Cuando los zombis tomaron Retiro
El domingo, por quinta vez, los muertos vivos se reunieron en su marcha anual
A las 15 del domingo último, la zona de Retiro se llenó de gritos, algo que parecía sangre y gente que no parecía muy viva..., pero tampoco muerta. Los hinchas de Boca que pasaban por ahí rumbo a la Bombonera, tras quedar atónitos tuvieron que apurar el paso para salvar sus vidas y, más que nada, sus cerebros. Porque en la plaza San Martín se estaba realizando la congregación de zombis más grande del año: la quinta edición de Zombie Walk Buenos Aires, evento anual que se repite en varias ciudades del mundo y consiste en una caminata de fans disfrazados de muertos vivos. Este año, por las calles del centro porteño se reunieron para la ocasión 6000 personas, la mayoría zombis. Además se juntaban alimentos no perecederos para la Fundación Sol Naciente, y se recaudaron más de 3000 kilos de comida.
"¿A quién en esta vida no le gustan los zombis?", preguntó Jonathan Morales, de 22 años, caracterizado como un muerto vivo más. En la plaza San Martín, los humanos no infectados por el virus zombi curioseaban entre orgullosos muertos vivos que afirmaban cosas como: "¡Yo no estoy disfrazado, soy un zombi!" y se comunicaban entre ellos mediante gruñidos.
Espeluznante
En el centro de la plaza, los organizadores del evento enseñaron a la concurrencia un clásico del rubro: la coreografía de la canción Thriller, de Michael Jackson. También las chicas de S&C FX, maquilladoras profesionales de efectos especiales, pintaban a los que se acercaran cobrando sólo los materiales utilizados.
La mayoría de los jóvenes concurrentes llevaban ropa desgarrada y estaban maquillados con heridas en su cuerpo. Se multiplicaron las versiones originales, pero también estaba la opción de recrear personajes del cine o de los videojuegos relacionados con el tema. Hubo varias novias zombis que evocaban a Emily, de El cadáver de la novia, la película de Tim Burton. También se hicieron presentes muchos personajes de la saga de videojuegos y películas de muertos vivos más famosa, Resident Evil.
Los que llegaron disfrazados de los agentes que tienen la misión de matar zombis en esta historia recibían amistosas malteadas de los demás, por oponerse a la causa de los muertos vivos. Uno de los agentes disfrazados, Santiago Marleston, de 28 años, comentó: "Me gustan las películas de zombis, sobre todo las de Romero (el cineasta estadounidense célebre por sus películas de terror), porque no es sólo sangre, tripas y se acabó. Romero hace más que eso, manda un mensaje. Habla de romper los esquemas, es una crítica a lo que somos hoy, al decaimiento de la sociedad".
Alguien que rompió los esquemas también fue el Piñón Fijo zombi que deambulaba entre la gente, causando una fuerte impresión en casi todos los niños que lo vieron.
Y llegó la hora: a las 17.15 empezó la lenta peregrinación por las calles con gritos, bombos y carteles. La multitud gruñía al caminar frente a todo ser humano que se quedaba mirando la procesión de chicos y chicas que chorreaban sangre de mentira. Así, hasta que llegaron al Obelisco y la tarde terminó para que los zombis vuelvan a sus tumbas.
Había finalizado la marcha de esta horda de muertos vivos que, por suerte, fue de lo más pacífica.