"Me hace bien estar en dos sistemas de trabajo diferentes". Diego Torres habla así, con seguridad y optimismo, de esa doble vida que lleva desde que tiene memoria, una musical y otra actoral, siempre desarrollándose en paralelo. Este año, además de estar preparando su próximo disco (que adelantó con el tema "Un poquito", en colaboración con Carlos Vives ) y de participar de proyectos cinematográficos como Re loca (con Natalia Oreiro ), se sumó a Talento Fox, un reality que se emitirá semanalmente a través de Fox desde este miércoles. Ahí, Torres es "director" –una mezcla de coach y jurado-: junto a Lali Espósito y el portorriqueño Wisin interactúan y guían a los participantes que se presentan para desarrollarse artísticamente como intérpretes.
—¿Cómo es la dinámica de Talento Fox?
—Dentro de este formato de shows de talentos que se vienen viendo, lo diferente de Talento Fox es que hace foco en la vida de sus participantes, en sus temores, en sus falencias, sus inseguridades, sus experiencias a veces difíciles y no resueltas, bullying, sexualidades no definidas, enfermedades. Entonces estos participantes no solamente vienen a mejorar su voz sino también a sacarse un montón de piedras de esa mochila que todos cargamos en la vida. Se genera un ida y vuelta muy interesante entre los que somos parte del programa y los participantes que vienen con un miedo tremendo, y episodio a episodio se van transformando. Esa es la experiencia; después, si siguen cantando o se convierten en artistas es anecdótico. Me parece que el espectador se va a ver reflejado, va a a decir "yo soy ese" o "podría ser ese".
—¿Qué te dejó a vos la experiencia?
—Ha sido hermosa para mí, me comprometí mucho más de lo que imaginaba y también aprendí mucho porque estos chicos te hacen volver a encontrarte con tus propios miedos.
—¿Hay un ganador?
—Sí, van quedando los finalistas en el camino. Es increíble la transformación, hemos tenido participantes muy buena gente, es interesante lo que pasa entre ellos también, la diversidad de personas de mundos tan distintos con algo en común, que es el amor por la música y el arte.
—¿Y cómo fue trabajar en equipo con Lali y Wisin?
—Fue muy bueno, si bien venimos de mundos diferentes o somos de generaciones distintas, cuando empezamos parecía que era la tercera temporada. Nos conectamos, teníamos la misma sintonía, nos cuidamos, nos respetamos, nos escuchamos. Eso da un buen resultado.
—Este año también volverás a presentarte en el Luna Park...
—Sí, estoy feliz de volver al escenario, volver al Luna Park que es un estadio con mucha historia en mi vida. Siempre cuento que iba de chiquito a ver boxeo con mis hermanos y con mi viejo, también conciertos inolvidables de mi vieja, como sus 50 años con la música... Después la vida me hizo llegar a presentar discos como Un mundo diferente o el Unplugged, noches que no olvidaré jamás. Así que era una cuenta pendiente volver a un escenario tan especial y a reencontrarme con la gente con música nueva y música de ayer, pero con nuevas versiones. Así que ya estamos trabajando en lo que van a ser esas fechas, el 1 y 2 de noviembre.
—Diste a conocer "Un poquito", con Carlos Vives, con un video protagonizado por Natalie Pérez, y tuvo gran repercusión... ¿Cuál es la historia del tema?
—El tema nació componiendo en el estudio, "la oficina" como yo le digo, porque los músicos tenemos nuestra rutina y horarios de trabajo. Nació como una especie de reggae y cuando estaba terminando dije «esta canción es para cantarla con Carlos». Lo teníamos pendiente, nos conocemos desde hace mucho tiempo, tenemos muy buena afinidad. Se la mandé y él se enamoró. Es muy fresca, tiene un mensaje muy claro, el del amor que está vigente y que está bueno que no pase de moda, de esta cuestión de que con un poquito podemos ser felices en un mundo en el que nos ofrecen abundancia. Quería hacer un video en tono de comedia, ideal para hacerlo con él que también es actor y le gusta jugar. Y también por eso convoqué a Natalie Perez, para generar un clima de trabajo ideal. En el video se ve un juego de seducción que creo que nunca se debe perder, en un momento especial en el que la mujer está peleando por sus derechos, por la igualdad y como hombres, creo yo, debemos estar acompañando. Es raro porque en este mismo momento aparecen un montón de canciones en las que a la mujer la ponen en un lugar muy vulgar por ser sensual y yo creo que para ser sensual o tener erotismo no hace falta ser vulgar, y menos en una canción.
