Desangelado regreso de las chicas de Charlie
"Los ángeles de Charlie: al límite" ("Charlie´s Angels: Full Throttle", Estados Unidos/2003). Dirección: McG. Con Cameron Diaz, Drew Barrymore, Lucy Liu, Demi Moore, Bernie Mac, Crispin Glover, Justin Theroux, Robert Patrick, Matt LeBlanc, Luke Wilson, Eric Bogosian, Robert Forster y John Cleese. Guión:John August, Cormac Wibberley y Marianne Wibberley. Fotografía: Russell Carpenter. Edición: Wayne Wahrman. Música: Ed Shearmur. Diseño de producción: J. Michael Riva.Presentada por Columbia. Duración: 106 minutos. Calificación: apta para todo público.
Nuestra opinión: regular
Esta segunda versión cinematográfica de "Los ángeles de Charlie", popular serie televisiva de mediados de los años 70, es tan espectacular y arrolladora, pero al mismo tiempo tan hueca y efímera, como una vuelta por la montaña rusa. Rica en emociones primarias, pero carente de la mínima noción de la sutileza, "Los ángeles de Charlie: al límite" resulta una sucesión de escenas en las que el trío protagónico femenino reparte patadas al mejor estilo del cine de acción made in Hong Kong o sacude sus generosas curvas en situaciones seudoerótico-musicales.
Si no fuera por el constante despliegue de efectos visuales (la producción costó 120 millones de dólares) ligados aquí a explosiones de proporciones inverosímiles, deportes extremos (motocross, surf, lanchas, carreras de camionetas) y persecuciones de todo tipo, o por el carisma de las tres actrices principales, este largometraje de McG -un director formado en la hiperkinética escuela MTV- caería en el ri- dículo, ya que la trama no encuentra jamás demasiada coherencia ni justificación, mientras que las situaciones (supuestamente) humorísticas resultan tan remanidas y artificiales que al final quedan reducidas a juegos de palabras y remates de diálogos basados casi exclusivamente en el doble sentido.
Ritmo trepidante
Natalie Cook (Cameron Diaz), Dylan Sanders (Drew Barrymore) y Alex Munday (Lucy Liu) siguen trabajando bajo las órdenes del enigmático Charlie (la voz de William Forsythe) y esta vez son subcontratados por el FBI para enfrentar a un amplio abanico de malvados, que van desde mongoles embrutecidos, desalmados mafiosos irlandeses hasta, finalmente, un "ángel caído" como Demi Moore, que parece tomarse demasiado en serio una película que en realidad está más cerca del espíritu absurdo del dibujo animado.
Esta ensalada cinematográfica pergeñada por unos guionistas de escasas luces combina escenas de kung fu coreografiadas por un experto importado de Hong Kong como Cheung-Yan Yuen, que a estas alturas resultan un remedo de films como "El tigre y el dragón" o la saga de "Matrix", una burda sátira a la industria de Hollywood, parodias al cine de espías impuesto por el imaginario de James Bond, homenajes al género musical y constantes guiños a la cultura pop. Todo bien mezclado en un cóctel que incluye un montaje que convierte el vértigo en confusión y una omnipresente banda de sonido en la que desfilan clásicos de los 70 y muchos temas de rap y heavy-metal.
La película tiene un ritmo tan trepidante que el espectador no encuentra un segundo para decodificar (y por lo tanto para preguntarse si está disfrutando o padeciendo) semejante aluvión de información e imágenes. En medio de esa catarata audiovisual se pueden descubrir cameos de Bruce Willis, de las hermanas Olsen, de Carrie Fisher y hasta de Jacklyn Smith (la Kelly Garrett de la serie de televisión original) o incluso esbozar una sonrisa o reprimir un bostezo, pero no queda demasiado margen para el análisis. Todo es tan fugaz que es muy probable que a la salida del cine el espectador se haya olvidado de buena parte de lo que vio.
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