Donald Trump, el blanco de todos los dardos de la noche
Kimmel le preguntó por Twitter si estaba viendo la TV; los artistas se aseguraron de que así fuera
WASHINGTON.– Donald Trump ha sido un acérrimo crítico de los Oscar. Años anteriores, en televisión o en Twitter, denostó la gran fiesta de Hollywood, a la que llamó “realmente aburrida”, “ordinaria”, “amateur”, poco creíble, sin glamour o “terrible”. Anteanoche, fue el turno de Hollywood.
El presidente de Estados Unidos, a casi 5000 kilómetros de la ceremonia, fue un blanco recurrente en los premios más populares del cine. Varias figuras cargaron contra sus políticas desde el escenario, y el conductor, Jimmy Kimmel, que le dedicó bromas a lo largo de toda la noche, llegó a escribirle por Twitter cuando vio que Trump no decía nada. “Hey, @realDonaldTrump, ¿estás despierto?”, tuiteó Kimmel pasada la medianoche.
Apenas terminó con ese mensaje, le escribió otro: #MerylSaysHi. Fue un dardo por las críticas del mandatario a una de las voces más filosas de Hollywood contra la Casa Blanca, Meryl Streep, a quien el mandatario calificó de “sobrevalorada” después de que lo criticó hace unas semanas desde el escenario de los Globo de Oro. Meryl Streep es la actriz más nominada en la historia de los Oscar, con 20 candidaturas.
Kimmel llevaba menos de dos minutos en su monólogo de apertura cuando soltó la primera broma contra el presidente: “¿Se acuerdan del año pasado cuando parecía que los Oscar eran racistas?”.
El primer mensaje político serio llegó con el Oscar a la mejor película extranjera, que fue para Irán, con El viajante, que se estrenará pasado mañana en nuestro país.
El director, Asghar Farhadi, se había negado a viajar en protesta por el veto por decreto que Trump les impuso a refugiados y a visitantes de siete países, llamado “prohibición musulmana”. En su lugar, Farhadi envió a un símbolo: Anousheh Ansari, una mujer de ciudadanía iraní y norteamericana, empresaria exitosa y la primera iraní en viajar al espacio como “turista”. Justo antes de la ceremonia, el film de Farhadi fue proyectado al aire libre ante una multitud en la capital británica, tras una invitación del alcalde de Londres, Sadiq Khan.
Unos minutos después, el actor mexicano Gael García Bernal cargó contra el muro, también desde el escenario. “Los actores de carne y sangre son trabajadores migrantes –dijo Bernal–. Viajamos por todo el mundo, construimos familias, construimos historias, construimos una vida que no se puede dividir. Como mexicano, como latinoamericano, como trabajador migrante, como ser humano, estoy en contra de cualquier forma de muro que quiera separarnos”, fustigó.
Otro más: Alessandro Bertolazzi, uno de los que se llevaron una estatuilla por mejor maquillaje en Escuadrón suicida, también ensayó una defensa de los inmigrantes. “Soy un inmigrante. Vengo de Italia, trabajo en todo el mundo, y esto es para todos los inmigrantes”, dijo.
Varias figuras, como el autor de Hamilton, Lin-Manuel Miranda, lucieron moños azules en vestidos y esmoquin en respaldo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, según sus siglas en inglés), la organización civil que lidera la ofensiva judicial para trabar la agenda de Trump en la Casa Blanca.
A diferencia del año pasado, Trump se mantuvo en silencio durante la ceremonia. Pero no pudo con su genio. Ayer afirmó al sitio Breitbart: “Estaban tan concentrados en la política que no pudieron resolver la organización al final. Fue un poco triste. Le restó glamour a los Oscar. No se sintió como una noche muy glamorosa. Yo he ido a los Oscar. Faltaba algo muy especial y ese final, los hizo tristes.”
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