A los 87 años murió Hulda Bittencourt, figura clave de la danza contemporánea del Brasil
Fundó la compañía Cisne Negro, que en diversas oportunidades se presentó en nuestro país, en las que fusionó el saber clásico de sus bailarinas con la impronta deportiva de los hombres del grupo
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Falleció la coreógrafa, bailarina y gestora Hulda Bittencourt, la misma artista que en los años 70 fundó la compañía Cisne Negro, considerada uno de los mejores grupos de danza contemporánea de Brasil, que en varias oportunidades se presentó en nuestro país. Había asistido a una función del Grupo Corpo en el Teatro Alfa y, al regresar a casa, se quejó de no sentir sus piernas. Fue llevada a un hospital de San Pablo, donde sufrió un derrame cerebral y murió en la tarde de hoy. La información la confirmó el gerente de programación del mismo teatro, la sala que la aplaudió cuando, en 1984, fue galardonado por su larga trayectoria.
Bittencourt había nacido en 1943 en el municipio Santa Cruz do Rio Pardo, de la gran metrópoli brasileña. Fue alumna de María Olenewa, maestra rusa pionera del ballet clásico en Brasil; y de Vera Kumpera, bailarina y coreógrafa checa que era toda una figura en el mapa de la danza contemporánea. En 1958, con su esposo Edmundo Rodrigues Bittencourt, fundó el Studio de Ballet Cisne Negro, una escuela que todavía existe y que, en sus momentos iniciales, daba clases para niños cuando no era buen visto en su momento. En 1977, fundó la compañía Cisne Negro en la que Hulda reunió a las alumnas de su estudio con algunos atletas de la Facultad de Educación Física de la Universidad de São Paulo. En verdad, aquello se dio de manera un tanto azarosa. No era ni su idea formar una compañía, aunque lo hizo; ni apostar por la danza contemporánea, que le resultaba un tanto ajena. Sin embargo, terminó gestando una de las compañías de danza contemporáneas más prestigiosas y de alcance internacional de su país.
El camino inicial, como su profundización a lo largo de los 44 años de vida de ese grupo, estuvo muy marcado por la cantidad de bailarines hombres, de diversas formaciones, que se anotaron en su academia. “Yo ni pensaba en armar una compañía. Tenía mi escuela con mis pequeñas alumnas. De pronto recibimos a muchos muchachos interesados en bailar. Yo les dije que no tenía clases para hombres, que no podía aceptarlos, que no tenía experiencia. Pero ellos insistieron, se quedaron, querían bailar. Cada uno venía de una modalidad deportiva diferente y tenían los músculos entrenados de cierta manera. No había dos con la misma musculatura y eso era un factor que complicaba las cosas”, afirmó la coreógrafa en un reportaje publicado en Página 12 en el cual reconocía que de las fusión de esos cuerpos diversos terminó gestando un estilo atlético que caracterizó siempre a la compañía a lo largo de los años.
La aproximación de estos dos universos dio al grupo su principal característica: una danza espontánea, enérgica, viril y de gran calidad técnica y artística. Una danza laureada por diversos premios. Los trabajos de la compañía se incluyen dentro del panorama contemporáneo de la danza occidental, y consecuentemente trabaja con coreógrafos jóvenes e innovadores. Entre ellos se destacan Vasco Wellencamp (Portugal), Gigi Caciuleanu (Rumania), Patrick Delcroix (Francia), Michael Bugdahn (Alemania), Janet Smith y Mark Baldwin (Inglaterra), Ana Maria Mondini, Dany Bittencourt, Denise Namura, Jose Possi Neto, Tindaro Silvano, Mario Nascimento y Rui Moreira (Brasil), Julio López y Luis Arrieta (Argentina), Víctor Navarro (España) e Itzik Galili (Israel), entre otros. Los trabajos de la compañía fueron presentados en las principales ciudades de Brasil como en grandes escenarios de Europa, América, Asia y África. “Cisne Negro cree que la cultura es una herramienta para la transformación social, alimento de esperanza y sueños de muchas personas”, afirma en su portal en un clara postura política como artística de entender las artes del movimiento.
En nuestro país, la compañía de Hulda Bittencourt que dirigía artísticamente junto a Dany Bittencourt estuvo en varias oportunidades. En 1998, por ejemplo, acompañando a Maximiliano Guerra en una gira nacional. En esa oportunidad, ofreció tres obras de su repertorio: “Bailantas”, que fusionaba los aires folklóricos con la danza contemporánea; “Danzas concertantes”, una obra coral; y “Sabia”, basada en movimientos neoclásicos. O en 2008, en el escenario del Teatro Alvear, ofreció un programa compuesto por Revoada una obra con la que se celebraba las tres décadas del elenco. En ese montaje, Hulda narraba una extensa y vívida anécdota que el coreógrafo rumano Gigi Caciuleanu. Del francés Patrick Delcroix, ex integrante del Nederlands de Jiri Kylián, la compañía presentó Cherché, trouvé, perdu, un baile de búsquedas, encuentros y pérdidas; y Trama , del ex Grupo Corpo Rui Moreira. “Cisne Negro consiguió formar a una audiencia trabajando un proceso de seducción con la platea. No hay misterios -dijo Bittencourt a LA NACION en la previa a la presentación de dicho programa-. El secreto no está en mostrar cuerpos lindos ni cosas elitistas. Yo tengo artistas y con ellos el público queda fascinado”.
Para el mes próximo, la compañía tiene pautadas unas funciones en San Pablo. Hasta el momento, la información de prensa sostiene que sus hijas Daniele y Giselle se harán cargo de las instituciones fundadas por su madre.
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