Murió la bailarina y coreógrafa Susana Zimmermann, una de las figuras del Di Tella
Tenía 88 años; fue una de las impulsoras de la danza moderna en nuestro país y a lo largo de su dilatada trayectoria, presentó sus obras en distintas salas de Europa y de la Argentina
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Susana Zimmermann, la coreógrafa, bailarina, directora, pedagoga de la danza y docente de gran trayectoria en nuestro país y en el exterior, murió ayer, a los 88 años. Había nacido en la ciudad de Buenos Aires el 7 de diciembre de 1932. Alumna de la bailarina clásica Mercedes Quintana y de la bailarina y coreógrafa alemana Renate Schottelius, su formación incluyó en el plano local a figuras clave de la creación escénica experimental, como Juan Carlos Gené, Alberto Ure y Augusto Fernandes, como así también al compositor sonoro Francisco Kröfl. A lo largo de su extensa trayectoria, la creadora adquirió experiencia artística junto a grandes maestros como Kurt Joos, Mary Wigman, Dore Hoyer y Harald Kreutzberg, en Alemania, y junto a Maurice Béjart, en Bélgica, país al que viajó becada por el Fondo Nacional de las Artes.
Con el paso del tiempo, Zimmermann se consolidaría junto a Ana Itelman, Ana Kamien e Iris Scacchieri, entre otras, como una de las grandes impulsoras de la danza moderna en nuestro país. Entre 1962 y 1968 integró la Asociación Amigos de la Danza, en el Teatro San Martín, en calidad de bailarina y coreógrafa. Entre 1965 y 1968, creó y dirigió, conjuntamente con Oscar Araiz y Ana Labat, el Ballet de Hoy, que realizó espectáculos en todo el país. Entre 1967 y 1970 dirigió el laboratorio de danza en el Instituto Di Tella, iniciando una labor de vanguardia y experimentación con trascendentes espectáculos.
“Desde 1963, comencé un camino distinto, uniendo diversas disciplinas con actores, bailarines, cantantes, investigando con el cuerpo y con la voz. La improvisación, entonces, no se usaba en la danza más que excepcionalmente, solo en la escuela expresionista alemana, que fue el motor sostenedor de esa búsqueda. Eso cambió la forma de crear y la forma de enseñar, se abrían canales que vinculaban experiencias de variados campos, algo como recuperar la unidad originaria, algo tan moderno y tan antiguo porque deriva del origen del teatro, del ritual, de la danza cuando era un todo con el hombre, con su cuerpo, con la poesía, con la música”, afirmó Zimmermann.
Esta metodología fue la que le posibilitó crear varios trabajos en el Di Tella, sitio clave en el mapa de las vanguardias artísticas en la Argentina, en un especie de continuidad de trabajo cuyos resultados había presentando con el grupo Los independientes, fundado por Onofre Lovero, y que se presentaron en el Teatro Payró. A lo largo de los años, Zimmermann creó cerca de 70 piezas coreográficas y espectáculos de ballet, teatro, danza, ópera y televisión en distintos países del mundo. Luego de aquella experiencia en el Di Tella incursionó en diversas experiencias con pintura, escultura y cine, abriéndose a un nuevo campo multidisciplinario; a partir de 1976 trabajó con continuidad en Europa como coreógrafa y maestra de bailarines, actores y cantantes líricos. Participó como coreógrafa invitada en diversos festivales internacionales en Italia: Festival de Bolzano, Festival de Otoño de Como, Festival de Trulli, Festival Internacional de Danza de Florencia, Italiana 86. Su vínculo con la península itálica también abarcó la creación de obras para el Teatro Comunale de Florencia, el Teatro de la Villa Dei Leoni, en la Riviera del Brenta como para el Carnaval de Venecia.
Creadora de una metodología propia para la formación de intérpretes de la danza, el teatro y la ópera, publicó el libro El laboratorio de danza y movimiento creativo, en 1983, publicado por Editorial Lumen-Humanitas.
Ya de regreso a la Argentina tras el advenimiento de la democracia, entre 1984 y 1990 fue asesora de danza de la Secretaría de Cultura de la Nación, teniendo a su cargo la responsabilidad del Área Danza, la programación del ciclo Martes de Danza, que tenía lugar en el Teatro Nacional Cervantes y en otros ámbitos. Creó y dirigió además el Ballet de Cámara Argentino. Su labor dentro del campo del arte del movimiento incluyó el debate del proyecto de Ley de Ballet Nacional. En 2007, publicó el libro Cantos y exploraciones, caminos de teatro-danza, publicado por Balletin Dance, en el cual traza un recorrido sobre su propio camino transitado. “Retrotraerse en el tiempo, remover lo vivido a la luz del presente, reencontrar el hilo esencial de una línea artística: conmover, con-mover, conmoción, con-moción, moverse con emoción, moción”, escribió en aquella oportunidad.
Durante los últimos años de su vida, Susana Zimmermann (o Susana Beatriz Breyter, su nombre real) contó con la permanente ayuda y asistencia de Argentores. Sus restos descansarán en el panteón de la entidad en el cementerio de Chacarita.
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