Radiografía de la danza independiente porteña: de las demandas históricas al escenario pandémico
El Ministerio de Cultura dio a conocer un nuevo informe que demuestra la fragilidad del sector al mismo tiempo que aumentó fuertemente el presupuesto de la línea de fomento Prodanza
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Duranta la última edición del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) el ministerio de Cultura de la Ciudad, a cargo de Enrique Avogadro, presentó el Informe sobre la Danza no oficial de la Ciudad de Buenos Aires 2019/2020. Realizado por Prodanza y Data Cultura, el estudio releva las condiciones de producción, difusión, circulación y organización en las que trabajan personas, agrupaciones y colectivos del sector. Para el desarrollo del trabajo se realizaron mesas de consulta y entrevistas y, durante el año pasado en tiempos de cuarentena, se hizo la Encuesta de la Danza que completaron más de 2000 actores de un ámbito con demandas históricas que el coronavirus acentuó.
El informe toma en cuenta a la danza contemporánea, al flamenco, el tango, el folklore argentino, las danzas urbanas, el jazz, el teatro musical, la danza aérea, la performance, la danzas afro, la danza clásica y neoclásica, la de salón, la de los ritmos latinos como la de las colectividades y la expresión corporal que se presentaron en festivales escénicos, muestras, eventos comerciales, competencias, en grandes escenario o tablados, en shows turísticos y en salas de la ciudad. Claro que, considerando las presentaciones que se realizaron en los dos últimos años, el foco se achica: el 45% de los trabajos consignados responden a la danza contemporánea seguidos por las experiencias performáticas y los espectáculos de tango. En números, aporta otros datos concretos: 7500 personas se dedican de forma profesional a la danza en la ciudad Casi el 77 por ciento son mujeres. Hay 174 espacios de enseñanza (academias, estudios y otros) que abarcan 23 disciplinas y 262 espacios que programan danza.
Desde la óptica del trabajo, el estudio refiere a una realidad expuesta ya por varios creadores del sector. Por ejemplo, lo hizo la bailarina y coreógrafa Josefina Gorostiza en la performance que, sin vueltas, llamó Precarizada una obra en la que reflexionaba sobre la modalidad de trabajo. “¿Pagarían por esto? Yo sí. De hecho lo estoy haciendo. Estoy pagando por hacer esto”, dice ella. El informe oficial dice lo siguiente: “La práctica escénica (...) implica una dedicación horaria muy importante. Pero, generalmente, este proceso creativo o trabajo de investigación previo a la producción escénica no es remunerado, porque de los recursos obtenidos a través de subsidios o fomentos, en un 78% de los casos invierten hasta la mitad de lo obtenido por subsidio en garantizar la etapa de exhibición (pago de salas de ensayo, vestuario, y otros costos asociados a la puesta en escena como prensa, diseño, músicos, etc.). En el 87% de los casos relevados se destina sólo el 20% de lo obtenido por subsidios en formación para el proceso creativo”.
Cerca de la mitad de los encuestados manifestó que las actividades vinculadas a la danza representan más de la mitad de sus ingresos y que el trabajo desarrollado implica una carga horaria semanal que supera las 60 horas. Dos terceras partes de las personas encuestadas desempeñan sus trabajos en espacio no oficiales (estudios de danza, salas alternativas). Apenas el 11% trabajó en relación de dependencia. El trabajo informal es el gran dominador de este mundo laboral. Esto sucede en un sector que, siempre según el informe oficial, posee un alto nivel educativo (más del 70% con estudios terciarios completo/ incompleto o universitario completo/incompleto). Hay otro foto para esta panorámica: la mayor parte de las personas encuestadas manifestó no participar o pertenecer a alguna asociación gremial mientras la Ley Nacional de Danza, herramienta que podría ayudar al sector, sigue siendo una una de las cuentas pendientes.
A este endeble panorama laboral hay que sumarle el escenario pandémico. De las personas que participaron en la Encuesta, únicamente un cuarto manifestó que comenzó a realizar todas sus actividades de forma virtual. La consecuencia en la economía de estos trabajadores de la cultura es directa: la mitad de las personas consultadas afirmaron haber perdido el 50% o más de sus ingresos en esta coyuntura. Un tercio de ellos respondió haber perdido más del 75% de sus ingresos por actividades vinculadas a la danza. “Esta situación agudiza una situación de vulnerabilidad previa a la pandemia y aunque desde el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se han adelantado y ampliado convocatorias, los recursos disponibles son escasos frente al tamaño de la crisis actual”, apunta el Informe.
De las 132 líneas de fomento estatal -sean nacionales, regionales o de la Ciudad- 55 están dedicadas exclusivamente a la danza. En el ámbito nacional, las líneas de aplicación directa para proyectos de este sector abarca a la Universidad Nacional de las Artes, el Instituto Nacional del Teatro, el Fondo Nacional de las Artes y otras áreas del Ministerio de Cultura de la Nación. A ese combo hay que sumarle las líneas de apoyo instrumentadas por Iberescena. En lo que hace a los programas que instrumenta el Ministerio de Cultura porteño incluye a Prodanza, el Fondo Metropolitano de las Artes y Mecenazgo, y el área de Festivales (organizadores, entre otros, del Festival Buenos Aires Danza Contemporánea, BAMilonga, Ciudanza y FIBA). Prodanza, creado en el 2000 como un organismo de fomento de la danza no oficial, a lo largo de estas dos décadas ha duplicado la cantidad de proyectos que se han presentado como los aprobados. Pero hay otra lectura de esta realidad que el mismo Informe despliega. Al analizar la evolución temporal de los montos en comparación con la inflación de la última década se observa que la inflación en la práctica escénicas aumentó 7 veces mientras que el monto de subsidios para el sector aumentó la mitad de su valor para el mismo período.
Si se toman en cuenta los proyectos presentados y aprobados a nivel local en 2018 y 2019, aumentó significativamente el monto otorgado a proyectos de danza (poco más del doble). En el caso de Prodanza, si bien la cantidad de proyectos aprobados y presentados no tuvo variaciones significativas de un año a otro, la participación relativa sobre el monto total invertido se redujo casi a la mitad entre 2018 y 2019, aunque en 2019 hubo una ampliación de casi $ 600.000 en el monto total para proyectos aprobado.
Este mes, El Ministerio de Cultura de la Ciudad abrió la convocatoria del programa de financiamiento de Prodanza por un monto total de $15.277.022, lo que implica, según la información oficial, un aumento del 198% respecto a 2020, para acompañar al sector independiente de la danza en su reactivación en un contexto de distanciamiento social a raíz del covid. El Informe sobre la Danza no oficial vaticina que el escenario de reactivación estará menos marcado por una etapa de crecimiento y más por una etapa de reconstrucción. “Los ingresos obtenidos en los próximos meses (...) estarán probablemente destinados a cubrir los grandes pasivos generados durante la etapa de aislamiento social preventivo y obligatorio”, estima.
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