Un profundo y misterioso viaje, por la ruta de la seda, que invita a reflexionar
- Seda
De Alessandro Baricco
Anagrama
Seda, novela del italiano Alessandro Baricco, es igual de delicada y lujosa que la tela que lleva su nombre. La cadencia en su estilo y en su lenguaje lleva al lector por un viaje ondulante y voluptuoso: el recorrido de la seda. Una travesía hasta Japón, que en el siglo XIX, recorría medio mundo. Hervé Joncour, era un hombre que se dedicaba a la venta y compra de seda. Cuando los gusanos que compraba en África e India empezaron a salir enfermos y daban un producto de mala calidad, su patrocinador –y realmente el patrocinador de toda la población de Lavilledieu, Baldabiuo, hombre extranjero que vendió la idea de hacer fábricas de seda al alcalde de la ciudad–, lo incitó a que viajara a Japón no sólo en un recorrido de más de seis meses, sino también lleno de peligros porque era ilegal sacar gusanos de seda fuera del país, el único medio era el contrabando. Pero era el único lugar en el mundo donde se hallaría la solución a las pobres cosechas pasadas, y el pueblo resurgiría de nuevo como productor de seda.
Joncuour, parte de Francia, atraviesa Württenberg y Baviera “entró en Austria, llegó en tren a Viena y Budapest, para proseguir después hasta Kiev. Recorrió a caballo dos mil kilómetros de estepa rusa, superó los Urales, entró en Siberia, viajó durante cuarenta días hasta llegar al lago Baikal, al que la gente del lugar le llamaba mar. Descendió por el curso del río Amur, bordeando la frontera china hasta el océano, y cuando llegó al océano se detuvo en el puerto de Sabrik durante once días, hasta que un barco de contrabandistas holandeses lo llevó a Cabo Teraya, en la costa oeste de Japón”. En la ciudad de Shirakawa, era escoltado por un hombre que llevaba la cara oculta con un velo negro de seda, lo llevaba hasta donde Hara Kei. Hara Kei, era el hombre que le vendía los gusanos, pero lo que más extrañeza le causaba a Joncour era la mujer que lo acompañaba, porque ésta no era oriental. Y es en este punto donde la trama de la novela se divide, y Seda deja de ser sólo una historia de un hombre que hace recorridos infinitos para conseguir a estos preciosos gusanos, él ahora tiene un aliciente más.
Sin embargo, como una digna historia de inicio, nudo y desenlace, surge el conflicto, y por varias circunstancias Hervé deja de viajar a Oriente, sin poder descubrir quién en realidad era esa misteriosa mujer. Retraído, retirado, nostálgico y triste, termina sus días el comerciante de seda; su esposa sospechando el porqué le hace un regalo que descubre al final de sus días, y un poco le resuelve el misterio de la mujer en casa de Hara Kei.
Baricco, que nació en Turín, Italia, en 1958, es autor de varias novelas galardonadas, entre ellas, Tierras de cristal y Océano mar. Su último trabajo, Seda, ha tenido una gran acogida por el público en su país, tal vez porque remonta a la melancolía, la suavidad, y la lentitud [que lleva a contemplaciones profundas], de la que carece este tiempo tan turbulento.
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