Más allá del político Tego y el efectista Daddy, el último Don arrasa con el dembow romántico
Yo, en persona, voy a llevarte a la meca del reggaeton. A Villa Palmeras, un caserío frente a la playa de San Juan de Puerto Rico donde nacimos yo, el Daddy Yankee y Tego Calderón. Un lugar tan pobre que la basura te llega a la cintura”, jura Don Omar, 27 años, algo así como el Leo Mattioli del dembow. Y me hace llorar.
Damas y caballeros, William Omar Landrón Rivera es el romántico del perreo. El hombre del nuevo género que instaló el respeto por las mujeres (“las féminas”, corrige él). Y, con su soul boricua y mucha pasión de sábado, coronó este año, estos doce meses que serán recordados como la temporada en que un genuino ritmo latino irrumpió definitivamente en el mercado angloparlante. El Don (autor de The Last Don, columna del estilo, y productor del compilado Los Bandoleros ) declara: “Yo le di al ritmo ese toque de: «Somos unos hijos de puta, pero te respetamos». Nadie quería oír un «Aunque te fuiste», un «Dile», un «Pobre diabla»… Pero me escucharon y el género se abrió. Ahora hay exponentes que sólo quieren vender gasolina. Pero Don Omar no quiere venderte nada. Don Omar es de veldá”.
Tan de verdad que querían darle ocho años de gayola. Sí, sí: asegura que, semanas antes de llegar a la Argentina –y previo al llamado personal de Diego Maradona, que lo invitó a cantar en La noche del 10 y lo convirtió en el primer caudillo del sandungueo en pisar este extremo de América–, dos agentes del FBI “plantaron armas y marihuana” en su Hammer, mientras visitaba a su madre en Carolina, su pueblo. “Cuando salí, me montaron en una patrulla [a él y dos integrantes de su crew]”, narra. Pero entró el llamado del Diego y, para entonces, los cargos habían sido “desestimados”.
“¿Sabes por qué pasó?”, me pregunta este “tipo apolítico” (como se define) en el lobby del hotel InterContinental de Buenos Aires. Y no espera respuesta: “Porque soy Don Omar. Es más, esta división, junto al Buró de Investigaciones Federales [fbi], encarcelaron a uno de los artistas más importantes que tenía el reggaeton: Tempo. Le dieron 24 años de cárcel por elevar la única voz revolucionaria de Puerto Rico. El fue quien dijo: «No permitas que nadie te falte el respeto».”.
–¿Cuánto aprendiste de Tempo?
–Mucho. Yo sé que muchos de mis problemas los tuve por la boca. Pero cuando él desapareció, yo alcé su bandera. Ese fue el problema: nació otra voz contra ellos. En 2000, cuando quisieron censurar el reggaeton, yo fui el único que cantó contra el gobierno. Yo dije: “¿A censurar qué?”. ¡Qué casualidad! Al año siguiente, en tiempo de elecciones, los mismos políticos que querían censurarnos, hicieron su campaña con reggaeton.
–Se dice que el reggaeton es la economía de Puerto Rico. ¿Es cierto?
–Es cierto. No hay una sola disquera que no trabaje con reggaeton, no hay una sola emisora que no toque reggaeton; yo hice pósters, camisas, gorras, pins, relojes… ¡libretas de escuela!
–¡Y este año sacaste una línea de zapatillas!
–Sí. Estuvimos a dos pares de entrar en El Libro Guinness de los Récords por ventas en la primera hora de salida. ¡Nos ganó el señor Michael Jordan!
–Estás a punto de tocar por segunda vez en el Madison Square Garden. ¿Un año para la consagración?
–La primera vez que entré en el Madison Square Garden no podía ni caminar de los nervios. Y cuando vi la tarima, me acordé de la primera vez que cogí un micrófono en [el boliche] The Noise, tenía 14 años. En Puerto Rico se hacían baros: batallas de mcs, sobre orquestas de salsa y hip hop. Uno contra uno. Y recordé ese día, cuando lo único que tenía era… dos fanáticos: mi mejor amigo y su novia.
–Fuiste pastor de la iglesia cristiana ¿Desengaño amoroso?
–Siendo sincero contigo, sí. Y fue muy fuerte. De ahí escribí “Aunque te fuiste”. La única canción que, después de grabarla, jamás pude volver a cantar. El llanto se escucha en el track. Ella era mi todo. Un error. Pero en el tiempo en que fui pastor de la iglesia pasé la única temporada completamente feliz de mi vida. Conocí el más allá. Eso que está después de las canciones, de los números, de todo… Ahora sé que el mundo te enseña muchas cosas; pero a la hora de la veldá, sólo quedas tú. Y como, dicen en Puerto Rico: “Te llevas lo que bailaste”.
–En internet circula un track inédito (“Tiraera anti Yankee”) donde denunciás una serie de actitudes sucias del Daddy…¿Quién es quién en el reggaeton?
–Raymond [Ayala, Daddy Yankee] se crió conmigo. Tuvo muchas más oportunidades que yo. Lleva quince años sobre las tarimas; yo sólo tengo cuatro. Hoy en día, quizá la fama, el dinero o lo que hacemos, mató lo que antes éramos…Yo sé que a él lo mató. El exige que yo no toque en sus conciertos. Puede ser que mi show sea mejor. Y yo sé que tengo material, música, letra…Pero él, yo y todos vamos a volver al caserío donde nos criamos. Y ahí, yo le voy a demostrar quién es el rey del reggaeton.
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