Con la comedia en la cabeza
Tras años dedicados al cine, Natalia Oreiro y Adrián Suar vuelven a la TV apostando por una tira familiar y musical
"Este grupo está bien", les dice Juan Cousteau a sus cinco hijos en el primer episodio de Solamente vos , la tira que comienza mañana, a las 21.30, en El Trece. Ya se verá que la declaración es una mentira piadosa de un negador optimista. Especialmente teniendo en cuenta que el tipo, interpretado por Adrián Suar, internado por un pico de estrés, está distanciado de quien es su mujer desde hace más de veinte años y a punto de perder su trabajo como director de orquesta. Pero la falsedad en la ficción se vuelve realidad en las grabaciones del ciclo de Pol-ka. Alcanza con pasar unas horas entre los decorados de la productora para encontrar que ahí sí hay un grupo que está bien. Más que bien. Y todo empieza con los protagonistas: Natalia Oreiro y Adrián Suar. De regreso a la pantalla chica para hacer un programa diario, algo que ninguno de los dos intentaba desde la exitosa temporada 2006-2007(la del Sin código de él y el Sos mi vida de ella), están actuando juntos por primera vez. Aunque la marcha de la grabación parezca señalar otra cosa, tal vez por los años de charlas y encuentros que llevaron a este momento. A la primera escena de la tarde donde ella, Aurora, peluquera enamoradiza y sensible, de gran corazón e igual tamaño de temperamento, habla con él, Juan, su vecino, en el pasillo que será uno de los escenarios de su incipiente historia de amor.
El director Claudio Ferrari dice "acción" y ellos conversan. Él se va, se cruza con el padre de ella (interpretado por Alberto Martín), el diálogo fluye y detrás de cámaras hay que aguantar la risa para no arruinar la toma. La repiten: sale aún mejor que en el primer intento y los actores van al control para ver cómo quedó todo. Allí sí hay permiso para reírse y eso hacen el director y los productores, mientras los protagonistas miran concentrados el trabajo recién realizado. Si en el set Suar habla, intercambia ideas, repasa la letra, saluda, acá no dice palabra hasta que revisa la escena, le gusta como queda y que pase la que sigue. Concentración total como intérprete.El productor y programador, parece, están confinados a la oficina del piso de arriba.
"Es posible separar las dos actividades. Yo lo necesito. Tengo experiencia para actuar, pero necesito estar concentrado. Si estoy atento en otras cosas..., lo puedo hacer un día, dos, pero después me juega en contra. Muy en contra. Necesito estar metido, inspirado para actuar, no lo puedo hacer de taquito", dirá Suar entre una escena y otra.
De hecho, aunque desde afuera el dúo Oreiro-Suar, la dupla inigualable e invencible, parezca la respuesta y la salvación a todos los males que aquejaron a la pantalla de El Trece en 2012, desde adentro las cosas se ven un poco distintas. "Obviamente, cuando te embarcás para trabajar un año, lo que querés, lo que todos los actores queremos, es la aceptación del público. Pero no significa que porque estemos Natalia y yo esté garantizado nada. Igual nos tenemos que levantar a las 6.30, tratar de estar inspirados y con miedo. El otro día hablábamos sin cámaras, ella y yo solos, y coincidimos en que estamos asustados los dos. Eso a mí me da alegría y no es una pose. Me gusta abordar así las cosas, no de taquito ni pensando que tenés el número puesto", cuenta el actor y a su lado su coequiper asiente: "Sentimos esto porque nos importa y cuando algo te importa siempre te da miedo. Te mantiene vivo y con ganas de comerte el mundo".
Claro que antes de eso y como el mejor antídoto para el susto, hay que seguir grabando. Esta vez se trata de una escena que Suar jugará solo, en el interior del departamento –tan bello que dan ganas de ponerlo en la revista Living– en el que su personaje vive de prestado luego de su separación. Un refugio que le facilita su amigo Félix (Juan Minujín) que es, además, el amante de Aurora. Semejante triángulo amoroso se complicará con la ciclotimia de la ex mujer de Juan, la Polaca (Muriel Santa Ana), madre de sus cinco hijos y alguna vez estrella infantil que para "buscarse a sí misma" decidió perder al marido.
Pero esta tarde, Santa Ana no tiene escenas que grabar y por eso su casa, la de su personaje, se vuelve punto de reunión para que otros actores repasen la letra. Allí están Fabiana García Lago, que trabaja con Aurora en su centro de estética; Laura Cymer, la despistada empleada, y Marina Bellati, encargada de interpretar a Denise, la irritante hermana de Juan. Tres destacadas actrices que forman parte del equipo de lujo reunido para la tira, que incluye a Claudia Fontán, Peto Menahem, Ana María Picchio y Arturo Puig.
De regreso
Tantas veces se habló del regreso de Natalia Oreiro a la TV de la mano de Adrián Suar que el retorno ya estaba empezando a tornarse leyenda urbana. Y justo cuando parecía imposible, cuando el cine y las series semanales parecían haber alejado una vez más a la actriz de la pantalla chica local apareció Solamente vos, apareció Aurora y apareció Suar, ya no sólo como creador y productor sino como coprotagonista.
"Sí, era la única forma de que volviera", confiesa un poco en broma, pero completamente en serio Oreiro cuando se le pregunta por su regreso a la tira. Un retorno que llevó mucho tiempo y unas cuantas conversaciones de las que nació su personaje, tan cercano a ella como su familia. O algo así.
