“Cantata”: viaje emocional al calor de un pueblo en el sur de Italia donde se baila con pasión
Impecable, el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín abrió su temporada con una obra que hunde sus raíces en el Mediterráneo
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Cantata. Coreografía y dirección: Mauro Bigonzetti. Asistencia coreográfica: Roberto Zamorano. Por el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín. Música: Grupo Assurd. Diseño de vestuario: Helena de Medeiros. Diseño de iluminación: Carlo Cerri. En el Teatro Coliseo. Próximas funciones: martes y miércoles, a las 20; sábados y domingos, a las 15, en la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín, Corrientes 1530.
Nuestra opinión: Excelente
Cantata fue creada por Mauro Bigonzetti en 2001 para un ballet portugués, con una atemporalidad que le permitió no envejecer en veinte años de montajes por el mundo. El Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín -dirigido por Andrea Chinetti y codirigido por Diego Poblete- está impecable, como si todos esos meses de burbujas y Zoom no les hubieran complicado el entrenamiento. Hay músculos prestos para sostener y sostenerse, y la energía a tope durante 70 minutos. La distancia social pareciera no haber afectado la corporalidad y la expresión, y la compañía se arriesga, una vez más, a cosas nuevas: esta vuelta, además de bailar con precisión, pueden actuar y hacer un coro en italiano. Más allá de lo que les marcan Bigonzetti o Zamorano, se los ve conectados y felices, acompañando la música con sus cuerpos, incluso cuando no están en el centro de la escena.
La visita y el trabajo del coreógrafo romano a Buenos Aires fue posible por la coproducción del Complejo Teatral de Buenos Aires con el Istituto Italiano di Cultura de Buenos Aires y el Teatro Coliseo. Y la compañía del San Martín supo sacarle el jugo a estos meses de ensayos sostenidos, que le permitieron hundir sus raíces en las costas del Mediterráneo.
Los momentos más multitudinarios se van bordando con escenas más pequeñas, entre las que se destaca un sensual dúo de Carolina Capriati y Daniela López, un poderoso trío de Lucía Bargados, Andrés Ortiz y David Millán, y el consistente solo de Antonella Zanutto, recientemente incorporada a la compañía. Sólo hay un personaje que regresa algunas veces con inocencia y humor escatológico encarnado con picardía por Adriel Ballatore.
Así como no se oculta la alegría de sus cuerpos podrían hacer evidente el esfuerzo, pero no se los ve cansados. Claro que son seres humanos que transpiran. Y con ese chiste como base, hay una escena casi de stand up, en la que Silvina Pérez y Andrea Pollini rompen la cuarta pared y cuentan infidencias hacia el público.
El diseño de iluminación de Carlo Cerri fue bien repuesto por Magdalena Berreta Miguez, lo mismo que el vestuario de Lula Rojo ha sido muy fiel al original de Helena de Medeiros.
Cantata tiene música del Grupo Assurd con sus voces, acordeón y panderos. En el estreno en el Teatro Coliseo, el viernes y sábado pasados, el Ballet Contemporáneo interactuó con ellas en vivo. Para las funciones en la Sala Martín Coronado, contarán con un registro grabado, igual de potente y matriarcal.
Se trata de una obra muy poco narrativa, con un clima comunitario y emocional. Podría ser la plaza de algún barrio del sur de Italia. O la bodega de un barco repleta de migrantes. La barra brava de un club de fútbol que quiere comerle el hígado a su oponente. O unas cocinas donde se amasa y se canta. Si cualquiera de esas imágenes suena familiar, ya lo advertía Lito Vitale en algún título: “Al fin de cuentas todos somos una manga de tanos”.
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