Romeo y Julieta: imbatible tragedia de amor en tres actos y un balcón
Vuelve al Ballet Estable del Teatro Colón la historia de Shakespeare en la gran versión coreográfica de Kenneth MacMillan: desafíos y pasiones en juego, según dos de las parejas que bailarán este clásico del siglo XX
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A partir del domingo, el Ballet Estable del Teatro Colón con dirección de Mario Galizzi presentará Romeo y Julieta, una obra en tres actos y un balcón basado en el libro de William Shakespeare. Favorita del público, quedan poquísimas localidades.
De un total de cinco funciones, la tarde del estreno y la noche del miércoles 9, los roles protagónicos estarán a cargo de la pareja de bailarines invitados Isabella Boylston y Herman Cornejo, del American Ballet Theatre (ABT). En los otros tres espectáculos, con el Ballet Estable a pleno, Camila Bocca tendrá un Romeo interpretado por Juan Pablo Ledo el 8 y el 10. Y Natalia Pelayo será la Julieta de Jiva Velázquez en la última función del sábado 12.
La cinematográfica música de Serguei Prokofiev, estrenada en el Teatro Kirov de Leningrado en 1940, encontró la horma de su zapato en Londres veinticinco años después, cuando Kenneth MacMillan coreografió una versión en la que el arco dramático de los personajes exige a las compañías afilar sus habilidades de interpretación.
MacMillan creó una obra que se baila a distintas alturas, porque desde el diseño original de la escenografía estuvo planteado que el balcón fuera un balcón real, para que los amantes de Verona se pudieran devorar con la mirada. “Me encantan esas partes en las que ellos se miran y el mundo desaparece -declara Camila Bocca–; son ocho tiempos musicales, tal vez, pero para Julieta es una eternidad, porque todo a su alrededor se congela”.
La partitura de Prokofiev contiene algunos leitmotiv que se vuelven secuencias de pasos que regresan. A veces lo hacen en forma de agonía o negación e implican un gran desafío técnico. “Últimamente venía haciendo muchos roles solistas. Así que Romeo me presenta muchos retos en las levantadas y en el manejo de los pesos de la otra persona. La verdad que es un placer aprender esta obra”, afirma Jiva Velázquez (también será Mercucio en las funciones del 8 y 10), que debuta en el rol de Romeo con esta producción, del mismo modo que su Julieta en la piel de Natalia Pelayo.
Los diez años de distancia entre la pareja de bailarines no es un obstáculo, porque de alguna manera ambos regresan a su adolescencia. “Me gusta conectar con ese lugar que todos tuvimos y que quizás no nos olvidamos de rebeldía, de cierta necesidad de transgredir reglas. Romeo y Julieta son transgresores, pasionales, románticos. Y en el caso de ella, impulsiva. No me cuesta conectar con eso – asegura Pelayo.
Camila Bocca y Juan Pablo Ledo, por su parte, ya habían transitado estos roles en el montaje de 2018. “Esta vez fue más fácil –sostiene ella-, me acuerdo de todas las correcciones como si lo hubiese bailado ayer. Pero además esta es otra Camila. Después de ser Tatiana [en Onegin] y Giselle crecí en lo actoral”. Juan Pablo Ledo, que había sido un Montesco en una galaxia prepandemia, siente que con la quietud del encierro se asentó mucho el actor. “Disfruto mucho más el trabajo consciente. Que los pasos de baile sean pasos como si fueran palabras para contar”, describe.
Los cuatro bailarines coinciden en la admiración y agradecimiento al dúo de repositores: Susan Jones y Robert Tewsley trabajaron exhaustivamente en las tres semanas de montaje con las tareas distribuidas estratégicamente. Jones sobre la puesta en general y Tewsley sobre el aporte actoral a los roles protagónicos. Esta cercanía fue especialmente valiosa para los Romeos. “Necesitábamos que Robert estuviera para trabajar algunas cuestiones del rol de partenaire, que son especialmente complejas en esta obra, pero además era importante que tuviéramos alguien con quien identificarnos”.
“Esta es una obra muy del siglo XX -opina Natalia Pelayo– y por eso tiene ciertas libertades que en un ballet académico tradicional no existen. Los personajes son personas que pasan situaciones reales. Porque Shakespeare se mete con temas universales como el amor, la muerte, los celos, el desamor. Todos temas que siguen vigentes, aunque sea una obra de 1595. El desafío es que esté viva, que no sea una copia”.
Para agendar
Romeo y Julieta, de Kenneth MacMillan, por el Ballet Estable del Teatro Colón, Libertad 620.
Estreno: domingo 6, a las 17, con los bailarines invitados Isabella Boylston y Herman Cornejo del ABT (también el miércoles 9). Funciones: martes 8 y jueves 10 (Juan Pablo Ledo y Camila Bocca) , sábado 12 (Jiva Velázquez y Natalia Pelayo). La función del domingo se transmitirá por streaming, en el canal de YouTube del Teatro Colón y sus redes sociales.
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