Cómo el ego de Chespirito transformó la Vecindad de "El Chavo" en un conventillo
Detrás de la aparente ternura y del humor infantilesco de El Chavo del 8, la gran obra de Roberto Gómez Bolaños, se escondían envidias, egoísmos y celos artísticos. Nada de esto era percibido por la audiencia, que llevó la tira a la estratósfera televisiva. De hecho, fue en su mejor momento que la Vecindad terminó de convertirse en un conventillo.
El Chavo vs. Kiko
Corría el año 1977 y todo el elenco mexicano acababa de dar un espectacular show para 35 mil personas en el Estadio Nacional de Chile, uno de los países que más aprecio le demostró a la creación de Chespirito. Augusto Pinochet había declarado feriado nacional para que todos los padres pudieran llevar a sus hijos a ver a sus ídolos.
Ese día el público chileno tronó por Don Ramón, El Chavo, El Señor Jirafales, Doña Florinda y la Chilindrina. Pero quienes ahí estaban aseguran que cuando más se aplaudió fue cuando salió Kiko a la cancha, lo que no pasó desapercibido para Gómez Bolaños.
Mientras viajaban en el avión de regreso a México -tal y como lo cuenta Carlos Villagrán, el recordado Kiko- Chespirito lo llamó, visiblemente molesto.
"Mira, hay un déficit en los registros de los personajes. Te voy a quitar algo de tu sueldo", lo encaró. La relación ya venía tensa. Villagrán adivinó las intenciones de su jefe y se anticipó: "Yo me salgo del programa".
Pero Emilio Azcárraga, dueño del canal Televisa, no parecía estar tan de acuerdo con la decisión de Gómez Bolaños, y le ofreció a Villagrán un programa propio "pero sin cachetes" y "supervisado por Chespirito".
Obnubilado, el intérprete de Kiko se negó, y se quedó sin trabajo. "Me vetó de México por 20 años, y mandó fax a Argentina, Colombia, Venezuela, todos lados donde se veía El Chavo, y decía que no me dieran trabajo". Tuvo que exiliarse a este último país, en donde finalmente pudo hacer sus personajes televisivos, y se quedó ahí 8 años.
Chespirito era receloso con quienes encarnaban a sus personajes, y su ambición lo llevó a registrar desde caricaturas de ellos, hasta las caras de los actores al interpretarlos. Esta obsesión, y su ego, fueron dos de las razones que llevaron al quiebre de la Vecindad.
Don Ramón se solidarizó con Kiko
Dos semanas después del despido de Villagrán, Ramón Valdés, mejor conocido como Don Ramón, abandonó la tira. Para muchos, su personaje era el eje central del show. Ese fue el principio del fin de El Chavo del 8.
Gómez Bolaños quiso suplir su ausencia con el personaje de Jaimito El Cartero, pero Don Ramón demostró ser irremplazable. Valdés trabajó en varias tiras con Villagrán en Venezuela. Finalmente, murió de cáncer de estómago en el 88.
Conflicto con Doña Florinda
Ese no sería el último conflicto de Chespirito con uno de sus actores. En 2002 intimó legalmente a María Antonieta de las Nieves para que no usara el nombre de La Chilindrina. El proceso finalizó en 2005, pero al año siguiente, su personaje fue excluido de la serie animada de El Chavo. En 2010, el escritor volvió a demandarla.
Chespirito no quería que sus personajes se gastaran. De hecho, esta fue una de las explicaciones que dio cuando le consultaron sobre el final de la tira: "El peor error que uno puede cometer es dejar de evolucionar". Al creador le costó concebir que en el momento que los personajes eran interpretados, dejaban de ser del todo suyos.
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