“Como te extraño mi amor”: Leo Dan, el joven enamoradizo que transformó su pasión en grandes éxitos
Leo Dan basó las canciones que resultaron más famosas en situaciones de su propia vida; a días de su fallecimiento, recordamos las historias que dieron origen a sus canciones
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Los grandes éxitos de Leo Dan -por estos días muy recortados tras conocerse la noticia de su muerte- tuvieron, en su mayoría, un fuerte tono autorreferencial. El cantante le escribió al amor de su vida y al no correspondido; a una relación que nunca existió o a las mujeres de sus desvelos. Les puso nombre (“Celia”, “Fanny”) o, simplemente, las hizo famosas desde el anonimato.
En el bando de los escépticos, dicen que nadie extraña lo que nunca tuvo. ¿Acaso es posible refutar esta afirmación desde cierto estado de ensoñación? “Como te extraño mi amor” parece ser uno de esos ejemplos que confirman que se puede extrañar ese amor que nunca existió.
“A veces pienso que tú nunca vendrás. Pero te quiero y te tengo que esperar. Es el destino, me lleva hasta el final. Donde algún día, mi amor te encontrará”, entonaba Leo Dan antes del estribillo. “¡Ay, amor, divino! Pronto tienes que volver a mí”. No queda muy claro si se trata de alguien a quien el protagonista de esta canción no conoce y con cierta desazón expresa como deseo de conocer (”A veces pienso que tú nunca vendrás”), o de una persona que lo ha abandonado (”pronto tienes que volver a mí”). Tampoco se sabe (ni se sabrá), si Leo Dan jugó de manera deliberada con esta contradicción o simplemente le salió, con esa simpleza que está encarnada en la mayoría de sus canciones. ¿Acaso la clave del suceso de sus temas ha sido la suma de melodías pegadizas y frases simples y directas?
La respuesta está en una pregunta. La que aparece en el primer verso de la canción: “Cómo te extraño, mi amor, ¿por qué será?”. Porque Leo Dan escribe para alguien que, realmente, no conoce; escribe desde el misterio, la incertidumbre y el anhelo. Lo ha explicado varias veces, con palabras similares. Durante una charla, hace más de diez años, con el diario colombiano La Patria hizo un buen resumen de aquello que ha inspirado sus hits: " Cuando grabé ‘Celia’ -el tema con el que comenzó su éxito- me fui a Córdoba. Ahí conocí a una periodista brasileña que quería escribir la historia de la canción de ‘Celia’. Como no tenía tiempo, le dije que cuando fuera a Buenos Aires la atendería y le contaría la historia. Nunca coincidimos: cuando esperaba su llamada en el hotel, nunca lo hacía y cuando llamaba, yo no estaba. Así que mientras esperaba que ella me contactara empecé a componer la canción que se debió titular ‘Soraya’, como se llamaba la reportera.”
La canción se publicó en 1964. Muchos años después (32, exactamente), el grupo mexicano Café Tacvba publicó un álbum llamado Avalancha de éxitos, que consistía en versiona en su estilo canciones que resultaron muy famosas. Era de esperar que este clásico que se había impuesto en México (país donde Leo Dan vivió durante diez años) volviera a convertirse en un suceso, esta vez enarbolado por una de las bandas más representativas del rock latino de la década del noventa.
Si volvemos a lo que dice la canción, debemos agregar que ni siquiera se trató de un amor no correspondido. Simplemente fue uno “desencontrado”. Todo lo contrario sucedió con quien terminó siendo el amor de su vida: Mariette Papolczy. A ella le dedicó “Mary es mi amor” y luego, para celebrar sus bodas de oro juntos, compuso “A ti”. Mary era una chica nacida en Hungría, que en 1966 se convirtió en Miss Mar del Plata. Allí la conoció Leo, durante el estreno de su película. Le propuso casamiento ese mismo día, porque, según él mismo contó, eso solía hacer con las chicas que le gustaban. Siempre lo rechazaban pero Mariette aceptó. Lejos de echarse atrás, el cantante se convirtió en un hombre casado veinte días después. La primera canción que le dedicó nació tiempo después, cuando ya estaban viviendo en España. Luego de una discusión, se fue a un parque con su guitarra y volvió con el tema que le garantizó más de medio siglo de matrimonio.
En cambio, no le fue tan bien con un amor de adolescencia. La canción que le dedicó a Cristina entra en la lista de los amores “no correspondidos”. La tituló “Te he prometido”. “Cuando tenía 16 años fui al cumpleaños de la mujer que más quería en esa época, se llamaba Cristina. Estaba cumpliendo 15 años. Me creía su novio. Apenas llegué a la fiesta me dijo que me iba a presentar a su novio, le hice el reclamo y Cristina me respondió que me consideraba su mejor amigo. Fue como si me arrojarán un balde de agua fría con hielo. Entonces le prometí olvidarla. A los 21 años iba para España y necesitaba una canción para completar el disco y se me ocurrió: ‘te he prometido que te he de olvidar, cuanto has querido y yo te supe dar’”.
También escribió canciones inspiradas en historias de terceros. Un par de décadas antes de que Phil Collins compusiera “Thru These Walls”, Leo Dan dejaba por un rato de lado esa candidez que podía envolver a sus versos para atravesar “Esa pared”. Según contó, tiene dos versiones: “Una que cuento en los conciertos y la verdadera. Un amigo que era muy fanático mío me invitó a su casa, y donde hacía el asado había una pared que separaba su edificación de otra. Él siempre le tiraba una piedra a la vecina, si ella se la devolvía él se encaramaba por el muro y pasaba, aprovechando que el esposo no estaba. Así nació esa canción: “Esa pared que no me deja verte, debe caer por obra del amor”.
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