"Con Adrián venimos hablando de este proyecto hace mucho y cuando empezamos a imaginar mi personaje un poco nos inspiramos en mi mamá, porque ella era peluquera y yo crecí viendola peinar señoras en el living de mi casa. Desde chiquita ése era mi mundo: secadores, permanente, mechitas", detalla Oreiro, que antes de empezar con las grabaciones visitó alguna peluquería para observar a los profesionales en actividad.
Un cuidado en el armado de su personaje que se transmite en cada escena. No hay rincón del mundo de Aurora que no sea un festival de colores, de combinaciones tan femeninas como divertidas. Si hasta en su casa de mentiritas tiene un escritorio donde es fácil imaginar al personaje cosiendo su propio vestuario y en su peluquería un manual que enseña el arte de El crochet perfecto, que convive con esmaltes, frascos de crema y demás artículos del ramo. "Tengo una manera de trabajar en la que me involucro mucho en todas las áreas. Me apasiona y encuentro en Adrián una persona que me escucha mucho, que me consulta, me deja proponer y eso me hace sentir parte del proyecto. A partir de ahí me voy metiendo en todos los rubros. Soy una especie de pesadilla. Empecé a traer cosas para el personaje, unas valijitas que siempre lleva a todos lados", explica Oreiro y es imposible imaginar a otra actriz encargándose de Aurora. "Grecia Colmenares también lo podría haber hecho", dice Suar y la acidez del chiste se equilibra con la dulzura de la caricia que lo acompaña. "Natalia es muy profesional, muy obsesiva, siempre lo fue".
Aquella olvidada gimnasia
No hay en la ficción televisiva caos más organizado que la grabación de una escena con varios personajes. En el capítulo que se graba ahora, el número 11, de esas escenas hay varias: una se ensaya ahora. Todo sucede en el centro de estética, al que llega Juan con muchas cosas para decirle a Aurora, pero no será el único en aparecer en el lugar. Seis personajes se cruzarán allí y tres cámaras intentarán captar esa locura perfectamente coordinada. O en camino de estarlo.
Se hace silencio. Entra Juan, mira para todos lados y desde fuera de escena se escucha a Oreiro preguntar si ya están grabando. "Ya estaba actuando. Mis silencios valen también", dice Suar, dejando a su personaje de lado por un segundo para volver a hacer su entrada triunfal en esa escena en la que dice con ironía que seguramente Aurora se arrepintió de pedirle disculpas "al enano". Se refiere a él mismo y cuando repite la escena cambia el calificativo por "bobina". Oreiro prefiere que se diga "enano". "¿Te gusta más? Dale", acuerda Suar y siguen. La escena sale perfecta y pasan a la siguiente, que es aun más complicada y también sale. Aunque los protagonistas aseguren al unísono y sin dudarlo que empezaron las grabaciones algo perdidos, con el músculo de la tira diaria bastante atrofiado, ahora esas dificultades iniciales no se ven. Lo que sí se ve es el inicio de una historia de amor, una comedia romántica y familiar que Oreiro describe con una palabra, la justa. "Para mí lo que más define al programa es que tiene ternura, mucha ternura".
El caos organizado
Nada más aparentemente caótico que una jornada de grabación de una tira televisiva
- "La única manera que volviera a la TV era con Adrián. Con él venimos hablando de este proyecto hace mucho y un poco nos inspiramos para Aurora en mi mamá, que es peluquera y yo crecí viéndola peinar señoras en el living de mi casa", dice Oreiro
2012, el gran año de ambos en el cine
Oreiro y Suar se formaron en la TV. Allí también nació su enorme popularidad y de allí se alejaron casi al mismo tiempo hace más de seis años. Pero, más allá de los orígenes, 2012 fue el gran año del cine para la carrera de ambos. Mientras que Oreiro protagonizó Infancia clandestina, la premiada película de Benjamín Ávila candidata a los premios Goya, Suar encabezó Dos más dos, el film nacional más taquillero, que rozó el millón de espectadores. Con esos laureles llegan de vuelta a la televisión y resulta inevitable intentar el juego de las diferencias y las coincidencias entre las dos pantallas.
"El cine es otro lenguaje. Es otra cosa. Lo que podés hacer chiquito en cine con el plano sobre tu cara en la tele es distinto, se pierde", dice Suar, que aunque escapa elegantemente de la comparación entre un medio y el otro, algo se trajo de su más reciente y exitosa experiencia cinematográfica para su regreso televisivo. Así, al equipo de guionistas de Solamente vos, integrado por Lily Ann Martin y Marta Betoldi –Mario Segade participó en los primeros libros– se sumó Daniel Cúparo, autor de Igualita a mí y Dos más dos. De ese film también Suar repite mejor amigo-rival, encarnado por Juan Minujín.
Para Oreiro, la distancia entre una pantalla y otra pasa por el tono y el personaje que le toque interpretar. "Para volver a la TV yo quería hacer una comedia, lo tenía clarísimo. Para mí, el cine es la posibilidad de mostrar mi costado más dramático como actriz. Y en televisión, en este momento y no digo que vaya a ser siempre así, no tengo ganas de trabajar por esa línea. En el cine encuentro la otra posibilidad como actriz de hacer personajes más conflictuados, más oscuros. Creo que la experiencia en la pantalla grande me dio cosas que ahora aplico a este personaje. Aunque en realidad no sé si es el cine o mi experiencia y mi edad, pero ahora tengo recursos que antes no tenía. La vida misma me los dio", concluye la actriz que este año estrenará Wakolda, la nueva película de Lucía Puenzo.
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