Cuando el padrino va al diván
"Analízame"("Analyze This", Estados Unidos/1999). Presentada por Warner Bros. Fotografía:Stuart Dryburgh. Música:Howard Shore. Intérpretes: Robert De Niro, Billy Crystal, Joe Viterelli, Lisa Kudrow y Chazz Palminteri. Guión: Harold Ramis, Peter Tolan y Kenneth Lonergan. Dirección:Harold Ramis. Duración: 109 minutos. Para mayores de 13 años. Nuestra opinión: buena.
Los gángsters en el cine estadounidense, desde Paul Muni y James Cagney hasta Marlon Brando y Al Pacino, fueron personajes poderosos, temibles, seguros de sí mismos.
Pero los tiempos cambian y las películas, también. Hoy, las otrora influyentes familias italoamericanas están en decadencia y nada mejor que apreciar el lugar que ahora les asigna el cine para comprobarlo.
Si hasta a Robert De Niro (alguna vez protagonista de "El Padrino 2", "Buenos muchachos" y "Casino") le ha llegado el turno de transformar a su capomafia de "Analízame" en una criatura que llora, tiene problemas sexuales, sufre ataques de pánico y no puede vivir un minuto sin la ayuda de su psicólogo.
Así como el año pasado Jim Abrahams intentó ridiculizar a la camorra italiana en su fallida "¡Mafia!", ahora es el irregular Harold Ramis (responsable de la genial "Hechizo del tiempo", pero también de la mediocre "Mis otros yo") quien se propuso transformar el submundo gangsteril en el terreno ideal para una comedia de situaciones lo más disparatada posible.
De Niro es Paul Vitti, una suerte de John Gotti que intenta sobrellevar como puede la nueva situación del viejo crimen organizado. En medio de trastornos psíquicos y fisicos, se topa con Ben Sobol (Billy Crystal), un psicólogo por cuyo consultorio desfila una galería de patéticas almas en pena.
A partir de la presentación inicial de los dos protagonistas, el conflicto ya está armado: Vitti se convierte en el nuevo paciente (y en el victimario) del sufrido doctor Sobol.
Lo bueno y lo malo
"Analízame" entrega sus mejores momentos cuando apela a (y se burla de) los clisés del género, cuando descansa en el histrionismo de sus intérpretes y cuando despliega un abanico de ingeniosas bromas y citas cinéfilas. Incluso cuando repite ciertos guiños y observaciones ya vistos en otras películas de mafiosos la historia arranca muchas sonrisas y algunas carcajadas: abundan los chistes viejos, es cierto, pero queda claro que siguen siendo tan rendidores como siempre.
En cambio, la película se resiente cuando trabaja otras subtramas (los fallidos intentos de casamiento del atribulado Sobel; la guerra de pandillas neoyorquinas).
Más allá de los esquematismos estructurales de la película y de la arquetípica construcción de los personajes, Crystal y De Niro entregan sus esperados shows personales en momentos claramente diseñados para sus respectivos lucimientos. Los pasajes más disfrutables, sin embargo, son para el gordo Joe Viterelli, un eterno actor secundario que aquí ofrece su singular rostro maltratado por la viruela para el papel de Jelly, el inseparable ladero de Vitty.
Desaprovechados
En el otro extremo, dos excelentes intérpretes (y comediantes) como Lisa Kudrow (la novia de Sobol) y Chazz Palminteri (el mafioso rival de Vitti) son desperdiciados por un guión -o un montaje final- que les entregó apenas un par de escenas en las que ni siquiera alcanzan a destacarse demasiado.
Así, "Analízame" deja esa sensación agridulce de algo que no está mal, pero que claramente pudo ser mejor. Una película que, paradójicamente, funciona mejor cuando se mantiene dentro de las viejas fórmulas que cuando intenta trascenderlas. Una película por momentos entretenida. Y poco más.