De Gran Hermano a Panamá: la vida del participante que estuvo 141 días en la casa y batió el récord
Martín Anchorena salió tercero en la edición 2010-2011 y en diálogo con LA NACION recordó su paso por el programa, al cual definió como una “gran experiencia”
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Fama, dinero, experiencia... muchas pueden ser las razones por las que una persona decida inscribirse en un casting para participar en Gran Hermano. Martín Anchorena o “Cucho”, como le decían en la casa, integró el tercer grupo, el de esos que querían ir a divertirse y transmitirle algo al público. Para él, hay tres cosas que son claves: mantener la mente fría, tener los objetivos claros y ser auténtico. Esto evidentemente le sirvió, porque salió tercero en la edición 2011 y se llevó el récord ser la persona que más tiempo estuvo dentro del juego. En diálogo con LA NACION reflexionó sobre su paso por el reality, analizó la nueva edición y habló de su vida como piloto de avión en Panamá.
Martín Anchorena tenía solo 24 años cuando se anunció un casting para ingresar a Gran Hermano. En ese entonces daba clases de vuelo, estudiaba actuación en el Teatro San Martín y trabajaba en eventos. Sin embargo, la propuesta le dio curiosidad y decidió ver con qué se podía encontrar. Agarró una camarita, se sentó en una banqueta y grabó un video. Al día siguiente lo llamaron.
“Fueron muchos castings, con 35 mil personas. Para mí los que participaban del reality eran ‘unos vagos’… Yo estaba estudiando, a la par rendía para entrar en Aerolíneas Argentinas, donde había 7000 personas y no me veía ahí. Pero fui quedando y que te elijan, es como ganar la lotería”, le aseguró a LA NACION.
Tras un largo proceso de selección, Martín se convirtió en uno de las 20 personas que ingresaron a la casa en 2011. Pero, su presencia no pasó inadvertida, al contrario, batió un récord. De todas las ediciones, fue el participante que más tiempo estuvo en la casa: 141 días. “Me pasaron a buscar un 8 de diciembre, entré el 12 y recién vi la luz un primero de mayo. Fueron cinco meses”, comentó.
Martín Anchorena, el participante que estuvo 141 días adentro de la casa de Gran Hermano
La sexta temporada del programa, tuvo algo particular. Como el rating acompañó decidieron alargarla un poco más: “Tuvieron que acordar con nosotros para estirar el programa porque se notaba que no podíamos más. Todavía éramos ocho y faltaban cuatro semanas, así que empezaron a hacer las pruebas semanales por premio y en una me llevé un cuatriciclo. Incluso hasta hicimos un video con máquinas de correr donde recreábamos un videoclip de Ok Go”, recordó Anchorena.
Pasaron más de 10 años desde que “Cucho” estuvo en la casa, pero aún lo recuerda con lujo de detalle, como si hubiera sido ayer. Sobre todo, las últimas semanas: “Al final nos entraban cosas, guitarra, cartas, porque estábamos todos medio trastocados de la cabeza. No había nada, lo único que se podía leer era el manual de la casa, la etiqueta del shampoo o el dentífrico”. A su vez, sostuvo que varias reglas del juego cambiaron, porque ellos constantemente “las daban vuelta”.
“Se planeaba todo muy bien. Teníamos estrategias y nos hacíamos señas en la espalda, abajo del agua o con las cartas para que no nos captaran las cámaras”, reveló y contó que su compañero de juego fue Christian Urrizaga, alias Christian U, que resultó ganador de esa edición. “Yo agradezco que cuando él salió, por motus propio, fui el único que no habló mal. Cuando volvió a entrar me dijo ‘vamos por toda la casa’. Después se pasó con nosotros Martín Pepa y fuimos a por todo”, sostuvo.
“Cucho”salió tercero en la sexta edición del reality y para él ese (además del primero) es el mejor puesto porque “dan mucho tiempo y tenes una salida glamurosa. Después todo está en quién es el ganador y ese es el que se lleva toda la atención”. Cuando tomó contacto con el mundo exterior se dio cuenta del fenómeno y aseguró que durante el primer año no pudo salir a la calle sin que lo reconocieran y se abalanzaran.
La vida de Anchorena tras salir de la casa de Gran hermano
Una vez que se apagaron las luces de la casa, fue hora de enfrentar el mundo exterior. Para Martín fue positivo y aseguró que “el 99 por ciento lo trató bien” y que el uno por ciento restante “apenas un poquito mal”. Además, sostuvo que fue afortunado porque conoce a muchos que “realmente la pasaron muy mal”. Sin embargo, la alegría fue invadida por la tristeza, porque al poco tiempo de su salida, falleció su padre, lo que le significó un golpe muy duro.
Por otro lado, reveló que los hermanitos que participaron de la edición 2010-2011 se mantuvieron en contacto con el paso del tiempo, es más, hasta tienen un grupo de WhatsApp que se llama “10 años GH”. Hablan con frecuencia y comentan, comparan y opinan sobre los participantes que están actualmente dentro de la casa.
Ya pasó más de una década desde la época en la que Anchorena vivió 141 adentro de una casa aislada del mundo exterior, pero a la distancia repite una y otra vez que “fue una muy buena experiencia”. Además, reflexionó sobre qué es, para él, lo más importante a la hora de participar de Gran Hermano: “Hay que tener la mente muy fría, saber cuáles son tus objetivos, si estás por la plata, la fama o si querés transmitir algo y llevarte una experiencia. Si realmente querés llegar a la final te la vas a bancar. Mi objetivo fue divertirme y jugar, pero sin perjudicar mi carrera. La mejor manera es ser auténtico, pero siendo inteligente. Como yo era afuera, también fui adentro”.
La vida de Martín Anchorena en Panamá como piloto de avión
Tras el reality, Martín decidió hacer un viaje largo a Medio Oriente. También retomó su carrera como instructor de vuelo, ya que mientras estaba en la casa se enteró de que quedó en Aerolíneas Argentinas. A su vez, aseguró que en ningún momento le pesó su paso por el programa, al contrario, “sumó más que restar”.
Durante estos más de diez años, el joven nacido en Buenos Aires, hizo un poco de todo: condujo un programa de televisión en Misiones y también estudió para coach motivacional. Desde hace ocho años vive en Panamá donde trabaja como piloto de avión. Además, se está preparando para dar un paso más y convertirse en capitán.
“Siempre me dijeron que como piloto no iba a llegar a ningún lado porque era muy difícil la carrera, y también me dijeron que no podía ser piloto y actor al mismo tiempo”, reveló. Sin embargo, él salió del molde y demostró que sí pudo hacerlo. Logró complementar todas sus pasiones, su amor por la actuación, su pasión por los aviones y su deseo de ayudar a los demás. Además, ya conoció 76 países y tenía en planes llegar a los 100 antes de la pandemia por Covid-19.
Si bien pasaron muchos años desde su paso por Gran Hermano, sus recuerdos se mantienen intactos y positivos. Incluso aseguró que participaría de alguno de los paneles en el caso de que lo invitaran. “Lo que más rescato son los vínculos que quedaron. Con Martín Pepa somos muy amigos, viajamos juntos a todos lados y hasta llevamos a nuestras madres a Europa”, contó. Por último, afirmó y repitió que para él, el reality “fue una muy buena experiencia” de esas que “no se pueden comprar”.
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