Coronavirus. Hollywood se prepara para volver al ruedo
Como un animal que debe adaptarse de forma rápida y eficiente al entorno, Hollywood se reconfigura. La industria prueba nuevos formatos, tanto en su pata cinematográfica como televisiva, con medidas impensadas antes del Covid-19 y con apuestas que, según su éxito o fracaso, marcarán el camino para los meses o años que siguen. Los desafíos son técnicos y creativos. ¿Acaso comenzarán los films a incluir en sus guiones problemáticas actuales derivadas de la crisis de salud mundial? ¿Veremos gente con barbijos en las escenas de nuestras series favoritas? ¿Existirá un único género distópico-apocalíptico?
Aún es difícil imaginar cómo serán las producciones pospandemia. Equipos que trabajan en conjunto durante meses, en contacto físico o cercano (maquilladores, vestuaristas, microfonistas), muchas veces con decenas de extras, que a su vez demandan servicios de catering, otras cientos de personas ajenas a la producción entrando y saliendo de los sets. "En este clima, cualquiera puede contagiarse de Covid, por más precauciones que se tomen y políticas de aislamiento. Basta con que una persona se escabulla y tenés una catástrofe en las manos", dice Vlad Wolynetz, CEO de la productora televisiva FilmRise y ex AMC.
En cuanto a las proyecciones, todos los ojos están puestos en el estreno de Tenet, el nuevo film de Christopher Nolan, previsto para el 17 de julio. Los analistas y estudios aguardan ansiosos: todo puede salir bien o muy mal, sentando precedente para otras películas que aguardan o proyectos que han sido demorados. Recordemos que la nueva entrega de la saga de James Bond –con el hoy poco feliz título No Time to Die– fue pospuesta de marzo a noviembre, al igual que filmaciones de tanques blockbusters como Misión Imposible 7 o la nueva de Marvel (otras grandes producciones, como Thor o la próxima Indiana Jones, ya se movieron de 2021 a 2022). Algunos pocos estrenos que todavía se mantienen para este año y que probablemente le sigan a Nolan, si todo va bien, incluyen a Wes Anderson con The French Dispatch, Top Gun 2, Mulan y Mujer Maravilla 1984. Pero lo que muchos en la industria temen es que, a medida que los estrenos se vayan corriendo, los tanques se amontonen en un mismo período y deban competir, cuando en épocas normales los grandes estudios suelen ponerse de acuerdo para evitarlo.
Según la publicación especializada Deadline, el gobernador de Los Ángeles, Eric Garcetti, se reunió con asociaciones como el SAG-AFTRA, la AMPTP, WGA, DGA y PGA, además de estudios y consultores del ámbito del streaming y autoridades de Nueva York y otros estados, para designar los lineamientos para reabrir las producciones. Uno de los temas que más aquejan a la industria y que tiene que ver con los costos que acarrean los nuevos protocolos de seguridad ante el Covid-19 (que incluyen, por ejemplo, "coordinadores de seguridad"), está haciendo que se eleven proyectos de ley para que haya un seguro que cubra a los equipos de filmación. Jean Prewitt, CEO de la Alianza Independiente de Cine y TV, es una de las tantas pujando en Washington por una propuesta para que las aseguradoras cubran el 5% de los costos y el Estado, el resto (hasta un total nacional de 750 miles de millones de dólares).
El director Michael Mann se expidió sobre el tema de los costos y seguros, tras suspender la filmación del drama de HBO Tokyo-Vice, en Japón. "Nosotros vamos a estar en mejor forma que los que tengan que empezar desde cero cuando retomemos. Eso tiene que ver con el seguro. Creo que cada producción que tenga que comenzar ahora va a enfrentarse con los estudios diciendo que las aseguradoras no les cubren los costos por el Covid".
