Dramas familiares y colores pasteles se mueven sobre bases hiphoperas
Más allá de que es un éxito que lleva doce temporadas, The Voice no logró que ninguno de sus ganadores se volviera una estrella pop. Quizás la que más cerca esté cerca de lograrlo sea Melanie Martinez, que luego de quedar eliminada antes de llegar al podio de la temporada 3 consiguió un contrato con Atlantic Records y editó Cry Baby, su debut que fue Disco de Oro y hoy presentó en Lollapalooza. Lo que le consiguió su fanbase internacional a esta neoyorquina de 21 años, no fue sólo su voz, sino la precisión de su visión artística: un pop perversamente aniñado con beats hiphoperos y sonidos de cajita musical, sobre dramas familiares, relaciones oscuras y traumas adolescentes. Esto acompañado con visuales sombrías en colores pastel, y con ella como la versión drag de un personaje de las pinturas de Mark Ryden. Así llegó al Alternative Stage: un cuarto de bebé, con cunita y todo, un gran oso de peluche rosa y dos pasteles de cumpleaños enormes. Con su banda disfrazados de conejo, todo fue infantil y rococó. En un momento entró un lobo que se la quiso comer. No pudo, pero en cambio, la encerró en un ropero y la hizo cantar desde ahí.
Denise Tempone
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