Dos actrices de personalidad arrolladora
LA VIDA EXTRAORDINARIA. Autor y director: Mariano Tenconi Blanco. Intérpretes: Valera Lois, Lorena Vega. Voz en off: Cecilia Roth. Músicos en escena: Elena Buchbinder, Ian Shifres. Coreografía: Jazmín Titiunik. Diseño audiovisual: Agustina San Martín. Música original y dirección musical: Ian Shifres. Iluminación: Matías Sendón. Vestuario: Magda Banach. Escenografía: Ariel Vaccaro. Asistencia de dirección: Ana Calvo. Sala: Teatro Nacional Cervantes. Funciones: jueves a domingos, a las 21. Duración: 120 minutos. Nuestra opinión: excelente
La acción de la nueva producción de Mariano Tenconi Blanco sucede entre Buenos Aires y Ushuaia. Dos amigas, Aurora y Blanca, nacidas en la ciudad ubicada en el fin del mundo, dan cuenta de sus recorridos personales, desde la infancia hasta la adultez. Esa amistad se ha tornado indisoluble, más allá del paso de los años.
Aurora se trasladará a la Capital por un largo tiempo. Tendrá un esposo, un hijo, un amante y un perro (estos últimos llamados, extrañamente, Ulises). Blanca permanecerá en el sur. Algunos amantes le modificarán algo de su existencia, pero no demasiado. Dos mujeres que descubrieron en la lectura y en la escritura de poemas un espacio de salvación inagotable. Un escape hacia la libertad que descubrieron juntas cuando eran pequeñas. Cuando fantaseaban con una vida distinta a la que llevaban y en la que los hombres ocuparían un lugar preponderante.
Ushuaia asomará como el lugar indefenso en el que la nieve lo tapa todo, el frío castiga y no hay manera de escapar a esa soledad que promueve fantasías insospechadas sobre los temas menos esperados. Y Buenos Aires, un espacio casi agobiante donde todo puede suceder pero, es mejor que nada suceda, cualquier acontecimiento puede llegar a lastimar.
En la descripción de Tenconi Blanco, Aurora y Blanca son dos personajes que se animan a transitar sus vidas siguiendo los caminos más sorpresivos y, también, los más complejos. Y no tienen pudor a la hora de relatar lo que sienten o piensan. Apasionadas hasta la médula, dueñas de una ingenuidad que provoca ternura y dolor, narran cuestiones de sus existencias y hasta provocan la risa. Todo vale. Son extremadamente verdaderas. Dueñas de una sensibilidad maravillosa y potentes constructoras de un imaginario frondoso.
Pero Ushuaia, ese extremo del mundo, también puede resultar el fin de la vida. Esa población ubicada entre la inmensidad del mar y de la montaña (siempre nevada). Allí puede suceder lo peor, mientras las amigas, leen. Sin dejarse atravesar por la adversidad. Para qué hacerlo si el amor que han construido resulta tan contenedor.
Tenconi le roba al melodrama dos criaturas tan singulares como maravillosas y las pone en funcionamiento con una seguridad que provoca el interés de los espectadores durante 120 minutos. Es muy preciso a la hora de construir los espacios en los que ellas van a desplazarse y que van a hacer propios con una seguridad impresionante.
Tanto es así que Valeria Lois y Lorena Vega, dos actrices magníficas, son capaces de meterse en esos mundos y jugar con ellos de una forma inesperada, provocadora, siempre con una sensibilidad arrolladora. Como Aurora y Blanca no le tienen miedo a la verdad. Ponen el cuerpo a disposición de imágenes, sentimientos, situaciones que, aunque han sido elaboradas en los ensayos, en la función parecerían no repetirse. Son momentos únicos que descubren en esos instantes en los que el espectador observa y, sobre todo, siente que esas intérpretes lo arrastran hacia ellas. La complicidad que logran es sumamente natural.
Magnífico trabajo de puesta de Mariano Tenconi Blanco junto a un equipo también, sumamente destacable. La atractiva voz en off de Cecilia Roth, la inquietante música de Ian Shifres, los detalles y el preciosismo del vestuario de Magda Banach, la iluminación de Matías Sendón, la escenografía de Ariel Vaccaro (pocos objetos imprecisos pero que van armando fuertes significados) junto al diseño audiovisual de Agustina San Martín y la coreografía de Jazmín Titiunik, hacen que esta experiencia adquiera un valor mayúsculo.