En su debut en la pista de Tango Escenario, los nuevos campeones mundiales llegaron de Río Negro
LA NACIONGabriel Plaza
Llegaron desde San Antonio Oeste, Río Negro, por primera vez para competir en el Mundial de Tango y anoche se consagraron campeones en la categoría Escenario. Estefanía Belén Gómez y Fernando Andrés Rodríguez celebraron anoche su gran noche ante un Luna Park lleno.
La final de Tango Escenario suele sorprender al público por su espectacularidad. Unas veinte parejas de distintas partes del mundo –Australia, Bélgica, Bolivia, Brasil, Brunéi, Canadá, Chile, China, Colombia, Corea del Sur, Cuba, Ecuador, España, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Grecia, Holanda– compitieron en la última final del Mundial de Baile. El conductor de la noche volvió a ser Fernando Bravo, como es ya costumbre en las últimas ediciones, que cerca de las 22 dio el nombre de la pareja ganadora.
Los ganadores se quedaron con el trofeo de Tango Escenario, premiado con 100.000 pesos y un viaje a Europa. El premio pone a la pareja dentro del olimpo de los bailarines de elite del tango a nivel mundial y es una chapa que les permite trabajar a lo largo del año.
En segundo lugar quedaron los también argentinos Julián Sánchez y Bruna Estellita, mientras que los colombianos Arias Delgado y Diana Paola Franco fueron los elegidos por el público.
Anteanoche, también en el estadio de Corrientes y Bouchard, el ruso Maksim Gerasimov y la argentina de Río Grande, Tierra del Fuego, Agustina Piaggio habían ganado el campeonato mundial de Tango Pista, la modalidad que recorre el mundo en bailes y milongas.
Anoche, en el Estadio Luna Park, otra vez con entradas agotadas, el público pudo disfrutar de varios espectáculos además de las rondas finalistas que captaron casi toda la atención de la noche.
Antes de llegar al clímax de la ceremonia de premiación, se presentó un montaje coreográfico preparado para la noche de cierre, a cargo de la compañía, dirigida por Hugo Mastrolorenzo, campeón mundial de la categoría tango escenario junto a Agustina Vignau en 2016.
El espectáculo comenzó con un video de Ástor Piazzolla, Amelita Baltar y Horacio Ferrer que recordaba a los protagonistas de la celebración por el 50º aniversario de "Balada para un loco".
Sobre el escenario se montaron jaulas de distintos tamaños y el imaginario del Hospital Borda para exponer un mensaje alegórico de la libertad. "El vestuario, peinado, coreografía, gestualidad y hasta el uso del objeto simbólico (jaula) no solo servirán a la puesta en escena, sino que son una toma de posición para mostrar un tango actual desde la danza, la revolución musical y letrística de Ástor y Ferrer", contaba Mastrolorenzo, antes del show, recordado por su coreografía de "Balada para un loco", que le permitió quedarse con el certamen hace dos años.
La performance de los bailarines dirigidos por Mastrolorenzo avanza sobre un lenguaje contemporáneo y una puesta más vanguardista. La coreografía impacta en una noche de movimientos de fantasía, como se le llama a la estética de baile de Tango Escenario.
Piazzolla por Piazzolla
El encuentro entre la banda de jazz Escalandrum y el cantante Jairo es uno de los puntos altos de la noche de cierre. La banda liderada por Pipi Piazzolla interpreta dos piezas clásicas: "Adiós Nonino" y "Libertango", temas emblemáticos del legendario bandoneonista que formaron parte del disco consagratorio de Escalandrum, Piazzolla Plays Piazzolla (2011). Alineados por el baterista Daniel "Pipi" Piazzolla, una suerte de líder natural y director técnico, el sexteto Escalandrum fundó las bases de un sonido con identidad local y un lenguaje propio gracias a una formación que completaron Nicolás Guerschberg en piano, arreglos y composición; Mariano Sívori, en contrabajo; Gustavo Musso, en saxo alto y soprano; Damián Fogiel, en saxo tenor, y Martín Pantyrer, en clarinete bajo y saxo barítono.
En vivo ese sonido despliega toda su potencia y riqueza instrumental. La obra de Piazzolla suena con una solidez y nuevos matices sonoros que sorprenden en la utilización de los vientos. La reunión con Jairo, la primera del cantor con el grupo, llena de un aura mística el escenario. Juntos hacen "Balada para mi muerte" y "Milonga del trovador", una obra que Piazzolla compuso pensando en la voz y figura de Jairo, que en esa época brillaba en Francia.
La consagración de la pareja rionegrina fue el cierre de estas dos semanas de tango en distintas sedes de la ciudad con más de 200 actividades, un nuevo circuito de Polos Tangueros en diferentes barrios y un micrófono abierto para que todos puedan cantar.
Sin embargo, en poco tiempo, los porteños podrán encontrarse con el tango de la nueva generación en el Facaff, del 1 al 12 de septiembre, en el Club Atlético Fernández Fierro.
Con entradas populares, será una oportunidad de ver a las nuevas agrupaciones, compositoras y artistas de la nueva generación. Tocarán alrededor de ochenta grupos como demostración, que el tango volvió, hace rato.
Por Gabriel Plaza
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