De visita en el rodaje de la nueva Casa de papel
Hace unos meses, aquello era un páramo, un predio desértico al costado de una autovía en el norte de la ciudad. Hoy se erige un búnker con rejas altas y, detrás de ellas, un edificio con varios empleados de seguridad tras un mostrador. A un costado, molinetes que se atraviesan solo con una tarjeta magnética, previa identificación (e invitación). Custodian un auténtico tesoro nacional. Una ficción que representa a España en los rincones del planeta. Algunas escaleras, un laberinto de pasillos y luego otro patio que conduce a cajas de zapatos gigantescas con olor a pintura aún fresca. Un corredor al aire libre permite acceder a diferentes naves y en una de ellas está sentada, en una banqueta, Úrsula Corberó . El sol del mediodía la acaricia mientras charla con sus compañeros antes de sumergirse en la oscuridad de un set de televisión. La casa de papel comenzó como una apuesta profesional de un grupo de amigos, una inversión de creatividad y energía donde todos ganaron: los realizadores, los actores y también las demás series españolas, ya solventes, que contagiaron a los mercados extranjeros con la apreciación de este relato, dueño de un interés y una expectativa exponencial. Este el nuevo set, tres veces mayor que el anterior. Es el búnker donde se filma una historia aún más ambiciosa, la flamante sede de esta historia que sorprendió hasta a sus propios estrategas.
Después de 58 versiones del piloto de esta serie sobre el golpe perfecto, en diciembre de 2016 se comenzó a grabar la ficción que irrumpiría por primera vez en la televisión española, en el canal Antena 3, el 2 de mayo de 2017, ante la mirada atenta de cuatro millones de espectadores. Netflix emitiría luego la serie completa, desde la concepción del plan hasta la resolución del atraco –un sustantivo en desuso en la Argentina–, que comenzó a escucharse gracias a la serie. Sin embargo, en España se dividió la historia en dos temporadas, con el verano europeo como biombo separador: los miércoles de primavera albergaron la primera parte; los jueves del otoño, la segunda. Dos unidades simultáneas de filmación y una de edición trabajaban contrarreloj produciendo esta historia a la que el aire le pisaba los talones. El cambio del día de emisión, sumado el horario casi de trasnoche, condujo a una merma de espectadores y la historia concluyó con 1,4 millones de televidentes. Pero aún quedaría el capítulo streaming. La plataforma compró la serie a la productora Vancouver Media y tras algunos cambios –la duración de sus capítulos que consideraban extensos para un espectador modelo– la serie de inmediato se convirtió en un suceso mundial. Luego obtendría el Emmy a la Mejor Serie internacional en la categoría drama.
"Llevo muchos años trabajando y estoy acostumbrada a que la gente me reconozca por la calle, pero no a que me reconozcan en Grecia o en la Argentina", dice Corberó. La actriz viajó a Uruguay los últimos días de 2017 a pasar las Fiestas con su pareja, el Chino Darín . "«Tokio, diosa. Sos una genia»", imita el acento argentino. "Yo flipaba y le decía a mi chico que las únicas personas que habían visto la serie estaban allí, todas en la discoteca", recuerda su primer contacto con el fenómeno más allá del Atlántico.
La nueva temporada "es más grande en entidad, en magnitud y en complejidad. Tiene cierta complejidad por razones técnicas y, aunque la esencia sigue siendo la misma, es más ambiciosa. No queremos defraudar al público. Tardamos más que antes en grabar porque la serie es más espectacular. Pero hemos intentado mantener el ADN, con los personajes, con la transgresión y la comedia negra", cuenta Álex Pina, el creador, el showrunner, el verdadero Profesor de esta ficción.
