a todos: "Nooo, tranquilos. Alfredo es un tipazo ". Y al poco tiempo de estar juntos nos pusimos a reír de cualquier cosa, de pavadas. Fue muy divertida esa experiencia. El tiempo que laburé con Alfredo lo disfruté como nunca. Y como ahora no está, hemos puesto a otro actor en lugar de él para que nos divierta.
-¿Contrataron a un cómico?
Casero: -Claro, pusimos a un tipo que habla como Alfredo, pero no es lo mismo. Como es petiso y pelado, para compensar lo vestimos con una remera que dice: "Alfredo Alcón".
Y mientras Alfredo (Casero) se engolosina con su delirio, los dos Alfredos no paran de reírse. Como dos compañeros de la secundaria que fomentan la pavada, esa sana costumbre de reírse de la nada.
Antes de seguir, vale aclarar que si bien durante la entrevista ellos hablan de su trabajo en "Vulnerables" en pasado, es porque la intervención de Alcón ya concluyó. Sin embargo, seguramente los fanáticos del unitario disfrutan (como habrá ocurrido anteayer) con el contrapunto que se produce entre estos dos exponentes de estilos de actuación tan disímiles.
De todos modos, como ocurre en la ficción en la que los personajes comienzan a bancarse mutuamente, esa misma afinidad se instaló en estos dos señores de carne y hueso. Será por eso que mientras el fotógrafo hacía su trabajo, los Alfredos no pararon de darse letra aportando al disparate que muchos conocen en Casero, pero -quizá- pocos sospechen de Alcón.
"Es una manera de reírse -señala el cómico Casero-, que tiene que ver con el código que maneja mi hijo de 13 años. Es decir, una sarta de barbaridades o la guarangada más atroz. Una vez, en medio de la grabación de un exterior yo mandé "mamute", todos se murieron de risa menos Alfredo, que se bancó el gesto como si nada. No afloja el tipo."
Pero ahora, sin la presión de la cámara de televisión, Alcón se permite la risa franca, la tentación que seguramente conoce a la perfección Nazareno, el hijo de Casero de 13 años. Su padre toma aire y continúa. "Yo creo que esto también tiene que ver con la manera en que se trabaja en Pol-Ka, algo muy sacrificado pero muy gratificante. Hay que reconocer que Daniel Barone, director de "Vulnerables", es un tipo riquísimo, como un alfajor marplatense de dulce de leche", dice el señor que bajó varios kilos.
"Y Suar -acota- tiene una cosa entre refinada y Villa Crespo. Se divierte mucho, pero es el tipo que más veces me ha pedido en la tele "por favor". Eso es buenísimo y mirá que labura como un perro. Porque estar tanto tiempo frente a esas luces te hace sentir como en medio de una incubadora."
Alcón, el gran jugador
Alfredo (Alcón) asegura que le llamó la atención que Adrián Suar pensara en él para un personaje como el jugador compulsivo que aparece todos los martes por Canal 13. "No es un tipo de personaje que yo haya hecho. El primer día de grabación tuve mucho miedo, pero los compañeros de trabajo me dieron muy generosamente un lugar importante. Al rato, ya me sentía como en casa. Fueron muy generosos..."
Alcón es un caballero de la escena y fuera de ella. Por eso prefiere reparar en su entorno y no en lo que él genera. "Pero por más que uno ponga voluntad, si el otro no está abierto no pasa nada. De todas formas, son todos profesionales que respeto mucho, actores con un imaginativo muy grande... Pero no sé explicarlo. Si supiera hacerlo sería un poeta y no lo soy. Sólo un poeta sabe explicar el porqué de la generosidad, del abrirse ante el otro sin armas; como los perros cuando se tiran y abren las patas esperando el mimo. Así, entregados... Salvo por los madrugones, el resto era fantástico."
Casero : -¡Qué manera de madrugar hermano!
-¿A qué hora se levantan para grabar las escenas de terapia?
Alcón: -A las seis de la mañana. Y a las siete y media ya hay que tolerar que te pongan semejante maquillaje. Fatal.
Sin embargo, según el relato de su ex compañero de terapia, Alcón ponía el cuerpo con la mejor voluntad. El, que justamente es "el señor de las tablas". El, el actor shakesperiano por excelencia. Porque aunque haya interpretado dos obras del autor isabelino ("Hamlet" y "Ricardo III"), en el imaginario de muchos Alcón es el actor shakesperiano.
"¡Nadie me llama así! -para la pelota casi enojado, pero siempre guardando la compostura de caballero-. ¡Eso es un invento! ¿Viste alguna vez a alguien me dijera "cómo le va mi actor shakesperiano preferido?" (su compinche Casero se ríe). ¡Nooo! Eso responde a las ganas que tenemos siempre de clasificar. El cómico -lo señala al otro Alfredo-, y yo trágico. El que dice que Casero es un humorista no lo ve en la totalidad. Alfredo maneja un humor negro como el de Antonio Gasalla. Es mucho más rico que el de un cómico. No me gusta hablar de alguien cuando está presente porque me suena a velorio (Casero larga una nueva carcajada), pero clasificarlo como actor cómico es de una falta de imaginación tan grande como clasificar a otro como actor shakesperiano. Sos actor o no."
