Diez piezas breves, audiovisuales, sonoras y gráficas

Al anotarse en el taller de dramaturgia de Alejandro Tantanian el año de los teatros cerrados, ninguno de los participantes imaginaba ese proyecto. Entonces surgió otro, alborotado por la no-presencialidad, liberado a la experimentación de lo posible, un puente colectivo para atravesar la incertidumbre. El resultado es Proyecto.Zip, un comprimido de muchas cosas disímiles en búsqueda de expansión. “Nos reunimos todos los martes desde abril de 2020 alrededor del deseo de escribir textos para el teatro: esa cita precisa se transformó rápidamente en un refugio para estos tiempos oscuros. Entreví una trama posible entre todos y arrojé una botella al mar: crear un proyecto juntos”, dice en el texto curatorial el dramaturgo, director, docente y coordinador de este proyecto de 16 artistas heterogéneos, estrenado en marzo durante el último Fiba y que ahora, durante dos meses, renueva la apuesta cada viernes.

Se trata de diez piezas breves (no superan los quince minutos), audiovisuales, sonoras y gráficas, a las que se accede de modo virtual y que proponen variopintas experiencias que van desde explorar los rincones oscuros de las casas o escuchar cuentos bajo los árboles hasta recibir secretos o meterse en las historias subterráneas de la ciudad. Cada semana cambia el menú con distintos combinados de cuatro o cinco piezas que van rotando y renovándose para proponer eclécticos viajes poéticos a los espectadores en sus celulares o computadoras.

“La idea base fue que cada obra pudiera ser enviada como un archivo zip. Cada uno trabajó de la manera que quiso. Es un grupo muy diverso, gente de teatro, letras, cine, audiovisual, sonido. El campo de ficción y reflexión tuvo los límites impuestos por la cuarentena, son las obras posibles en ese contexto. Pusimos el foco en la ausencia de los cuerpos de actores en escena, en radicalizar la idea de la no presencialidad, no adaptarla a una presencialidad virtual, streamiada, sino que testimoniara lo escénico como la escena que no tiene lugar y donde la experiencia es vivida en el cuerpo del receptor”, explica el coordinador de estas diez textualidades dramáticas capaces de transformar la percepción de la rutina. Hay cuentos audiovisuales, radioteatros, podcast, formatos epistolares, mensajes por whatsapp, hipertextualidad, monólogo, versiones lúdicas de cuentos de hadas y streaming fantástico, creaciones en grupo y otras individuales, en una emisión o en varios capítulos. Hace más de un año que la comunidad teatral se acostumbró, adaptó, aceptó (elíjase el verbo preferido) a estos formatos y soportes, sin preocuparse tanto por su clasificación sino por investigar sus posibilidades.

La lista es larga pero no puede obviarse. Los hacedores de Proyecto.Zip son Martín Antuña y Esteban Pucheta (Hal 9000 o esta conversación no tiene sentido); Julieta Ascar y Matías Dínenzon (Adjuntalia); Lolo Avegliano (El secreto de tu nombre); Paula Cancela (La reconstrucción de mis cuentos); Silvia Ceriani (Correspondencia); Zoe di Rienzo (A definir); Pablo Flehner, Valentino Grizutti, Jonathan Monroig y Belén Moretti (¿Quién está del otro lado?); Estrella Herrera y Julia Tomasini (La casa porosa); Ana Lucía Rodríguez, (La inteligencia de los árboles); y Germán Tosto (La invocación de los lares): estas diez “obras”, como solían llamarse, o experiencias escénico-textuales, como las nombra Tantanian, están disponibles en diferentes ramilletes combinados donde la única regla para los espectadores es mantener la curiosidad ante el presente.

PARA AGENDAR

Proyecto.Zip, coordinado por Alejandro Tantanian.

Combinaciones de 4 o 5 piezas, los viernes, a la medianoche, disponible por 72 horas. Por Alternativateatral.com, a la gorra, desde $ 300.

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