Encuentro por la paz: siempre hay una buena razón para volver a casa
En México y Nueva York, Galizzi y Paris hicieron sus carreras como bailarinas en grandes compañías; hoy coinciden a beneficio de Unicef
Agustina Gallizi y Luciana Paris estudiaron juntas en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Con el nuevo milenio ambas decidieron mudarse al exterior. Comenzaron, así, su camino de ascenso en prestigiosas compañías: la primera, en la Nacional de Danza de México; la segunda, en el American Ballet Theatre. Hace veinte años que no se cruzaban en ningún escenario, pero la semana pasada coincidieron en una gala por la reapertura del Teatro Oriente en Santiago de Chile. Hoy repetirán la experiencia en el Konex, en una nueva edición de Danzar por la Paz, a beneficio de Unicef.
"Hay una energía muy diferente a la de otras galas donde estás rodeado de estrellas de todo el mundo y estás pensando solamente que tenés que hacer un buen trabajo. Acá todos estamos por una causa y aunque también estás enfocada en hacer un buen trabajo, el fin es otro", sostiene Luciana Paris.
El clima que se vive es de calidez, está el cuidado en los detalles: "Leonardo Reale, director de este evento [bailarín y director del Ballet Metropolitano], buscó especialmente la silla de estilo que necesito para apoyar una bata en mi pas de deux de La Dama de las Camelias -subraya Agustina Galizzi-, y eso no es habitual en el circuito de las galas".
Paris bailará junto con Rodrigo Colomba Presente, coreografía de Analía González con música de Piazzolla creada para el tributo a Julio Bocca que este año se hizo en Broadway. Y el nada habitual pas de deux del dormitorio de El corsario, con Juan Pablo Ledo.
Danzar por la Paz reúne compañías y figuras diversas, porque la paz también se construye en la diversidad. Así, además de estas dos argentinas que triunfan en el mundo, la cuarta edición de esta gala cuya recaudación se destina a fortalecer programas a favor de la niñez y la adolescencia, estará dedicada a Oscar Araiz, que cumple 50 años de trayectoria. Entre otros, participarán el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, el Grupo de Danza Unsam, figuras del Teatro Argentino de La Plata, el Ballet Nacional Danza de Iñaki Urlezaga y el Buenos Aires Ballet de Federico Fernández.
Acuerdos y coincidencias
Luciana Paris se formó junto a Julio Bocca en el Ballet Argentino y formó parte del cuerpo de baile del ABT por 14 años. "Ahora que soy solista trabajo menos horas durante el día, pero es mucho más intenso. Me costó acostumbrarme al principio, tenía la sensación de que estaba en una etapa de vagancia terrible, pero entendí que la exposición y la responsabilidad son mayores."
"Yo me fui a los 18 años de la Argentina y la carrera en México la hice sola. Hace 18 años que estoy allí -subraya Agustina Galizzi, quien actualmente tiene a su padre, el reconocido maestro Mario Galizzi, al frente de su compañía-. En México ya conocían a mi papá porque estuvo invitado a dar clases todos estos años. Pero creo que él en su dirección ha sido muy justo y le da los roles a quien tiene que dárselos. Nadie se queda sin bailar."
Tienen públicos muy diferentes: "En Nueva York es una audiencia muy internacional, porque ver al ABT es otro atractivo turístico. Los locales que vienen son sólo los balletómanos que esperan ver estrellas, porque siempre fue una compañía que vende tickets por sus estrellas". "En cambio, en México falta mucho para que el ballet se acerque a la gente. Hay un público muy reducido, porque las grandes masas que les gusta el ballet no tienen los recursos para verlo. Sin embargo, en los últimos años la compañía tiene más grandes espectadores y hemos llenado casi todas las funciones. Se necesita mucho trabajo para llegar a todos, es una ciudad muy grande", advierte Galizzi.
El resto del año se presenta para ambas con grandes desafíos por delante. Paris hará Symphonic Variations, de Ashton, y Thirteen Diversions, de Christopher Wheeldon. Galizzi bailará Carmen en una gira por México y también la Manon, de MacMillan, con otro argentino que este año se mudó del Colón al Ballet Nacional de México, Gerardo Wyss.
Una y otra coinciden en el sueño de llegar a ser Tatiana de Onieguin. Y en lo único que difieren es en el uso que hacen de su (escaso) tiempo libre: mientras Agustina se atreve a preparar algunos platos de la cocina tradicional mexicana para su entorno familiar y comparte mucho tiempo con su hija de 11 años, Luciana se define "más amiguera" y se devora la vida cultural de la Gran Manzana.
Acuerdan también en la mirada crítica al virtuosismo que eclipsa las interpretaciones dramáticas: "Está perfecto que se gire más o se salte alto, pero hay que tratar de que todo eso esté al servicio de lo artístico. Si puedo quedarme más segundos en el aire, entonces que el cuerpo diga algo. La evolución técnica está buena para los concursos", creen.
Agustina Galizzi y Luciana Paris están acostumbradas a hacer cerca de 80 funciones anuales. Esta gala se realiza en el final de sus vacaciones. Bailan esta noche y el domingo vuelven a sus casas. El próximo lunes estarán haciendo su clase por la mañana. Cansadas, seguramente. Pero con el corazón contento.
Agustina Galizzi
36 años / Bailarina de la Compañía Nacional de México
Egresada del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, desde el año 2000 integra la Compañía Nacional de Danza de México que dirige su padre, el coreógrafo Mario Galizzi. Allí es primera bailarina.
Luciana Paris
36 años / Solista en el ABT
También egresada del ISA del Colón, entre 1997 y 2001 formó parte del Ballet Argentino que dirigía Julio Bocca. En 2001 ingresó en el American Ballet Theatre, donde actualmente es bailarina solista.
Danzar por la Paz, a beneficio de Unicef
Hoy, a las 20, en el Konex, Sarmiento 3131
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