Mientras ya se considera suspender los Oscars y las premieres virtuales se están testando (como la reciente organizada por HBO para la serie Love Life), las producciones se verán también afectadas en términos de costos, a raíz de los sueldos de equipos inactivos, los gastos en recaudos de salud para evitar el contagio y la superposición de tiempos en la demanda de equipos, locaciones y actores. Los proyectos que ya han quedado en stand by indefinido son la nueva película de Baz Luhrmann sobre la vida de Elvis, Jurassic World: Dominion y el reboot de Batman, de DC Extended Universe, para tristeza de los fans. En conclusión, un pequeño desajuste en lo que refiere a filmación (y taquilla) de este verano boreal y todo lo que suceda de que aquí a dos años podría sufrir las consecuencias.
Algunos, como Nolan, no pierden las esperanzas de que la gente esté deseosa de salir de sus casas una vez que se levante el aislamiento y corran a los cines, ya que, como explicó en un reportaje reciente en el Washington Post, "una vez que la crisis pase la necesidad de interacción humana, de vivir, amar, reír y llorar juntos, será más poderosa que nunca. Necesitamos lo que las películas nos dan". Otras experiencias que están dejando bastante sobre lo que aprender son, por un lado, los lanzamientos en digital directo para el consumo hogareño, como sucedió con el film Trolls 2: gira mundial, a la que le fue considerablemente bien en recaudación. Eso sí, esta claro que el gran ganador en estos tiempos de cuarentena ha sido el streaming.
Filmar en pandemia
Los referentes de cómo filmar en estas condiciones son dos producciones que ganaron atención en las últimas semanas. Ellas son la serie del director islandés Baltasar Kormákur y la producción basada en el clásico libro de Stephen King, Children of the Corn, de la mano de Lucas Foster.
En el primer caso se trata de un proyecto de Netflix que se está filmando actualmente en Reikiavik y que innovó utilizando un sistema de pulseras de colores para determinar cuánta gente podía estar en el set en cada momento. Los integrantes del staff con pulsera amarilla podía estar cerca de la cámara; los actores, maquilladores y vestuaristas llevaban brazalete negro y pasaban la mayor parte del tiempo en un área especial, y los productores, supervisores de guion y gente de efectos especiales estaban en otra área designada. Solo aquellos con brazalete azul podían circular libremente por todo el set y nunca podían haber más de 20 personas en un mismo lugar para poder monitorear a todos.
El sistema de Kormakur es posible gracias a que Islandia ha mantenido políticas de testeo muy rigurosas y que Netflix intervino en todo el proceso, financiando los costos extra asociados con los nuevos protocolos de salud y seguridad en el set. Algunas de las medidas incluyeron realizar el test a las 80 personas del equipo, luego tomar la temperatura todos los días antes de ingresar, utilizar catering especial con la comida embolsada por separado y la constante esterilización de las superficies, picaportes y baños. Además, menos los actores, todos usaron tapabocas.
Foster tomó la compleja y costosa decisión de aislar a todo el elenco y el equipo de filmación en Australia, donde se estaba llevando a cabo la producción, teniendo un sistema similar al de su colega según la función de cada miembro y midiendo la temperatura de todos al comienzo del día, además de tener una enfermera, un paramédico y un doctor presentes en el set todos los días. Y fue muy costoso, además, porque la mayoría del cast son menores, de manera que se tuvieron que alojar también a las familias e incluso al perro de uno de los actores se lo puso en cuarentena.
Fue crucial que la película se estuviera filmando en una granja totalmente alejada en un pequeño pueblo, y en este sentido resta ver si esta metodología podría aplicarse a otras películas con condiciones disímiles. Asimismo, las propias políticas de ambos países ayudaron, siendo que en Australia, que también pudo aplanar la curva exitosamente, la regla de los dos metros de distancia social puede no ser observada cuando las cámaras están rodando. Otro factor a considerar es el gasto que supondría que de ahora en más las filmaciones tengan que afrontar este tipo de medidas para poder continuar. En el caso del film de Foster, se reporta al menos un extra del 20 por ciento por sobre el presupuesto inicial de 10 millones.
¿Qué podemos esperar a futuro? Que los sets cerrados se vuelvan la norma, que la gente interactúe menos y que haya equipos más pequeños y autoaislados. Y por supuesto, se continuará con las máscaras, la distancia social y otras medidas de higiene. También es factible que se vuelva rutina el rastreo de contactos, hacer cuarentena antes de filmar y tener equipo médico obligatorio.