—¿Notás eso en los nuevos artistas? ¿Pensás que hay conciencia detrás de esas letras?
—Hay canciones que a veces uno escucha y se pregunta "¿Qué dijoooo?". Pero bueno, cada uno escribe lo que quiere y canta lo que quiere y está bueno que así sea y que la gente elija. Creo que la conciencia tiene que estar en este mundo de hoy en el que hay cosas que los chicos no pueden escuchar; siempre existieron películas prohibidas porque había cosas que los chicos no podían ver y hay ciertas canciones con las que pasa eso.
—Dijiste que tenés muchos temas compuestos, incluso para varios discos, ¿qué es lo que te inspira hoy?
—Cada artista va haciendo su proceso. El mío es una especie de embarazo cuando estoy haciendo un disco, porque me meto en el estudio a escribir, a ver qué canciones aparecen. La inspiración llega trabajando para mí. Si tenés una rutina de trabajo y buscás y buscás, estás más propenso a que baje la inspiración y aparezca una canción. Es mágico. A veces es instantáneo, a veces no, uno se conoce y tiene sus mecanismos. A veces se presenta el disco como un mapa y ahí te das cuenta de qué tenés, qué te falta, de qué querés hablar que aún no has hablado. ahí vas dándole un concepto a la obra.
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—¿Con nueve discos sentís que hay temáticas que aún no tocaste en tus canciones?
—No sé, porque en realidad yo siempre hablé de muchas cosas, de sentimientos y pensamientos, de lo bueno y lo malo de la vida, siempre se ve mi espíritu guerrero y de lucha, por eso muchas canciones naturalmente desprenden optimismo o buena energía, porque yo prefiero antes de suicidarme tratar de verle el lado positivo a lo que uno esté atravesando. La música siempre fue una posibilidad de hacer catarsis. Nunca imaginé que la vida me iba a dar eso: la posibilidad de cambiarle el estado de ánimo a la gente. A mí me pasa con muy pocos, con Rubén Blades, con Juan Luis Guerra, con los que tuve la posibilidad de cantar y hacer amistad.
—¿Se te acercan las personas a contarte sus historias?
—Sí, y a veces son historias muy duras. Yo tengo un vínculo con el pueblo venezolano muy especial. Cuando la gente se adueña de las canciones exceden a quienes la hicimos, toman vida propia. Y cuando suceden esas cosas también uno piensa que hay que hacerlo con responsabilidad.
—¿Y te gratifica?
Es gratificante, a veces te desacomoda porque hay gente que te dice cosas muy fuertes. Cuando uno empieza con una hoja en blanco no sabe qué puede pasar, eso te genera un cosquilleo que es precisamente lo lindo del artista.
—En Re loca interpretás a Pablo, el ex del personaje de Natalia Oreiro, un rol que dijiste que no tiene que ver con tu manera de ser... ¿Preferís esos papeles?
—Prefiero los lindos personajes, un actor siempre está esperando un buen personaje. No me importa si es protagonista o no, no me fijo en esas cosas. Me fijo más en el guión, qué desafío me significa, con qué compañeros voy a trabajar, quién es el director. Esa es la diferencia que encuentro entre la música y mi oficio de actor: tengo la posibilidad en la música de ser líder y tener mi equipo, ser el ideólogo; cuando a mí me llaman de una película, me bajo de eso, vuelvo a ser un empleado más que trabaja en un engranaje. Me encanta eso, me bajo sin ningún problema.
—¿Hay proyectos futuros para la pantalla?
—Hay una peli dando vueltas para el año que viene. Estoy contento de estar muy activo y de que se hayan dado cuenta que por más de que vivo mucho con la música, si me gusta el proyecto, me arremango y voy a trabajar.
—¿Y en el medio de todo esto, cómo es la vida diaria de Diego Torres?
—Disfruto mucho la paternidad, disfruto la familia, este momento de mi hija con mi mujer. Me gusta despertarme temprano, cosa que siempre odié porque soy de la bohemia, de la noche, pero la vida cambió. Disfruto de llevarla al colegio, me gusta salir a correr (soy corredor de toda la vida, es como mi terapia) y después me meto en el estudio a trabajar. Esa es mi rutina.
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