"Es un disco de canciones de amor, pero no tanto un amor de ‘me pongo una campera de cuero y salgo a levantar minas’... Te diría que es hasta lésbico", dice Charly García sobre Cómo conseguir chicas, el quinto álbum de estudio de su carrera solista, que este mes cumple 30 años. El álbum es una rara avis en la discografía de García, un ramillete de composiciones de diferentes sesiones que incluye hits, autorreversiones y gemas subvaloradas, y que aparece en medio de dos de sus clásicos más celebrados: Parte de la religión (1987) y Filosofía barata y zapatos de goma (1990). Pero, haciendo memoria una tarde del noviembre pasado en su casa de Palermo, Charly demuestra un afecto particular por el álbum. "Quizás no sea de los más llamativos, pero tiene muchas ideas", dice. "Se nota que el grupo estaba tocando con polenta. Me gusta mucho."
Registrado en los últimos meses de 1988, el disco marcó un cambio abrupto en la manera de trabajar en estudio de Charly, que venía de grabar casi todos los instrumentos de Parte de la religión por su cuenta. Fue en la gira de presentación de ese disco por Latinoamérica que Charly afianzó su relación con Los Enfermeros, la banda de acompañamiento compuesta por Fabián "el Zorrito" Von Quintiero, Alfie Martins (teclados), Fernando Samalea (batería), Hilda Lizarazu (coros), Carlos "el Negro" García López (guitarra) y Fernando Lupano (bajo), a quienes decidió llevar al estudio. "En ese momento, teníamos muy buena comunicación", dice García. "Era más que un solista con músicos."
Los demos de Cómo conseguir chicas se hicieron en dos tandas. Primero, la banda se encerró durante algunas semanas en los estudios Panda junto al ingeniero Mario Breuer, y después pasó a Music Hall, con Mariano López, ya que Breuer estaba de viaje. Ahí, entre zapadas con sus compañeros, Charly empezó a balbucear las letras de los temas en un lenguaje cercano al inglés, que después pensaba traducir. Las sesiones estuvieron influenciadas en gran parte por Iggy Pop, que meses atrás había dado un show en el Estadio Obras. "Charly sugirió un poco en broma y un poco en serio la idea de componer en ese plano más de rock", dice Samalea, que junto con el Zorrito y Charly terminaron tocando una noche en el boliche Prix D ´Ami con los músicos de Iggy.
Metido en esa búsqueda de un sonido en vivo más crudo y salvaje, Charly quiso repetir la modalidad de grabación que había usado en Piano bar (1984), con toda la banda tocando al mismo tiempo para registrar las canciones en una toma. Reservó los estudios ION, ubicados en Balvanera, y llamó al productor Joe Blaney, que venía de trabajar en Lovesexy de Prince y Talk Is Cheap de Keith Richards. Blaney, que ya había participado en la mezcla de Piano bar y Parte de la religión en Nueva York, aceptó entusiasmado el desafío de viajar a Buenos Aires por primera vez. "Sabía que sería una experiencia diferente", le dice Blaney a Rolling Stone. "Todavía me acuerdo de que, cuando entré al estudio, me sorprendí: era viejo y raro, pero al mismo tiempo tenía todo el equipo con el que yo estaba familiarizado."
La grabación en ION comenzó con "No toquen", la estampida que abre el disco. "El solo de guitarra lo hizo Charly, que empezó a correr desaforado por toda la sala con un cable muy largo", dice Samalea. "Pateó un cenicero de esos de metal que voló por los aires y quedó el audio en el disco de esa toma, fue muy rockero", agrega Lizarazu. Durante esos días, todos los involucrados en el álbum estaban al servicio de las ideas y los métodos de García. No había horarios para entrar ni salir del estudio. "A veces, arrancábamos a las doce de la noche y terminábamos a las dos de la tarde", dice Samalea. "No nos manejábamos con la lógica de la salida del sol ni mucho menos."