Cambian los roles en un perfecto equilibrio. Ahora es Alcón quien no para:"Mirá el caso de Alejandro Urdapilleta. ¿Lo abarcás afirmando que es un actor del underground ? Nooooo. Es un actor que hizo Shakespeare, o "Mein Kampf" extraordinariamente. Si Urdapilleta se hubiera dejado llevar por esa manía tan porteña de clasificarte, no habría hecho lo que está haciendo. Por suerte uno se puede escapar de esos rótulos y hay tipos, como Suar, que te lo permiten. Pero si nos dejáramos llevar por las clasificaciones, él (vuelve a señalar a Casero) tendría que estar haciendo chistes todo el tiempo y yo con una calavera en la mano. Estaríamos como muertos... (nuevas risotadas). La cosa pasa por tener talento en tu oficio. Si es así, tenés tantos colores como el país y como uno mismo se permita".
"Claaaaro -se suma un exultante Casero- . Acá te dicen: "Vos vas del color 1603 al 1700". No es así. Porque cualquier cosa en la vida que tenga amor tiene que ver con Shakespeare, porque en él está todo metido ahí adentro. Yo aprendí todo esto de dos o tres libros. El primero que leí fue "Tiburón", y me dieron unas ganas tremendas de navegar, por eso vivo parte del tiempo en Puerto Madryn. Aunque siempre pensé que nunca tendrían que haber matado al tiburón y sí educarlo en una granja."
Casero sigue en su propia fantasía, como si estuviera en el Teatro Concert haciendo su unipersonal "Sólo para entendidos". Pero como ocurre frente a las 300 personas que van a verlo por función, en algún momento vuelve al relato original. Lo mismo ocurre durante la entrevista. "En realidad -continúa-, mi personaje de "Vulnerables" existe en el universo de Shakespeare, como el personaje de Alfredo. La comicidad es muy compleja, apela a una cosa muy biológica. Pero, claro, yo no sé nada. Soy un aprendiz en todo esto..."
De Hamlet al Doctor Vaporeso
En algún lugar, el factótum de "De la cabeza" o "Cha Cha Cha", programas de culto para toda una generación, todavía no puede creer estar sentado frente a Alfredo Alcón. Y no es mera interpretación del cronista. Lo dice él mismo:"En el 94 ni me hubiera imaginado que iba a terminar charlando con Alfredo Alcón. No lo puedo creer. Pero la verdad es que me rompí el c... para poder dar lo mejor posible, para que lo que hago le gustara hasta a Alfredo Alcón. No te quepa la menor duda".
Y la oportunidad se la dio ese programa que el martes último hizo 12,4 puntos de rating. O sea, ganador de su franja horaria. Como buen músico, Alfredo Casero cree que "Vulnerables" tiene mucho que ver con el jazz. "Siempre hay solos, cada uno tiene su entrada, cada uno tiene su momento para lucirse", ejemplifica.
-Vos lo comparás con el jazz, y a veces, entre dos actores fuertes como ustedes, pueden pisarse a la hora de interpretar una misma melodía.
Casero: -No, eso ni en p... te pasa con Alfredo. Lo más complicado (vale aclarar que Casero utilizó otro término)no es actuar, lo más complicado (no hace falta aclaración) es escuchar. La actuación de escuchar es tan importante como la de hablar. Eso lo aprendí en "Vulnerables", eso lo aprendí laburando con Alfredo. Por eso no pueden darse situaciones de competencia. Si él es tan bueno en su interpretación, yo voy a tratar de ser tan bueno en mi interpretación de escucharlo.
Alcón: - Pero eso de encontrar los tiempos en común es imposible de aprender. Te enganchás o no.
Casero: -Aunque también tiene lo suyo el no engancharte con un compañero. Porque esa actuación de no engancharte es también intensa en el enojo, es la posibilidad de decirle al otro algo que, a lo mejor, no te animás a decirle en la vida real. En ese sentido, "Vulnerables" es una especie de homenaje que hace la televisión a los actores. Por eso no podía faltar Alfredo.
Cuando terminan la entrevista, las chanzas entre ellos continúan. "Yo estudié teatro con Serrano", le dice Casero con cara de serio. Con el mismo rostro, Alcón acota:"Mirá vos..." "Serrano y Gurruchaga", remata el otro Alfredo. Parecen Alberto Olmedo y Javier Portales cuando hacían de Borges y Alvarez y reflexionaban sobre las técnicas de actuación. Ellos, los Alfredos , dos actores de lujo.
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