Después de telonear a Yeasayer y Grizzly Bear durante años, este grupo indie pop de la UC Berkeley está listo para pasar de grado.
Nunca se lo diagnosticaron, pero el frontman de Morning Benders, Chris Chu (25), es un poco obsesivo-compulsivo. Cuando estaba en la secundaria en Miami, ignoró totalmente el rock moderno y se sumergió más y más en las vidas y la música de sus ídolos máximos: los Beatles, Brian Wilson, Neil Young y Bob Dylan. "Es básicamente lo único que escuché durante seis años", dice Chu, mientras mastica un naan en un restaurante indio de Nueva York. "Tenía todos los documentales, todos los discos. Todo."
Tiempo después, agarró una guitarra para aprender el riff con que arranca "Say It Ain’t So" de Weezer. Y mientras estaba en la UC Berkeley, donde armó The Morning Benders en 2005, Chu aprendió de modo autodidacta a jugar al poker de competición y utilizó lo que ganó para comprar equipos. "Jugaba campeonatos-maratón de poker online en PartyPoker, cuando todavía era legal, y era bastante bueno", sigue él. "Me compré una M-Box, una plataforma Pro Tools y un micrófono. Y después dejé el poker."
ENERGIA En marzo, el cuarteto –que incluye al baterista Julian Harmon, el bajista Tim Or y el hermano de Chris, Jonathan, en guitarra– lanzó su segundo LP, Big Echo, que mezcla un pop onírico y etéreo con densas capas de rock sesentoso que suena a cosecha Phil Spector. El disco consiguió que los Black Keys y los Broken Bells se volvieran sus fans. Los Broken Bells invitaron a los Benders a sus próximas giras. "Hay una energía que nunca había sentido antes", dice Chu. "Algo está pasando."
DISCO Big Echo fue grabado en nueve jornadas. El día en que se suponía que iban a grabar las voces, Chu tenía bronquitis, pero se abrió camino igual ("es el Neil Young que tengo adentro", dice). Llevaron las grabaciones a Brooklyn, donde Chris Taylor de Grizzly Bear supervisó la mezcla en una iglesia reciclada. "Hicimos sonar cosas en la cámara de la iglesia y las regrabamos para obtener el eco natural", dice Chu. El disco habla sobre el paso del tiempo, y Chu asegura que la letra central es la del tema "Pleasure Sighs": "Trata sobre lo que son capaces de hacer los adultos para encontrar la felicidad. Cuando sos chico podés divertirte haciendo lo que se te cante las pelotas. En cambio, los adultos necesitan drogas o una realidad alternativa".
PLAN CANJE Después del almuerzo, Chu se encuentra con el resto de la banda en el bar del Hotel Gramercy en Manhattan. Mientras toman sus tragos rosas con vodka, sus bourbon con ginger ale, sus gin-and-tonics, lucen evidentemente desacostumbrados al lado más careta del rock & roll. Después de pasarse años de tour en una camioneta, teloneando a bandas como Death Cab for Cutie, Yeasayer o Grizzly Bear, su sueño es poder viajar pronto en un auténtico micro de gira. Dentro de un rato, se van a tomar el subte para ir al showroom de Lacaste para llevarse ropa gratis.
EN VIVO Un día después, los Benders tocan con entradas agotadas en el Mercury Lounge. Vestido con una camisa Oxford bien almidonada y un cardigan azul marino de Lacoste, Chu guía a la banda a través de temas de Big Echo, como la hermosa "Excuses". La mayor parte del público sonríe y canta. "Esto es exactamente lo que buscábamos y por lo que nos esforzamos tanto", dice Chu en el backstage. "Ver a la gente copada con nuestra banda y cantando los temas hace que este estilo de vida tan loco valga la pena."
Mirá el videoclip de "Promises" por The Morning Benders
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