Después de 45 años condenan a los asesinos de Víctor Jara
El homicidio de esta leyenda de la canción chilena ocurrió a principios de la dictadura de Pinochet
SANTIAGO, Chile.- Pasaron casi 45 años de alegatos, peritajes y declaraciones; de cierres de sumarios y de investigaciones paralizadas. Pero en un fallo histórico, la Justicia chilena condenó a ocho militares en retiro y un abogado como responsables del homicidio de Víctor Jara, una de las voces más reconocidas de la música popular de Chile y América Latina, y quien fue asesinado en septiembre de 1973 durante los primeros días de la dictadura de Augusto Pinochet.
El fallo de primera instancia del juez Miguel Vázquez Plaza, miembro de la Corte de Apelaciones designado para causas de violaciones a los Derechos Humanos, también estableció la culpabilidad de los exuniformados en la muerte del entonces director de prisiones Littré Quiroga, ocurrida ese mismo mes. "El 13 y 15 de septiembre de 1973 se practicaron interrogatorios al margen de todo procedimiento legal en el Estadio Chile, centro de detención de esa época. Entre los interrogados estuvieron Víctor Jara Martínez y Littre Quiroga Carvajal. El 15 de septiembre de 1973, Jara y Quiroga fueron llevados al sector de camarines del recinto, lugar donde se les dio muerte con 44 y 23 impactos de bala, respectivamente", informó el Poder Judicial chileno sobre los resultados de la investigación, que también determinó lo que ocurrió tras la ejecución. "Luego de ambos homicidios, los cuerpos fueron sacados del Estadio Chile y lanzados en la vía pública en un terreno baldío cercano al cementerio Metropolitano. Ahí fueron reconocidos por pobladores de la zona que los limpiaron y los trasladaron al Instituto Médico Legal", señaló la entidad.
Las sentencias recayeron sobre Hugo Sánchez, Raúl Jofré, Edwin Dimter, Nelson Haase, Ernesto Bethke, Juan Jara, Hernán Chacón y Patricio Vásquez, quienes recibieron una pena de quince años de prisión como autores de homicidio calificado y de tres años más como autores de secuestro simple de ambas víctimas.
Cuando Víctor Jara ganó en 1969 el Primer Festival de la Canción Popular Chilena se transformó automáticamente en el heredero natural y en el ícono del movimiento de la Nueva Canción Chilena tras el suicidio de Violeta Parra en 1967. En ese movimiento estaban grupos como Quilapayún, Inti Illimani, Isabel y Ángel Parra, que de alguna manera acompañaron el proceso cívico y político que desembocó en el partido Unidad Popular y la elección de Salvador Allende en 1970.
Hasta ese momento Víctor Jara ya era reconocido por ser un recopilador de canciones olvidadas del folclore chileno y un autor de temas basados en la propia experiencia. Jara tenía un origen campesino. En 1957 entró en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, época en la que conoció a su maestra Violeta Parra. Entre 1960 y 1967 realizó una intensa labor como director de teatro y dramaturgo. A la par realizaba su labor musical. En 1968 pasó a ser el director artístico del conjunto Quilapayún. En los años siguientes se intensificó su labor solista con temas que se transforman en himnos para las juventudes de América Latina como "Ni chicha ni limoná", "Canto libre", "El derecho de vivir en paz", "Te recuerdo Amanda", "Plegaria a un labrador" y "La población", creaciones de una fuerza poética que lo convirtieron en uno de los máximos exponentes del resurgimiento y la innovación de la canción popular en América Latina.
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