Confesiones de Penélope Cruz

Regresó al lugar del cual nunca debió irse. O por lo menos al que nunca debió haberle dado la espalda. Ese rincón de su vida que le aseguró un acomodado espacio a la derecha de Pedro Almodóvar, el director ibérico más personal de los últimos años y el padre (artístico, claro) de esta encantadora criatura madrileña de 28 años.

Es que hubo una vez en la vida artística de Penélope Cruz que los elogios de la crítica empalagaban sus oídos y le aseguraban un largo porvenir en la patria cinematográfica de la madre España. Razones y papeles de peso en laureadas películas sobraban: "Jamón, jamón" (Juan José Bigas Lunas), "Belle epoque" (Fernando Trueba), "Carne trémula" (Almodóvar), "Abre los ojos" (Alejandro Amenábar), "La niña de tus ojos" (otra vez Trueba) y "Todo sobre mi madre" (otra vez Almodóvar).

Su mal paso. Sin embargo, y este capítulo de su vida debería echarse al olvido, las bondades de la industria estadounidense la empujaron a dar el paso, decir adiós y aterrizar en las colinas de Hollywood con la promesa de abultados contratos para producciones que la llevarían a convertirse en la nueva perla del océano de estrellas importadas del viejo continente.

Pero, ¡ay!, no queda más remedio que afirmarlo: su paso por la tierra de las oportunidades se redujo, hasta el momento, a lamentosas participaciones en películas que no hicieron más que destinarle tibios protagónicos como la bella chica latina que conquista el corazón del galán (norteamericano, por supuesto), más inteligente y sagaz que ella pero querendón al fin. ¿Pruebas?: "Las mujeres arriba" (¿una de las peores películas de la historia?), "Vanilla Sky" (malograda remake de "Abre los ojos"), "En compañía del miedo", "Un milagro para Noel" y "Sahara", entre otras.

Luego de varios intentos por levantar cabeza y de mediáticos romances con dos de los hombres más deseados de la farándula (Tom Cruise y Matthew McConaughey), el bueno de Pedro la rescató con la idea de recuperar terreno perdido. Así le reservó el protagónico de "Volver", film en el que interpreta a Raimunda, una madre que se enfrenta a los desafíos de su hija (Yohana Cobo) y al recuerdo tangible de su madre (Carmen Maura), fallecida en un incendio.

Penélope, la hija pródiga, vuelve a buscar segundas chances. Y todos en casa la esperan con los brazos abiertos.

"Estoy muy agradecida por las oportunidades que se me brindan en los Estados Unidos, y entiendo que los personajes que hago allí, o que hice hasta ahora, no requieren demasiado trabajo desde el punto de vista emocional"

"Pedro ocupa un espacio en mi vida que no puede ser llenado, y nunca será llenado por nadie. Lo adoro".

"Yo tuve mucha suerte, trabajé con grandes directores y con muchos de ellos quedó una relación de estrecha amistad. Pero con Pedro tengo algo que es como un vínculo familiar, o más que eso".

"Me encantan los bebés; quiero tener los míos, pero todavía no, dentro de un par de años. Cuando sea mamá voy a trabajar menos".

"Para estar tranquila a veces voy a mi casa de Madrid, que está en una zona muy protegida. A veces me quedo ahí toda una semana, con mis animales".

La entrevista completa en el número de agosto de Cinemanía

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