Día Internacional de la Danza: un latido que vuelve a unir a todo el mundo
La celebración oficial se verá por streaming desde Francia, mientras en los escenarios de cada ciudad se recuerde a Jean-Georges Noverre, que creía que además de “mover” el ballet tiene que “conmover”; desde el Teatro del Globo, el Consejo Argentino de la Danza transmitirá por YouTube su gala anual
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Se cumplen este año cuatro décadas desde que la Unesco –a través del Instituto Internacional del Teatro y su Comité de la Danza- resolvió instaurar el 29 de abril de manera mundial como el Día Internacional de la Danza. La fecha corresponde al nacimiento, en Francia, de Jean-Georges Noverre (1727-1810), un nombre enciclopédico para la historia de este arte: debutó delante de la corte del rey Luis XV, fue un reconocido maestro de baile y es considerado el creador del ballet moderno (¡había que ser moderno en el siglo XVIII!); lo suyo era “el ballet de acción”, superar la pantomima, quitarse las máscaras. Su innovación tuvo que ver con otra forma de concebir los libretos, el vestuario, la escenificación y la coreografía; para entenderlo en esencia lo mejor es acudir a su obra más conocida, que paradójicamente está escrita: Cartas sobre la danza y el ballet, quince epístolas que fueron un estallido en la época de María Antonieta, donde concluye que en el ballet además de mover hay que conmover.
El caso es que desde 1982, una única celebración aúna a los artistas y amantes de la danza en todas las latitudes. Para la ocasión, cada año se encomienda a una voz diferente la redacción de un mensaje que se traduce a veinte idiomas y así, amplificado, llega a los rincones del mundo globalizado. Esta temporada se eleva como bandera común el discurso de la directora artística del Ballet Nacional de Korea, Kang Sue-jin, que define en un pasaje: “La danza está hecha de momentos efímeros que predestinan a los bailarines a estar en continuo movimiento”. Su texto, que se puede leer completo en la página del ITI (www.international-dance-day.org), hace foco en los estragos del coronavirus y lo que viene después. “El público solitario y cansado está anhelando la simpatía y el bienestar –dice-. Como bailarines creemos que el batir de nuestras alas da esperanza a los corazones de aquellos que aman el arte de la danza y les da el coraje para superar esta pandemia. Mi corazón ya está empezando a latir”.
En este rincón del mapa, es justamente el latido lo que encuentra a los dos mensajes: el de la coreana y el de Jorge Amarante, coreógrafo independiente a quien el Consejo Argentino de la Danza (CAD) le encomendó pronunciar unas palabras para la escena local. “La danza no tiene voz, pero late en cada corazón”, dice, pero hay que leer bien y no confundirse; no es un texto romántico ni naif. Ya desde el comienzo identifica rápidamente que en la coyuntura argentina además de “sentir, respirar pensar, preguntar, manifestar y disfrutar (...) danzar es luchar en el día a día contra la falta de conocimiento de quienes piensan que no es una profesión”.
“Danza es trabajo” es una de las consignas con las que el Movimiento Federal de Danza -que trabaja por una Ley Nacional de Danza- convoca desde sus redes sociales a “celebrar” (no “festejar”) hoy.
Por supuesto que además de motivo de reflexión, la fecha llama a subir al escenario. El streaming -beneficio que llegó para quedarse- acercará a cualquier espectador el programa que preparó el organismo anfitrión del International Dance Day 2022. Así, a las 14 horas de Francia (las 9 AM para el reloj local), comenzará un espectáculo de una hora con compañías de las cinco regiones: Europa, América, Asia, África y países árabes.
También se transmitirá en directo por YouTube la Gala del Día de la Danza que en nuestro país organiza cada año el CAD, que asimismo regresa a la presencialidad con entradas agotadas en el Teatro del Globo. A las 20.30, comenzará el espectáculo con un fandango con cantaores y bailaores del grupo Vivencias. La noche seguirá en clave folklórica, representando al país en tres danzas, estampas argentinas, como la refalosa, el malambo y el pericón. La Compañía de Tango de Leonardo Cuello, un clásico de estas galas, ofrecerá Astor, nosotros, ya que formalmente seguimos en el llamado año del centenario de Piazzolla. De Oscar Araiz se verá el tríptico “Reminiscencias”, compuesto por tres piezas interpretadas por Antonella Zanutto que integraron aquel maravilloso recital de solos llamado Vertical, que se vio hace pocos meses en El Nacional. El grupo Cadabra llevará un fragmento de su nueva obra, Coraje, y el gran final será con la apasionada Cantata de Mauro Bigonzetti, retazo de una Italia que se desborda a la platea cuando tan bien la baila el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín. El Covid metió la cola hasta el último minuto: con aviso y justificación, estará ausente el Ballet Estable del Teatro Colón, que tiene a varios integrantes en recuperación.
Suerte de preámbulo de esa gran función de gala resulta, entonces, la convocatoria que el Fondo Nacional de las Artes hace para hoy, a las 18, en el auditorio de la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes (Figueroa Alcorta 2280). Allí, en Videodanza, un lenguaje en expansión, la directora de Danza de la institución, Mariana Bellotto, será la anfitriona de una tarde de proyecciones que incluirá Infinitos -con obras de videodanza de todo el país-, Tritones y nereidas en un mar de plástico, de Margarita Bali, y otras dos piezas de Adriana Barenstein y Proyecto en Bruto, para cerrar el encuentro con la celebración de un conversatorio. La entrada es gratuita, con cupos limitados por orden de llegada, y se podrá seguir por YouTube.
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