La biblioteca de aires masónicos está habitada por libros y enciclopedias verdaderas. Hay algunas esculturas inspiradas en el mausoleo franquista El Valle de los Caídos, con una escalera caracol que lleva a una segunda planta de ese centro del saber y de estrategia económica, financiera y también criminal. Una réplica de El entierro del conde de Orgaz, un retrato del rey Carlos III, cajas de habanos cubanos y un mobiliario verdadero comprado en mercados de pulgas, bajo un cielo de metacrilato. El director de arte, Abdón Alcañiz, muestra su última creación y también el sistema de paredes móviles que amplían, acotan o modifican los decorados del interior de La casa de papel. También hay pasillos con los retratos de supuestas autoridades de aquella institución, inspirados en la imagen de miembros de la producción y familiares del artista plástico. La verdadera Fábrica de Moneda Real y Timbre se ubica en el barrio madrileño de Salamanca, pero los realizadores eligieron las instalaciones del prestigioso (y alejado) Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) como licencia artística para filmar la serie.
Un motivo para volver
Río ingresa en cuadro: "¡Putos locos!". Lo aplauden Tokio, Nairobi, Denver y Helsinki. Su dicción de repente se desvanece y busca ayuda en el apuntador detrás de la cámara. Río se convierte en Miguel Herrán. El director realiza una pausa. Le retocan el maquillaje al actor mientras Corberó mira su celular y Alba Flores busca una botella de agua.
Durante dos meses, Pina y su equipo analizaron la idea de volver, ante el pedido de Netflix y del público: ¿regresar con una tercera temporada o mantener aquella puerta cerrada? "Queríamos tener una razón, un motivo para abrir esa posibilidad". La nueva temporada, según deja espiar el tráiler, muestra a los personajes en paraísos lejos de Madrid. Tailandia ha sido una de las nuevas locaciones, donde no solo se trasladó el equipo, sino que además allí debió construir una cabaña en una isla. "Yo también lo daba por acabado, era como el fin de una etapa. No podíamos imaginar el éxito que vino después, internacional. Estaba la incógnita sobre lo que iba a pasar después con estas personas, con todo ese dinero. La gente lo demandó y aquí estamos", explica Alba Flores, prolífica actriz, hija y nieta de artistas míticos, una veterana en el universo de ficción que propone Pina. "¿Si notamos al señor Netflix? Hay algunas escenas que ahora sí se pueden hacer porque hay dinerito para buscarse las mañanas", se sincera.
"No teníamos intención de volver, pero ante esta situación, nos vemos obligados a reaccionar. Y esta vez lo vamos a hacer a lo grande", dice el Profesor, el personaje que interpreta Álvaro Morte en otro de los avances de la serie. Aquello que interrumpe el idílico retiro de los millonarios es la detención de uno de los miembros del grupo. El Profesor debe sumar colaboradores, entre ellos, a un amigo muy querido. Así aparece un ingeniero con acento argentino en la piel de Rodrigo de la Serna : "El personaje tiene un abanico de capacidad dramáticas y expresivas. Este tipo tiene mucho despliegue dramático y emocional. Estoy muy agradecido con este personaje, pocas veces llega en la vida un personaje con estas características".
Para mí es entrar en un club nuevo muy grande, con un equipo que ya funciona, que se conoce en profundidad
De la Serna conoció el fenómeno de esta serie cuando unos fans hicieron una comparación, cual directores de casting, entre el equivalente de los actores argentinos con los personajes de la serie. ¿Quién sería Tokio; quién, Nairobi? "A mí me tocó Berlín", celebra e invoca una metáfora futbolística para referirse a la incorporación en este éxito. "Para mí es entrar en un club nuevo muy grande, con un equipo que ya funciona, que se conoce en profundidad, con un clima familiar de trabajo. Soy un veterano en estos combates. Tengo 42 años y trabajo desde los 12 en teatro. Esa experiencia me dio mucho aplomo para llegar también con mucha humildad".
Jesús Colmenar, uno de los directores de la serie, confiesa estar "enamorado" de los nuevos personajes. "Las nuevas incorporaciones han entrado, pero parece que han nacido para estar dentro. Teníamos un elenco soñado, parecía una alineación planetaria de cómo funcionaba y era muy difícil introducir nuevos personajes, pero han encajado perfectamente, manteniendo absolutamente la esencia". A este realizador el éxito mundial de la serie también lo tomó por sorpresa, y lo hizo trabajando, como al resto de sus compañeros de Vancouver, inmersos en otros proyectos, El embarcadero y Vis a Vis.
