Antes de la llegada de One Direction (el 3 y 4 de mayo se presentan en Vélez), repasamos a los nombres clave del pop adolescente a lo largo de los años; mirá la lista y opiná
The Monkees. Uno de los grandes mitos de la historia de la música sostiene que los integrantes de The Monkees nunca grabaron ni compusieron sus canciones. Lo cierto es que el grupo fue formado a través de un casting para un programa televisivo y, al menos en sus comienzos, Davy Jones y compañía pasaron poco y nada por el estudio debido a las demandantes actividades del grupo (series, películas y presentaciones a lo largo y ancho de Estados Unidos). Cuando la banda finalmente pudo tomar el control creativo del proyecto, se alejó del pop y se metió en la psicodelia.
Jackson 5. Jackie, Tito, Jermaine, Marlon y Michael desarrollaron el interés por la música gracias a su padre, Joe. Cuando el señor Jackson vio el potencial que tenían entre manos los cinco hermanos, no dudó en explotar comercialmente su fórmula. Al margen del talento de sus otros cuatro hijos, la atención recayó en ellos gracias a la voz y el carisma del más joven del quinteto, el mismísimo Jacko, que tuvo que empezar a lidiar con la fama antes de siquiera cumplir doce años.
Menudo. Desde Puerto Rico, el productor Edgardo Díaz creó en 1977 un grupo infantil al que empezó a irle cada vez mejor con el correr de los años. El paso del tiempo hizo también que redefiniera su táctica comercial al encontrarse ya con un público adolescente, y así Menudo se volvió un fenómeno regional que disparó la carrera solista de dos de sus integrantes: Robi Draco Rosa y Ricky Martin. En los últimos años, Díaz vendió los derechos del nombre a Sony que, casting y reality show mediante, reformuló el grupo con cinco nuevos integrantes.
New Kids on the Block. Aunque el tiempo haya hecho los esfuerzos suficientes para borrarlos del inconsciente colectivo, durante los 80 el quinteto liderado por Jordan Knight no daba tregua. Su nombre se debe a que la mayoría de sus integrantes eran amigos del mismo barrio que, para no ser menos, fueron descubiertos por un productor. Quiso la historia que, a último momento, quien se bajase del proyecto fuera Mark Wahlberg, que se había sumado para acompañar a su hermano Donnie.
Take That. Inglaterra se sumó a la moda de las boy bands en los 90, y los primeros en acariciar el éxito fueron cinco jóvenes de Manchester que le pusieron edulcorante al pop británico a fuerza de baladas y soul. En 1995, uno de sus integrantes (un tal Robbie Williams) decidió cortarse por su lado y su éxito hizo que la banda se separara al año siguiente. Por esas ironías de la vida, el grupo volvió en 2006 sin él, pero la magra cosecha de la carrera de Williams en los últimos años lo llevó a volver con sus compañeros de banda en 2010.
Backstreet Boys. Si están buscando un responsable por la moda de las boy bands en los 90, el malhechor tiene nombre y apellido: Lou Pearlman. El primer éxito de este empresario artístico fue un quinteto de Orlando, al que fogoneó con shows en escuelas (!) y parques de diversiones (!!!) antes de poder conseguirles un contrato discográfico. Cuenta la leyenda que, cuando Mercury Records se interesó en ellos, John Mellencamp (uno de los números fuertes del sello) amenazó con abandonar la disquera si esto ocurría. Al final, el cantautor logró su cometido, pero la alegría duró poco: Jive, una subsidiaria de Sony, les abrió sus puertas y el resto es historia conocida.
‘N Sync. Dispuesto a exprimir recursos, Pearlman (lo recordarán de más arriba) removió la tierra en Orlando para encontrar un producto que, en cierto modo, le hiciera competencia a su propia gallina de los huevos de oro. Para dominar el mercado europeo (algo que no había podido alcanzar con Backstreet Boys) los hizo firmar con la filial alemana de BMG, instaló al grupo en Suecia para grabar su debut y recién allí buscó cómo replicar su éxito en Estados Unidos. El único que logró salir airoso de esta experiencia fue Justin Timberlake, a quien le tomó unos cuantos años sacarse ese estigma de figura prefabricada para valerse como artista por derecho propio.
Westlife. Contra viento y marea, cinco irlandeses se subieron a la ola del pop adolescente cuando el fenómeno ya estaba en retirada. Así y todo, el grupo logró mantener un éxito constante en Europa, en parte gracias al chovinismo británico. A pesar de que de este lado del Atlántico su repercusión fue leve tirando a nula, la banda se mantuvo en lo alto del estrellato del Viejo Continente hasta 2012, cuando oficializó su separación.
Mambrú. El éxito de Bandana llevó a las mentes detrás de la versión local del reality show Popstars a crear su análogo masculino. Entre que el contexto socioeconómico no era el ideal para un producto de consumo, y que las boy bands habían dejado de despertar interés a nivel global, Mambrú duró sólo tres años, de 2002 a 2005. Tras la disolución, sus integrantes tomaron carreras dispares entre sí, que van del teatro musical (Gerónimo Rauch) al jazz y funk (Milton Amadeo), pasando por la música africana (Emanuel Ntaka).
NKOTBSB. ¿Un cruce trans generacional? ¿Un supergrupo del pop adolescente formado con muy mal timing? En un intento por revivir el género, New Kids On The Block y Backstreet Boys unieron fuerzas en una banda de nombre impronunciable que une las iniciales de ambos proyectos. El plan incluyó, cuando no, un compilado con un par de canciones a dúo y una gira por Estados Unidos, Europa, Oceanía y Asia. Lo bueno: tuvo principio y final. Lo malo: dio lugar al regreso de Backstreet Boys con su formación original.
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