Con plata y sin película
Luego del éxito de "Martín (Hache)", Adolfo Aristarain tiene el dinero para otro proyecto que se rodará desde enero y, aunque no sabe de qué se tratará, anticipa: "No quiero repetirme"
Adolfo Aristarain vive refugiado en su casa de Villa del Parque, rodeado de libros, de jazz y enredaderas. Es parte de la rutina, dice, encender la computadora para retomar viejas ideas que le vienen dando vuelta desde que terminó "Martín (Hache)", algunas desde poco más atrás.
Dice que le gustaría hacer nuevamente un policial, más allá de que son difíciles ("El público consume mucho estos relatos y conoce todos sus mecanismos"). En octubre, cuando este oriundo de Parque Chas cumpla 55 años, y de acuerdo con el pacto sellado con su coproductor español Gerardo Herrero, deberá tener listo un nuevo proyecto para el que jura tener total libertad, no obstante debería relacionarse más con personajes como los de su última película que con aquellos que resuelven sus problemas según reglas clásicas, las que cumplen los relatos del género que ama desde que leyó por primera vez a Raymond Chandler.
"La idea es comenzar a filmar en enero", dice a La Nación , convencido de que el tiempo pasa y ya hace un año se estrenaba el film que recientemente ganó cuatro Cóndor de Plata, que entregan los críticos cinematográficos de la Argentina, incluido el reservado a dirección.
"Es uno de los mejores directores del mundo", dijo el español Eusebio Poncela al subir aquella noche al escenario del Maipo, a la hora de llevarse el de Federico Luppi y el suyo. Algo parecido a lo que subrayó Cecilia Roth, cuando se alzó con el propio y el de su amigo Adolfo. En esos días, "Martín (Hache)" también recibía el premio del público en el Festival Latino de Chicago.
Exagerados o no, la realidad dice que desde 1978 cuando sorprendió a los amantes del cine con "La parte del león", pero en especial con "Tiempo de revancha", que fue un éxito de taquilla, y "Un lugar en el mundo", con la que estuvo al filo de competir por un Oscar de Hollywood, Aristarain pasó a formar parte de las ligas mayores.
"No hay que creer en los Festivales ni en los premios", reconoce Aristarain, aunque agrega: "Para qué mentir. Me gusta ganar un premio por lo que puede significar para la película, aunque tampoco es matemático que esto ocurra. La cosa es que dependés de seis tipos o siete y algunos tienen teorías muy extrañas. Eso sí: nunca tenés que pensar que si tu película ganó es mejor que las demás, porque sos un tonto. Gustó más, pero no es mejor".
Pasado
_¿Estás conforme con tu cine?
_Siempre hay unas películas que te gustaron más y otras menos. Pero más que la totalidad de una película ves ciertas cosas que están bien resueltas y otras que están mal. Es difícil disfrutar volver a ver lo que hice porque recordás todos los momentos del rodaje y sos muy consciente de las cosas que no hiciste y podrías haber hecho, a veces no por culpa tuya. Creo que hay honestidad detrás de cada una de las cosas que hice, nunca chanteando , diciendo "esto lo hago de taquito" o porque es una comedia musical vamos a hacerla fácil. Cuando tenés esa actitud con las cosas que hacés es difícil que te arrepientas. Sé que hice alguna cosa de terror, pero le tengo más cariño a las películas que funcionaron bien.
_¿Y las que no pudiste hacer...?
_Soy muy fatalista. No lamento no haberlas hecho. Cuando arrancás con un proyecto y ves que está mal parido lo mejor es dejarlo. Cuando un proyecto se pincha es por algo. No tenés que insistir porque perdés tiempo. Me pasó dos veces y no quiero que me vuelva a pasar.
_¿Incluís en esa lista a "El eternauta"...?
_No llegué a hacer el guión porque siempre hubo problemas con los derechos y creo que los sigue habiendo. Además creo que el problema es otro: es una película muy cara y donde no hay plata en serio no se puede hacer. Y terminás haciéndola con los yanquis, con lo cual hacés una película de ellos y la base de "El eternauta" es que es muy porteña. Cuando me metí con el proyecto, mandé una traducción a los Estados Unidos. Era el momento en que había salido "V-Invasión Extraterrestre" y de allí me contestaron que era igual a "V"... Con esto de los yanquis de "contame la historia en dos líneas", todas las historias se parecen.
Presente
_¿Qué hace un director cuando no filma?
_Estás pensando en tu próximo proyecto, como ahora, anotando cosas, hasta que aparece alguna idea y digo "por ésta me mando", pero no mucho más que eso. Es decir: leo, escucho música y charlo con la gente. Me gusta mucho la vida tranquila, contemplativa, con mi música y mis libros. Puedo escribir, mirar los pajaritos, estar con mi mujer, con mi hijo, es decir: lo paso muy bien haciendo huevo, que es una de las cosas que tengo que combatir...
_Siempre te tomás dos años entre rodaje y rodaje...
