Un Tualet en medio de un callejón con salida
Sólido montaje de Juan Onofri y de su equipo de arte
Taulet, con Sergio Maximiliano Villalba y Nicolás Poggi. Música original. Jorge Grela. Músico invitado: Luis Marte. Vestuario: Mirta Liñeiro. Video: Juan Onofri Barbato y Ricardo Reich. Edición: Reich. Diseño escenográfico: Matías Sendon, Onofri Barbato y Norberlo Laino. Realización escenográfica: Juan Cruz García y Javier Drolas. Diseño maquinaria: Laino. Coreografía: Villalba, Onofri Barbato y Poggi. Dirección general: Juan Onofri Barbato. Teatro Callejón, Humahuaca 3759. Próxima función: hoy, a las 23.
Nuestra opinión: muy buena
La información de prensa dice que Taulet "es un espectáculo basado en un dispositivo de video y objetos (baño químico, techos y pantallas dinámicas y paredes móviles) que generan microescenarios, segundas realidades y paisajes que trasmutan constantemente, donde los intérpretes caen si hallar un lugar de reposo, creando un lenguaje físico extremo y vertiginoso".
Desde otra perspectiva se podría decir que Tualet es un viaje sensitivo en el cual tanto el diseño sonoro, las imágenes generadas en vivo como las proyectadas y la inevitable energía que desprenden y contagian sus dos intérpretes conforman un cuerpo expresivo con un nivel de coordinación, ensamble y síntesis de un finísimo equilibrio. Un equilibrio que marca diferencias con el resto de los trabajos que pueblan la cartelera.
El encargado de tal recorrido que se le propone al espectador es el bailarín y coreógrafo Juan Onofri Barbato, el mismo que debutó como director con Fyz , un elogiado trabajo que se estrenó en 2005, en el Teatro del Sur. En su segundo montaje como puestistas, conformó un grupo creativo integrado por Matías Sendón, Norberto Laino, Jorge Grela, Mirta Liñeiro y Ricardo Reich.
A juzgar por los resultados, ellos -desde la iluminación, la instalación, lo sonoro, el vestuario y la utilización del video- armaron un equipo en el cual, básicamente, se patean las fronteras, planteando una dramaturgia sonora, espacial y lumínica de tal potencia que transforman al escenario del teatro Callejón en un callejón con puertas, texturas, recovecos, intensidades y ventanas que se abren constantemente en un tránsito de ritmos cambiantes.
En medio del baño: ellos
Claro que este complejo andamiaje termina de cobrar vida, y sentido, con las actuaciones de Sergio Maximiliano Villalba y Nicolás Poggi, quien ya había trabajado en Fyz . Estos dos estupendos bailarines se transforman en los mejores anfitriones de un tránsito -quizás- por polos apuestos: la de los físicos de ellos dos con tonos de movimientos también distintos, la del vivo y la proyección de video o la antítesis entre la oscuridad del comienzo y el cielo que domina una de las imágenes del video.
Claro que en esta propuesta nada es lineal. Es más, si la lectura sobre los polos opuestos fuera acertada, ellos mismos, al intercambiarse la ropa o al hacer de los dos cuerpos uno solo, se encargan de barrer con toda pretensión narrativa tradicional.
Esa es, en definitiva, una de las riquezas de este seductor montaje. A lo sumo, lo más lineal en el universo creado por Onofri Barbato es la presencia de un baño químico que, a lo largo de todo el trabajo, se encargará de ir tomando diversas significaciones y cumpliendo distintas funciones.
Con estos parámetros (habría que sumar el destacadísimo nivel de producción, el cuidado obsesivo por los mínimos detalles, los innumerables puentes que la misma propuesta entabla con el universo plástico, el crecimiento casi opuesto que van teniendo los dos personajes o el aspecto lúdico que atraviesa a toda la obra), transforman a Taulet en un baño de agua fresca en medio de la escena alternativa. Nada mal para estos tiempos de fuerzas en choque.
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