Charly decidió incorporar a la lista "A punto de caer", una canción de amor que había compuesto junto a Fabiana Cantilo y en la que Claudio Gabis había grabado un solo de guitarra, y "Zocacola", dedicada a su novia de ese entonces (un año antes, Charly había incluido una versión instrumental del tema en la banda de sonido de la película Lo que vendrá), con Herbert Vianna de los Paralamas como invitado. Pero el tema que se convertiría en el mayor hit del disco era "Fanky". Antes de empezar con los demos, Charly había aceptado el compromiso de componer la cortina del programa El mundo de Antonio Gasalla –un favor que el actor devolvería más adelante con una participación en escena durante la presentación del disco en el Gran Rex– y esta fue la canción que eligió cederle, por lo que, al poco tiempo, terminó sonando en televisión y llegando a un público más amplio. "Estaba con la idea de tocar un tema bailable y empecé a hacer el riff del teclado", dice el Zorrito sobre el origen del clásico. "Se sumaron Sama, el Negro y Lupano, y Charly hizo el estribillo." "Generalmente yo les daba todo hecho, pero ahí les dejé aportar lo que quisieron", dice Charly. "Hay varias cosas en este disco que no son mías."
Otro suceso que atravesó la grabación fue el Concierto por los Derechos Humanos de Amnistía Internacional en el estadio de River Plate, en el que Charly tocó y tuvo su famosa y prácticamente inevitable serie de problemas. Ahí conoció a Lakshminarayana Shankar, el violinista de Peter Gabriel, que terminó tocando en "No me verás en el subte" por sugerencia de Blaney. "Charly estaba sin dormir hacía dos días cuando vino Shankar y, a pesar de eso, hicimos la canción muy rápido, en una o dos horas", recuerda el productor. Cuando las sesiones de grabación en Buenos Aires terminaron, Charly viajó a Nueva York con Blaney para mezclar Cómo conseguir chicas en los estudios Sorcerer Sound y Gramavision. "Me acuerdo de que había una cama debajo de una escalera y, mientras ellos se ponían a mezclar, yo me dormía ahí, porque se trabajaba hasta tarde", recuerda el Zorrito, que se terminó sumando a esta etapa del desarrollo del álbum. "En general, después salíamos y nos íbamos caminando hasta algún deli, a comprar helado marca Häagen-Dazs y muchas otras cosas que nos llevábamos al hotel."
Sobre el final del proceso, Charly estaba indeciso con respecto a la inclusión de algunas de las canciones nuevas, a las cuales no había logrado encontrarles una letra en castellano, así que terminó quitándolas para agregar "Bailarina" y "Suicida", dos outtakes de Parte de la religión cuyas cintas estaban en el famoso estudio Electric Lady. Además, incorporó "Anhedonia", un tema nuevo que compuso en la Gran Manzana y en el que participó Mario Serra, el baterista de Virus, que se encontraba en la ciudad. "Fue algo difícil terminarlo, pero las sesiones fueron increíbles. Charly y su grupo eran muy buenos", dice Blaney.
En enero de 1989, Cómo conseguir chicas salió a la venta, y más tarde se presentó en shows en el Gran Rex y el Teatro Ópera, México, Colombia y Costa Rica. Durante los meses siguientes, Charly vio cómo se terminaba su relación con Zoca –su musa de varios años– y cómo sus músicos partían para formar diferentes proyectos. Con los años, el álbum fue revalorizado como algo más que una obra de transición hacia Filosofía barata y zapatos de goma, el último gran disco de García previo a la era Say No More, un período de dos décadas de caos y creación durante el cual sus chispazos de genialidades fueron más irregulares. "Acá estábamos pasando una época muy buena con el grupo, en la que todos teníamos ganas de laburar mucho y nos divertíamos", dice Charly. "Nos salió un disco que no me canso de escuchar hasta el día de hoy."
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