_Es inevitable. Sobre todo cuando escribís tus propias historias. Cuando leés cosas que te alcanzan, novelas, no encuentro ninguna que pueda sentir como mía. Encontrar una historia, escribirla y buscar la financiación te lleva más de un año. Que encima coincidan las fechas de los actores que querés... ya estás en dos años. Si hubiese más oferta de guiones y estuviese más aceitado el mecanismo industrial, por ahí podría hacer una película por año, y hasta dos, pero no es el caso.
_¿Existe la profesión de guionista de cine?
_Acá no existe, porque no hay mercado para eso. En los Estados Unidos un guionista tiene una idea, escribe un guión y su agente lo ofrece al mejor postor. Los guiones que me llegan son de pibes de escuelas...
_¿Te deja perspectiva como para poder juzgar el guión desde afuera? _Creo que depende de cada uno. En ese sentido soy muy autocrítico, que es una de mis virtudes y también uno de mis grandes defectos. Tenés una autocrítica tan exagerada que a veces te frena. En mi caso sospecho que no: creo tener la capacidad de objetivar la cosa. Soy muy despiadado con lo que hago. Trabajo generalmente con Kathy (Saavedra, su esposa), que es una crítica feroz para ver este tipo de cosas de las que a veces perdés noción. Una escena que te lleva cuatro días escribir y te parece maravillosa a lo mejor no funciona en la película, y perdés distancia.
La crítica, las fórmulas
_La crítica intentó encasillarte como un director de género...
_Nunca entendí eso de los géneros. A mí siempre me gustaron los policiales, la serie negra, Agatha Christie. Pero nunca dije: "Voy a ser director de policiales".
_En todos estos años, ¿la crítica te ayudó?
_En general me han tratado bien. Es muy difícil, al menos en mi caso, que la crítica te descubra errores de los que no sos consciente, y a veces puede que te señalen errores que vos no los considerás tales, con lo cual vos los descartás. No puedo generalizar, podés hablar de ciertos críticos. Hay muchos tipos que están en eso y no saben nada. A veces notás como una adjetivación exagerada. Cada película que gusta es la mejor película de la década, o nunca se hizo nada igual... ¿Quién puede determinar eso? Es muy absurdo.
_¿Existen fórmulas de éxito?
_No creo en el famoso target. Creo que se le ve la hilacha, que es una manera deshonesta de hacer cine. Prefiero ponerme en el lugar de espectador a partir de escribir o filmar y esperar que el público coincida con mi visión de la cosa. No existen las fórmulas.
_Las remakes responden a las fórmulas y al target. De "Ultimos días..." hicieron dos: ¿las viste?
_No. Ni la de (Héctor) Olivera ni la de la televisión francesa. Para qué... de Estados Unidos cada dos por tres me llaman porque siempre hay gente interesada en una remake de "Tiempo...", incluso me ofrecieron hacer el guión, pero siempre me negué. No veo cómo trasladarlo, es decir que se quedan en la mera anécdota del tipo que se hace el mudo, que era ingeniosa, pero no era la clave. Es distinta la lucha de un tipo contra el poder en un medio como el nuestro... incluso yo no podría hacerla de nuevo acá, porque las cosas cambiaron totalmente.
Idea y producto
_¿Alguna de las ideas que tenés te interesa en especial?
_Cuando no tenés una historia estás dando vueltas alrededor de dos o tres ideas. Con Herrero ya acordamos: en octubre arrancamos y en enero comenzamos a filmar, y lo más gracioso es que en el caso de ellos me piden que sea algo lo más personal posible. Igualmente, no quiero repetirme, no quiero que vuelvan a encasillarme.
_Es decir: podés hacer un policial negro o un drama intimista...
_Pero no van por ese lado, es decir que no sea una cosa de fórmula o de género, en la línea de "Martín (Hache)" o de "Un lugar...". No podemos competir con el nivel de producción del cine americano y la mejor manera de hacerlo es con historias muy originales, por el lado de la emoción y del ingenio, pero no centradas en valores de producción.
El otro día leí un artículo que decía que se pueden hacer películas con 300 mil dólares y que hay muchos que se ponen en genios y dicen que no se pueden hacer por menos de un millón. Yo no creo que haya que ponerse en genio para decir que una película cuesta un millón. No es así. Si hablás de valores estándar, hay que pensar que uno estrena al lado de un film americano, por lo cual hay ciertos niveles técnicos que cuestan guita y tiempo. Cuando te dicen "yo hice una película con 100 mil dólares", yo les pregunto: ¿y quién cobró? Si nadie cobró, yo también te hago una película de ese costo. Pero estamos hablando de profesionales, de gente que vive de esto.
Además, nadie cuenta la publicidad, que son 400 lucas por abajo de las patas. No entiendo por qué hay ciertos críticos que se calientan cuando uno dice que el cine es caro. Si hablás de una industria tenés que hablar de un estándar, no de las excepciones.
_¿Y la televisión...?
