Dirige una pieza sobre Evita y será el Gauchito Gil
Roberto Vallejos se reparte entre el cine, la pantalla chica y el teatro; pero ahora cambió de rol: estrenó Las 20 y 25, su primera obra como director. Se mudó de San Luis a Buenos Aires a los 18 años con el sueño de dedicarse a la actuación. No como hobby, ni como pasatiempo, sino como una profesión. Quería vivir de eso que lo hacía sentir cómodo y seguro. Esta historia de amor entre Roberto Vallejos y la actuación nació de chiquito, cuando iba al colegio y quería escaparse de clases como sus compañeros que hacían talleres extracurriculares, como coro o gimnasia rítmica. Sin embargo, el "Negro" - como le dicen en el ambiente artístico- nunca pensó que ya en la primera clase de actuación iba a disfrutar tanto de "jugar a ser otro".
Llegó a la ciudad de la furia sin conocer nada, ni nadie: "Me vine con una linda inconsciencia porque no tenía idea de lo que tenía por delante. Era otra época, no existían las redes sociales ni los celulares y, con suerte, teníamos dos canales de televisión; así que venirme a Buenos Aires era casi como ir a vivir a otro país. Me anoté en el conservatorio -que después terminé dejando-, y también en las clases del maestro Agustín Alezzo, con quien me formé durante seis años".
Después de algunos trabajos en teatro y en cine, en 2003 le llegó el primer gran momento televisivo de la mano de Soy gitano, donde encarnaba a Julián Ignacio Jordán, la contrafigura de Osvaldo Laport. Sin dudas, aquel fue el trampolín que le dio paso a un sinfín de personajes antagónicos que -claramente- le quedan como anillo al dedo. "En una época pensaba que me daban el papel del villano por características físicas, pero después me terminé amigando con eso porque descubrí que esos personajes son más ricos en matices y posibilidades de jugar", confiesa Vallejos. Él tiene una mirada completamente distinta sobre los villanos: "En ningún momento los abordé como si fuesen malos, sino como una persona que 'por determinadas circunstancias' termina accionando de esa manera. Lo que yo hago como actor es llenar de verdad esas razones por las cuales hace eso. No hay que juzgar a los personajes, pero tampoco justificarlos", explica.
La extensa lista de personajes televisivos de Vallejos se divide entre Padre coraje, Mujeres asesinas, Hombres de honor, El tiempo no para, Valientes, El elegido, Camino al amor, Amar después de amar, El marginal, y muchos otros. En cine fue parte de El faro, Plata quemada y Gato negro, entre otras. Y en teatro, El puente, El picaporte, Dignidad y Jazmín de invierno fueron algunas de las obras en las que participó. "Disfruto de hacerlas todo, pero con el cine tengo algo especial, sobre todo ahora que encuentro otro aplomo a la hora de trabajar y de abordar el personaje", argumenta.
Actualmente, se encuentra grabando Apache, la serie biográfica sobre Carlos Tévez, dirigida por Adrián Caetano, con la que se introduce en el mundo e historia de vida del futbolista. Incluso, graban prácticamente todas las escenas en Fuerte Apache, barrio donde nació y creció esta figura del fútbol mundial. En paralelo, Vallejos también está rodando la película sobre la historia del Gauchito Gil, la figura religiosa del correntino Antonio Mamerto Gil Núñez, en la que será el protagonista. "Es una película chica, pero está muy bien hecha. Tengo mucha expectativa porque está bien contada porque el autor y director es de Corrientes, por ende conoce bien la historia. Es un cuento que va más allá de la estampita, sino que es la historia de un gaucho noble que el sentido de la vida lo lleva a terminar como termina", cuenta. El Gauchito Gil es una ópera prima de Fernando del Castillo, que está siendo grabada íntegramente en Corrientes. "Me gusta mucho porque son personajes que están idealizados, pero nos perdemos la parte de la historia verdadera que los dignifica", define.
Le llegó el turno que muchos actores esperan luego de unos cuantos años de trayectoria: la dirección. "Siento que comprendo las dificultades del actor cuando quiere lograr determinadas cosas y se pierde, no termina de encontrar el camino para poder lograr eso que quiere. Disfruto y entiendo al actor, por eso ha sido una linda experiencia y me he llevado muy bien con los actores que dirijo en la obra, porque puedo encontrarme con ellos y comprenderlos desde ahí", expresa sobre Las 20 y 25, el texto de Patricia Suárez.
El actor afirma que lo atrapó "la simpleza de la profundidad que tiene la pieza", teniendo en cuenta que trata de los últimos días de Eva Duarte desde la mirada de los cuatro mucamos que trabajaron para ella y la acompañaron en su lecho de muerte. "Cuentan su propia historia a partir de situaciones simples, pero hablan de otras cosas en realidad: de la situación social, cultural, económica, no solo de la época, sino que también sigue estando vigente hoy", señala.
Así como le llegó a sus manos el texto para ponerlo en acción, Vallejos también se hizo cargo de elegir el elenco y al equipo creativo. Es el resultado de casi un año de trabajo a pulmón, tanto del director como de los actores (Inge Martín, Melody Llarens, Agustina Peres y Alejandro Botto) y todos los equipos involucrados.
Para Vallejos, la obra tiene "una honestidad desde dónde se cuenta la historia, que no está buscando un responsable o culpable, ni confrontaciones, sino que de verdad te lleva a reflexionar".
Las 20 y 2
- De Patricia Suárez
- Sábados, a las 22.30.
- El Tinglado, Mario Bravo 948.