De Chiquititas al Complejo Teatral de Buenos Aires, una actriz destacable
Viviana Puerta construyó su carrera principalmente en la televisión, aunque admite que su esencia está en el escenario
Aunque estuvo en La banda del Golden Rocket y Montaña rusa nunca fue el centro de la escena porque le gustó guardar un bajo perfil. Incluso cuando su rostro se volvió sumamente popular al encarnar a Gabriela en Chiquititas. Viviana Puerta continúa fiel a su vocación, aquella que empezó cuando tenía 16 años: una noche vio una representación de El diluvio que viene, sintió que su lugar no era solo la butaca, sino el escenario y desde entonces actúa. Hoy ya lleva más de 20 años de trayectoria: trabajó en teatro, televisión y cine. El espectador televisivo la tiene muy presente por sus papeles en Dulce amor, Los únicos, Un año para recordar, Mujeres de nadie y tantas otras tiras.
Ese mismo camino la condujo a un sueño para todo actor: trabajar en el Complejo Teatral de Buenos Aires. En abril estrenará Un enemigo del pueblo -el clásico de Ibsen, dirigido por Lisandro Fiks-, pero también volverá a participar del ciclo Microteatro donde todas las piezas duran quince minutos, en salas de quince metros cuadrados y la misma cantidad de espectadores. "Este formato te permite experimentar, hacés la misma función cinco o seis veces en una noche, los espectadores están apenas a 50 centímetros y requiere mucha concentración y respetar el texto porque no podés extenderte ni un minuto", dice entusiasmada con ¿Te querés casar conmigo?, la obra para la que fue convocada por Pablo Novak. "Es un entrenamiento que me mantiene alerta porque requiere precisión y ritmo", continúa con la descripción de este proyecto que la hace sentir en riesgo.
"Yo hago hincapié en la vocación porque lo sentí. La actuación me ofrece la posibilidad de crear e interpretar diversas situaciones y personas. Nosotros, los actores, somos un poco neuróticos", reconoce Viviana Puerta, con ese perfil bajo no planificado que la lleva y la trae por los sets y los escenarios, poniéndose en la piel de diferentes personajes. "Lo que tengo para dar es mi trabajo y participar de proyectos en los que pueda crecer profesionalmente y como persona", reflexiona con voz segura.
Tiene una relación intermitente con la música si solo se mira los espectáculos que realizó, pero no así en su intimidad: "Cantaba sobre los boleros y, desde chica, descubrí que la música es un lenguaje poderoso y mágico. Una melodía en unos segundos te lleva a un momento de nostalgia", argumenta. "Siempre hay una musiquita de fondo en mi casa, es como una medicina", describe una de sus formas de pasar el tiempo y acompañarse en sus trayectos en auto.
"El teatro no es sencillo: es una de las disciplinas más difíciles porque no se puede editar", explica quien hace hasta hace poco tiempo participó en Parque Lezama, protagonizada por Eduardo Blanco y Luis Brandoni, dirigida y adaptada por Juan José Campanella: "Fue maravilloso laburar con él porque maceró y reescribió el texto durante mucho tiempo", detalla y reconoce que ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de su carrera. "En el teatro nunca terminás de aprender, es un desafío permanente. Disfruto la preparación de un personaje y el teatro me da más posibilidades de experimentar y equivocarme durante ese proceso", comenta.
En tantos años, después de haber compartido proyectos con diferentes compañeros, en distintos géneros y formatos, tiene claro lo complejo que es vivir de una actividad artística. "En este oficio estamos en estado de vulnerabilidad. Está claro que actuar tiene una relación importante con la mirada subjetiva del espectador, porque no todos tienen la misma percepción", cuenta con precisión porque sabe también ponerse en el lugar del público. De todas formas, arremete y admite sus sensaciones como actriz con esa distancia que da la segunda persona: "Arriba del escenario querés gustarle a todo el mundo. Aunque la sala esté repleta, si hay una sola persona que se durmió y lo registrás, te ponés mal", reconoce. "El éxito es que la gente quiera comprar una entrada para venir a verme. El reconocimiento es solo un efecto de lo que hago", concluye esta ascendente actriz, con un tono relajado y sencillo.
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