Con el espíritude Madanes
Después de más de 40 años se reabre el Teatro Caminito, que marcó una época de excelencia en la escena porteña
El 18 de diciembre de 1957, las chapas -en ese momento aún no coloreadas- de las casas que rodean la calle Caminito en el barrio de La Boca parecían tener los oídos atentos y los ojos bien abiertos. Había enorme curiosidad por saber de qué se trataba todo el ajetreo que desde hacía unos días sacudía la zona. Un montón de sillas y un escenario tapaban los adoquines del pasaje que le había prestado su nombre al tango de Filiberto y Peñaloza. El escenario grandote que se completaba con la incorporación al espacio escénico de varios balcones vecinos era el comentario de todo el mundo. El culpable de tanta conmoción era un señor llamado Cecilio Madanes, que había tenido la idea de armar un teatro en el que los artistas hicieran su trabajo sin nada que se interpusiera entre las estrellas y sus cabezas. A la noche la incógnita se develó. A "sala llena" subió a escena la comedia Los chismes de las mujeres, de Carlo Goldoni. Empezaba una aventura que Madanes creía que duraría unos quince días y que se extendió los 16 años posteriores a aquella fecha, hasta 1973.
El Teatro Caminito con el correr de los años se fue convirtiendo en un referente de la actividad artística de Buenos Aires. Su importancia trascendió el campo de las artes escénicas y atrajo figuras de las letras y las artes plásticas que dejaron su huella en la experiencia. En sus escenarios se vieron grandes obras del teatro universal interpretadas por figuras de renombre en la escena nacional.
El apoyo del público fue masivo desde el inicio. Cada verano, con dos funciones diarias, de martes a domingos, unos 700 espectadores llenaban la capacidad de las instalaciones. Desde hoy, por iniciativa del director musical Martín Bauer, el Teatro Caminito hará el intento de volver a funcionar.
"El proyecto de esta reapertura surgió hace 7 u 8 años. Yo dirijo el Festival de Música Contemporánea del Teatro San Martín y por ese entonces estábamos haciendo allí Historia de un soldado, obra musical a la que [Igor] Stravinsky escribió para ser representada en un carromato, es decir para hacerse en la vía pública, al aire libre. Entonces hablando con Adriana Rosenberg, la directora de la Fundación Proa, dijimos por qué no revivir lo que fue el Teatro Caminito y hacerla allí. Desde entonces empezó un largo periplo que incluyó varias entrevistas con Hernán Lombardi, el ministro de Cultura del gobierno de la ciudad. Estos proyectos tienen su dinámica particular para concretarse. Parece que éste fue el momento para su maduración", cuenta Bauer sobre la génesis de esta iniciativa que patrocinan el Complejo Teatral de Buenos Aires y la Fundación Proa.
En cuanto a los detalles que fueron demorando la puesta en marcha del proyecto, el director explica: "Entre las cosas que hubo que revisar para que la idea pudiera ponerse en marcha está el hecho que desde la época de Madanes -que fue entre fines de los años 50 y principios de los 70-, hasta hoy, la ciudad cambió muchísimo, el barrio y hasta la calle se modificó, entonces era imposible reproducir aquella experiencia tal cual, sin buscarle una vuelta que incluya lo artístico, el momento que vivimos hoy y lo institucional. Hubo que armar una logística que es bastante compleja. Esto está pensado con la idea de mantener el espíritu de aquello que hizo Madanes en su momento, con una perspectiva actual y viendo qué pasa".
¿Quién fue Madanes?
Las generaciones más nuevas quizá no saben quién fue aquella persona que, hace 40 años, impulsó el funcionamiento de un teatro al aire libre en el barrio de La Boca. Cecilio Madanes fue un director teatral, escenógrafo y productor, que destacó en el quehacer escénico de nuesto país. Estudió en París y en esa ciudad frecuentó a grandes intelectuales y artistas como Jean Cocteau, Georges Braque y Louis Jouvet, entre otros. En la Argentina recreó obras como Doña Rosita, la soltera, de Federico García Lorca; Equus y Amadeus. de Peter Shaffer; Locos de verano, de Gregorio de Laferrère; y en 1961, estrenó Estrellas en el Avenida, donde logró reunir a Tita Merello, Tato Bores y Hugo del Carril en un mismo escenario.En 1965 dirigió La Traviata, en el Teatro Colón, con Ana Moffo. Y en 1983 fue nombrado director general de ese teatro, cargo que ejerció hasta 1986. En su gestión al frente del mayor coliseo de nuestro medio se destacaron sus iniciativas por incorporar al público infantil a los espectáculos líricos. Madanes murió en 2000, a los 78 años.
En su trabajo en el Teatro Caminito, que consideraba su proyecto más querido, contó con la colaboración de talentos del mundo de la cultura como Manuel Mujica Lainez -que traducía las obras del inglés, especialmente para él-, Raúl Soldi y Carlos Alonso -que diseñaban las portadas de los programas de mano-, Delia Cancela, Pablo Mesejean -que diseñaban los vestuarios de las obras-, y Quinquela Martín -que dirigió los colores con los que se pintarían las fachadas de las casas lindantes a Caminito, hecho que imprimió la identidad definitiva del barrio.
Además de El chisme de las mujeres, en ese escenario se vieron también: La zapatera prodigiosa, de Federico García Lorca; Una viuda difícil, de Conrado Nalé Roxlo; Los millones de Orofino, de Eugene Labiche; Las de Barranco,de Gregorio de Laferrère; La pérgola de las flores, de Pancho Flores e Isidora Aguirre; Angelito, el secuestrado, de Leal Rey; La verbena de la paloma, de De la Vega y Bretón, y El sueño de una noche de verano, de William Shakespeare, entre otros títulos. Por ese escenario pasaron figuras como Iris Marga, Beatriz Bonnet, Elena Lucena, Rogelio Romano, Jorge y Aída Luz, Edda Díaz, Enrique Liporace, Antonio Gasalla, Juan Carlos Altavista, Oscar Aráiz, Diana Maggi, Eva Dongé, Violeta Antier, José María Langlais, Adolfo García Grau, Osvaldo Terranova, Ulises Dumont, Diana Maggi, Graciela Araujo e Hilda Bernard, entre muchísimos más.
La propuesta actual cuenta con un espacio con 400 sillas y un escenario que se mantendrá armado durante todo el verano y en el que se montarán las escenografías, las luces y el sonido en cada función. "En la Argentina sobra gente capaz para llevar adelante esta propuesta con mucha calidad. En el ambiente de la gente del teatro hay algunos que no sabían que existió un teatro al aire libre en la calle Caminito, otros que sí habían oído hablar de él, pero no sabían muy bien de qué se trataba y otros que participaron de aquella experiencia", comenta. En cuanto a las pautas con las que se eligen las obras que se darán especifica: "La idea es mantener lo que hacía Madanes que era presentar obras clásicas, pero populares. Son materiales que tienen una sofisticación y una sustancia artística importante que, a la vez, están planteados de una manera directa". Las títulos que abrirán la propuesta son Los veraneantes, de Máximo Gorki, e Historia de un soldado, de Igor Stravinsky. "Son dos obras que no se vieron demasiado aquí. Tenemos pensados otros títulos para más adelante, si el proyecto funciona. La idea es seguir haciendo esto todos los veranos, pero para eso hay que pasar el primero que es éste", sostiene sonriente Bauer.