Fiebre de guiones
La pantalla chica también ha visto sus estructuras tradicionales temblar, y como predicen muchos, será una temporada de verano-otoño del hemisferio norte con gran cantidad de series paradas y sin contenido fresco para ofrecerles a las audiencias, más allá de lo grabado antes de la pandemia. Sobre todo porque este es el momento en que se producen los pilotos de las series que se ofrecerán el resto del año. Por otro lado, la situación tiene además a los guionistas sudando la gota gorda ya que tuvieron que buscar formas creativas de resolver series que estaban cerrando su temporada actual. ¿Cómo filmás una escena de amor o íntima entre dos personajes? ¿Cómo será el storytelling en la pantalla de ahora es más?
Algo de lo que se habla actualmente es del FoMO (de fear of missing out, o el miedo a quedarse afuera) que muchos canales y plataformas están teniendo, y es por eso que invierten toneladas de dólares en guiones, incluso más antes, aunque no se filme. Algo así como una fiebre de vender y comprar guiones para cuando se reanude la actividad, según contaba la revista Slate, porque además los escritores son de los pocos que pueden seguir trabajando de manera remota, haciendo brainstorming con sus equipos y pitcheando ideas. ¿Acaso este sea, contraintuitivamente, el mejor momento para vender una serie?
En cuanto a la reacción de la TV, los realities y shows de concursos, los noticieros y los talk-shows fueron de los primeros en adaptarse al nuevo panorama, mientras que las series de ficción todavía están tanteando en la oscuridad. Programas como The Voice o American Idol se volvieron virtuales, con los concursantes cantando desde sus casas y los jueces puntuando remotamente, como también sucedió en la final de Survivor, que estaba cumpliendo su aniversario 40. El canal Bravo organizó una reunión por videochat con las Real Housewives of Atlanta y este recurso con anfitriones especiales ha prendido para otros programas. El elenco de Saturday Night Live también hizo lo suyo con sketches desde las casas de los comediantes –aunque con resultados desiguales– y una apertura con Tom Hanks desde su cocina y sin pista de risas grabadas, y los noticieros, como en gran parte del mundo, comenzaron a ser filmados con un equipo mínimo en los canales y los corresponsales y columnistas saliendo en vivo en sus hogares.
La temporada número 18 del exitoso show Las Kardashian, recién estrenada, se grabó íntegramente con celulares, ya que todo el cast quedó confinado en sus respectivas mansiones en California. El equipo de producción instruyó a los actores para seguir documentando su día a día por cuenta propia con iPhones, que se les entregan todos los lunes y se retiran a finales de semana para ser llevados a la mesa de montaje. Si bien en el comienzo se temía que bajara la calidad de las imágenes con esta nueva metodología, al inicio de la pandemia se instalaron trípodes y cámaras profesionales en las casas de Kim y Khloé Kardashian –que suelen llevar el peso de la historia– para que pudieran grabar entrevistas tipo confesionario en plano fijo. Por supuesto esto se hizo con trajes y medidas de seguridad acordes (se desinfectaron los espacios y los actores solo podían ingresar días después).
Por su parte, el The Tonight Show movió toda su producción a la casa del actor y conductor Jimmy Fallon, quien para no perder tiempo y ganar en espontaneidad insistió en salir en vivo desde allí. Con ayuda de su mujer Nancy Juvonen quien también es productora, idearon The Tonight Show Starring Jimmy Fallon: At Home Edition en el que participan ayudando incluso sus pequeñas hijas que sostienen tarjetas, tocan instrumentos musicales para la apertura o aplauden a su papá. Para el conductor, que en medio de esta crisis mundial debió salir a pedir disculpas por un viejo sketch de tono racista que se dio a conocer (y que motivó el hashtag #jimmyfallonisoverparty, la fiesta de Jimmy Fallon está acabada) la idea del formato hogareño fue mantener la frescura (por eso se utilizan iPads y celulares para filmar) y contar las cosas de acuerdo a cómo las ha vivido él con su familia, sin imposturas.
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