Desde La Plata, el Leonard Bernstein más lírico engalana el Coliseo
Musical. En formato lírico y con el coro y orquesta del Argentino de La Plata, se estrena esta pieza en el centenario del compositor
"Si este es el mejor de los mundos imaginables, ¿cómo serán los otros?". Con esta frase, Voltaire desafía, a través de su héroe Cándido, la visión optimista de su época (y la de todas). No es casualidad que Leonard Bernstein retome al autor francés y su sátira para componer su opereta Candide en 1956: ambos artistas tuvieron pocas reservas a la hora de poner en tensión las categorías y concepciones estéticas en sus propios contextos, y así trascendieron en la historia del arte.
Este año, el nombre del compositor estadounidense se repitió en casi todas las programaciones de los teatros a nivel mundial debido al centenario de su nacimiento. En este contexto, Nuova Harmonia cierra su temporada 2018 con la producción de Candide, realizada íntegramente por el Teatro Argentino de La Plata. La obra cuenta las peripecias de un joven militante del optimismo que viaja por el mundo para descubrir que la vida no es lo que su filosofía divulga.
Aunque oficialmente es catalogada como "opereta", la idea de asignarle un género suscita cierta incomodidad (como ocurre con otras obras de Bernstein) por su eclecticismo y peculiaridad. "Desafiar la idea de 'géneros musicales' implica cuestionar la idea de género en sí. El término parece responder a una necesidad de encasillar, clasificar, ordenar. Algunos han definido Candide como una opereta, otros como una comedia musical. Ahora, ¿importa esto realmente? Cualquier intento de generalización se tornaría frustrante y nos alejaría de la esencia de la obra, que logró el cometido de subsistir por sí misma, lejos del encasillamiento", reflexiona el director de orquesta Pablo Druker. Candide propone grandes exigencias a nivel musical y escenográfico, es por eso que el trabajo en conjunto con el director de escena Rubén Szuchmacher es clave para que la obra funcione con precisión; sobre la concepción integral de su puesta dice: "Elegimos enmarcar esta versión en una estética relacionada con el pop, relacionada con el momento en el que surge la obra, al borde de los 60. Considero que rescatar su tiempo histórico ayuda al espectador contemporáneo".
La esencia inquisitiva de Candide nos interpela aún hoy, como un guante directo a la quijada de la posverdad. Sobre este punto, el director de escena pone en relieve el sentido revolucionario de la obra "La música de Bernstein es muy atrapante. En los ensayos finales estoy percibiendo la enorme alegría que provoca su música. Hay goce, hay placer musical que genera un gesto político: los cuerpos se mueven producto de una música bella, intensa, profundamente rítmica y rica en su orquestación". Y no duda en completar: "En momentos que son duros el arte es un efecto de compensación, no por liviandad, al contrario: a veces aflojar un poco la máquina, generar un poco de belleza y un poco de tranquilidad es un gesto más transgresor que seguir hablando siempre de lo mismo."
Candide presenta una historia que transcurre en diversos lugares, con múltiples formas y lenguajes musicales, lo que pone en juego la maestría de los artistas para asegurar su unidad. En este sentido el director musical considera que la obra "es dinámica, viva, de un gran lirismo, aparentemente seria por momentos, burlona y satírica. Como si se tratara de un fractal, la dramaturgia de la totalidad de la obra se pone en juego ya en los primeros minutos de la obertura. La obra presenta dentro de sus mundos contrastantes una continuidad y cohesión extraordinaria. Como intérpretes lograr entrar en este mundo de contradicciones, de incertidumbre, de continuidad y discontinuidad es sin dudas uno de los desafíos más interesantes que la partitura propone."
La profundidad de la música de Bernstein, sumada a la calidad de trabajo de los artistas concertados, pone esta obra en la agenda como una cita obligada. Con un gesto de belleza Candide nos sacude la miseria cotidiana, interpelándola desde la ironía, para luego esbozar un mensaje de esperanza: "No somos puros, ni sabios, ni buenos. Haremos lo mejor que sepamos. Construiremos nuestra casa y cortaremos nuestra madera. Y haremos crecer nuestro jardín".
Esta versión cuenta con un reparto encabezado por Santiago Martínez (Candide), Oriana Favaro (Cunegunda) y Héctor Guedes (Voltaire, Pangloss y Martin).
Candide
De Leonard Bernstein
20, 22 y 24 de noviembre, a las 20.30.
Teatro Coliseo, Marcelo T. de Alvear 1125.
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