De la grieta a las elecciones: el significado de un premio
Para sorpresa de muchos, Intratables ganó anteanoche el Martín Fierro al mejor programa periodístico de la TV abierta en 2016. En Intratables convergen de lunes a viernes, durante casi tres horas, periodistas, políticos, funcionarios, analistas y todo tipo de figuras mediáticas para discutir sobre cuestiones de actualidad a través de un mecanismo que el ensayista Sergio Sinay definió como "la incentivación y la manipulación del desacuerdo". Los debates del programa emitido por América, por lo general, concluyen estériles entre gritos, reproches y discordias. Es difícil encontrar algún momento en el que los participantes se escuchen entre sí.
Sin embargo, a quienes miran de cerca lo que pasa hoy en la pantalla chica este premio no les llama para nada la atención. Intratables es la expresión periodística del modelo de programa que se impone hoy en la TV, con un conductor y un panel de opinadores dispuestos a hablar de cualquier tema: farándula a la mañana, deportes al mediodía, sucesos policiales a la tarde y política a la noche. Con la beligerancia como característica y el debate bien entendido como anhelo utópico, la actual matriz televisiva estimula por acción u omisión la persistencia de la famosa grieta, síntesis de buena parte del debate político actual.
Esa grieta estuvo presente durante toda la noche del Martín Fierro, ilustrada con algún mal chiste que nadie festejó (justamente a cargo de un panelista de Intratables), citas extemporáneas, gestos que forzaron aclaraciones y alguna aislada expresión conciliadora. Pasaron 48 horas del Martín Fierro y las disputas no se acallan. Todas ellas, de paso, son un anticipo del tono que tendrá la inminente campaña electoral. Para sorpresa de nadie.