_Cine y televisión son cosas distintas. Cuando hice "Pepe Carvalho" se trataba de cine para televisión. Cuando aquí me hablaron de hacer tevé eran especiales de dos horas hechos en cinco días y yo sé que para hacer algo así tengo que chantear, tenés que hacerlo como el c... No tiene sentido. Lo que aquí nunca se han propuesto es hacer cine para la televisión. No te digo que te den los plazos del cine, pero sí al menos cuatro semanas.
_¿Qué te parece la TV actual?
_Todavía ves cosas horrorosas, como seis tipos sentados de un solo lado de una mesa. Sé que es inevitable, porque con los tiempos que se manejan no se puede hacer de otra forma. Jamás voy a sacrificar un movimiento de escena por el tiempo que tardo en hacerlo. Además, como no me preocupa mover demasiado la cámara...
_Justamente la originalidad máxima de algunos hacedores del cine y de la TV pasa por mover la cámara más de la cuenta.
_En narrativa te acepto cualquier cosa pero tiene que tener una coherencia. Quisiera que alguien me explique por qué incluso en cine la cámara a veces se mueve constantemente. ¿Porque da la sensación de home-movie? Si hacés home-movies, hacé home-movies, no las metas en pantallas con dimensiones infernales. Eso no da ni ritmo ni nerviosismo: molesta. Son modas sin explicación y lo peor de todo es cuando la cámara está fuera de foco o movediza y se habla de "lenguaje".
Cuando "Un lugar..." ganó en San Sebastián, había dos de los jurados que no le querían dar el premio porque se habían emocionado con la película y entendían que eso estaba mal porque el cine debía provocar distanciamiento y no involucrar a la gente. Puede que la cosa de la cámara que se mueve en cine pase por ahí. Es igual que vender libros con las páginas borrosas o mezcladas. Uno sabe que está en un cine, y es suficiente. Ningún espectador se cree que lo que está viendo es la vida real, no son tontos. Por qué molestarlos permanente con eso de que están viendo una película.
_También existe el adjetivo fácil para el cine que subraya la precariedad como si se tratara de un lenguaje, o de un desafío de hacer cine con poca plata y además afirmar que esto es bueno.
_Lo bueno es hacer cine con mucha plata. Entiendo que pase en una primera película, porque la hacés con lo que podés y como podés, pero eso no justifica filmar mal o hacer un pésimo montaje.
Un proyecto personal
_En la Argentina, ¿el director está forzado a asumir el papel de productor?
_Yo hago el plan financiero de mis películas. Hago cuentas y salgo a buscar a los tipos que pongan la guita. En realidad, lo que yo sé hacer es cine; en cuestiones financieras toco de oído. Pero no tenés más remedio que hacerlo.
_¿Es un fenómeno local?
_En España ocurría algo parecido, pero un poco mejor. Si el proyecto interesaba era bastante simple: importaba mucho en cuánto habías vendido tu película a los canales de televisión y la suma te daba entre un millón y un millón y medio de dólares. Así el proyecto no era riesgoso. El mecanismo estaba aceitado porque le podías vender a la TVE y al Canal Plus, y con la carta de compromiso de la televisión ibas a un banco y te deban el crédito. Ahora la cosa cambió un poco, pero aun así en 1997 hicieron como cien películas.
_¿Y en la actualidad?
_Ahora, los inversores españoles me han propuesto dinero para hacer la película que quiera, aunque sugieren que sea algo personal, no de género, pero con total libertad. El proyecto tiene que estar listo para octubre, con la idea de empezar a rodar a principios del 99. Es decir que ya tengo la financiación y todavía no sé ni para qué. En ese sentido, las cosas en España y aquí son bien diferentes: aquí necesito el guión para poder conseguir dinero.
Creo que acá por otras vías se podría llegar a algo parecido. Hay una dependencia del crédito y el subsidio muy grande. Pasa en todo el mundo fuera de los Estados Unidos, que es el único mercado del mundo que no tiene drama, y es el ideal de la producción de cine. Allá yo soy alguien que tiene un proyecto y vos sos el que tiene la guita. Si vos te calentás conmigo y con el proyecto, vas y conseguís fondos y no le tenemos que dar explicaciones a nadie. No hay ningún comité, ningún jurado que diga que un guión es bueno o malo. Lamentablemente, un organismo del Estado tiene que funcionar de una manera discriminatoria o, si no, darles guita a todos los proyectos, cosa que es imposible.
Uno de los temas que hablé con Julio Mahárbiz (titular del Instituto de Cine)), y creo que está en eso, es acerca de desgravar impuestos a partir de invertir en cine. Ahí si un tipo quiere desgravar de un pago de impuestos un palo lo pone en cine. Esto no va en contra de los intereses de los directores de cine. Ni siquiera para los directores debutantes. Cuando yo convencí a un tipo para hacer mi primera película, fue por mi entusiasmo en el proyecto y por el guión. Un inversor privado puede dejar de lado el hecho de que tengas experiencia, de que hayas filmado o no. Sería un paso importante, una manera de agilizar las cosas y darle impulso a una industria real.