Una bestia pop
"Esto lo va a petar, esto va a ser la hostia. Si esto no triunfa en España, es porque el país no está preparado", dijo un visionario y exaltado Enrique Arce, el actor que interpreta a Arturo, cuando el elenco presentó la serie en el Festival de Burgos, en 2017. Herrán y Corberó recuerdan que algunos compañeros le pedían mesura en sus declaraciones. "Acertó en todo", festeja la actriz.
"Nadie esperaba esta repercusión tan bestial. Ha sido un regalo. El mayor reto ha sido dotar de veracidad y hacer personajes humanos dentro de estos hechos tan locos, dice Jaime Llorente, alias Denver.
"No es una serie realista, ni lo pretende ser. Es un cuento alegórico, lleno de símbolos", sintetiza el director. Desde el punto de vista narrativo, fiel al estilo Vancouver, hay un juego de fragmentación y los tiempos se suceden en simultáneo. "Creemos que así hay un grado de implicación mucho más grande. Nos permite cambiar de comedia a tragedia, como una orquesta, diferentes canciones", agrega Pina.
Además de una minuciosa labor narrativa, la serie cuenta con una cuidada paleta de colores donde impera el rojo. "La máscara de Dalí y el mono rojo son cosas que la gente puede hacer suyas. Lo pretendíamos, pretendíamos hacer algo icónico", explica Colmenar.
¿Quiénes son los "buenos" y quiénes los" malos"? Otro elemento clave de La casa de papel es la ambigüedad moral. "La serie ha funcionado muy bien en un momento coyuntural y concreto en la Argentina, Brasil, Turquía, la cuenca mediterránea, en países con poca credibilidad con sus jefes de Estado. Ha tenido un boom empático, que en cierto modo se hacía cargo de un malestar o escepticismo preexistente. Pero queríamos hacer un programa de entretenimiento y no algo político. Queríamos juntar la acción, que siempre se ha considerado superficial y vacua, con la intimidad emocional, que siempre parecía aburrida", explica Pina. Bella Ciao, el himno partisano, volvió a cobrar una relevancia en varias sociedades que se sienten oprimidas por el poder.
No podíamos imaginar el éxito que vino después. La gente lo demandó y aquí estamos
Hay otra voz, gritos, en realidad, que tejen este universo. "He ido descubriendo cosas de mí a través de este personaje. Una parte mía muy animal. Como más fuerte. Soy una persona como pequeñita y me he dado cuenta de que la fuerza del ser humano no se mide por el tamaño. Nunca había hecho un personaje tan transgresor y rebelde. Y claro, tenemos secuencias que te ponen al límite. En esta serie a los actores nos toca trabajar mucho la rabia, la ira", admite Corberó, quien acude al psicoanálisis –algo no muy extendido en España– como modo de canalizar sus propias emociones y monstruos.
"¡Empezó el matriarcado!", gritaba Nairobi mientras cargaba una metralleta. La escena se convirtió en un meme viral feminista. "Tengo la suerte de ser un emergente de algo que está pasando en el mundo con mucha más fuerza de lo que todavía los personajes en la serie pueden expresar. No hay una trama feminista per se, hay una sororidad, pero no es una serie con un argumento megafeminista, ojalá", admite Flores.
Pina destaca la identidad de esta serie hablada en castellano. "Parte del valor de la serie reside en haberla hecho en España. Es un momento de defender lo iberoamericano, el idioma español, los 400 millones de hablantes; esa es la fuerza y ahí es donde debemos intentar hacer frente a un mundo de ficción, que siempre ha estado colonizado por lo norteamericano, y más en un género del atraco perfecto. Nosotros le hemos dado un valor latino, emocional. Eso la ha convertido en diferente".
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