Con el sello de Donna Carroll
Inquieta: criticada y prohibida por cantar en inglés, Carroll habló sobre su nuevo espectáculo, los 36 años de su carrera y su militancia en la UCR
Salvo por "El día que me quieras", que es un tango canción, Donna Caroll (58) jamás cantó tangos tradicionales en su repertorio. Muchas veces criticada por interpretar en inglés, y hasta prohibida por la misma causa, lo que en realidad siempre llevó bajo su piel fue la música popular americana y la cadencia del jazz que descubrió de adolescente en un colegio americano y en los discos que le llegaban de ese país.
En la charla con La Nación habló de sus 36 años de carrera en los que no fue fácil llegar a ser Donna Caroll. Desde el matrimonio que arreglaron sus padres con un empresario de la aviación que le impedía cantar y soñar, pasando por dejar de ser una deprimida señora gorda de su casa, esta mujer reescribió su nombre -Linda Renée Abadi- y salió a parirse en la canción. Fue justo en los años juveniles y felices de la TV argentina, cuando Donna Caroll entonó jingles -famoso fue el de "Gancia"- y se mostró en programas como "Casino" y "Warren Club", por el cual ganó un Martín Fierro en el "66 a la Mejor Actuación femenina en Show. Las compañías discográficas argentinas grabaron pocos discos de Donna -"unos doce" agrega ella sin darle importancia-. Posiblemente como compositora hubiera tenido más espacio. Pero yo siempre fui una intérprete".
Sin embargo, unos 62 viajes a Nueva York, su otra gran ciudad, le imprimieron nuevos rasgos a su definida personalidad. "Yo sé que nunca fui ni seré masiva. Pero creo que las elites son necesarias para pensar un país. Lamentablemente, aquí es una palabra bastardeada. Pero la elite es la excelencia dentro de lo que uno hace. Me di cuenta de que, cuando superás la línea de la mediocridad te quieren volver hacia abajo a patadas porque, de algún modo, le estás exigiendo al que te contrata que no sea mediocre".
Ella sabe que tiene algo sofisticado que seduce tanto como provoca ciertos rechazos. "Pero la gente sabe quién es Donna Caroll. No ser un "has sido" o un "has been" es importante", pronuncia en su perfecto inglés.
Sin embargo te quiero
Donna insiste: "Tal vez mi perfil no le daba. No doy como tanguera. Pero hubiera trabajado para poder hacerlo". Siempre admiró la voz disfónica y quebrada de Amelita Baltar. Por eso nunca de su garganta salió ni saldrá "Balada para un loco", "ya que fue una canción para ella, que otras pueden cantar mejor... Pero "Balada..." es Amelita", asegura Donna. Y entre recuerdos y confesiones habla de Astor y ella y un código en común, el idioma inglés, que conservaron hasta la muerte de él: "Cuando estaba muy enfermo nunca se supo muy bien si reconocía o no a quienes lo visitaban. Yo entraba, le acariciaba la cara y le hablaba en inglés. Y él me sonreía como si estuviera entendiéndome. Fue un verdadero genio".
En su próximo espectáculo, Caroll rendirá tributo a quienes ella considera sus máximos exponentes en la canción. De inquieta, no puede dejar de mencionar que está preparando un nuevo viaje a Nueva York -va dos veces al año-, en donde su representante la espera con una agenda cubierta con nuevas presentaciones en programas de televisión (ya estuvo con David Leterman, Jerry Lewis y otros) y un proyecto que prefiere no adelantar. Menciona la actualización de su Guía Turística de New York, pero vuelve a Buenos Aires. Y no precisamente por la música. Hace años que Donna Caroll milita en el radicalismo. "Aunque esta vez integro una lista interna que encabezan Florentina Gómez Miranda y Aldo Neri. La música es mi vida y todavía me quedan muchos años. Pero si llegara a tener un cargo electivo dejo el canto. Quiero participar y no quedarme en mi casa criticando a los demás".